TE CONOZCO

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MERA

Caminaba tranquilamente por una calle con personas que andaban suavemente, algunas acompañadas, otras solas. Yo llevaba un abrigo con gorro, no quería ser reconocida. Miraba el suelo y a veces a ambos lados. Brandon me demostró una vez más que no signifiqué nada para él, fui solo un juguete, una decoración. Yo me llevaba al hombre caballeroso y deseado y mi prima se llevaba al hombre lleno de pasión y deseos. Gracias a ella por abrirme los ojos y enseñarme quién era él en realidad. Voy pasando por un bar y veo un anuncio fuera:

    ¨Se buscan artistas principiantes para dar shows, contactar a....¨

Me quedé mirando aquel cartel, pero comencé a caminar y cuando me doy cuenta, regreso y entro. El interior no era tan pequeño aunque tampoco tan grande, con mesas frente a un altar, una barra con bebidas y variedad de comida rápida. Las meseras no vestían como me imaginé, vestían de rojo pero con pantalones enterizos que les tapaba el escote. Nadie las miraba con deseo ni las tocaban, muchos estaban sentados con sus parejas admirando la voz de una chica con una guitarra. Me quedé embobecida escuchando su linda voz y me recordaba a mí, cantaba una canción de Adele, una de mis cantantes favoritas.

  -¿Puedo ayudarla en algo señorita? -me preguntó una chica.

  -Sí...vengo por...por lo del anuncio -no sé si será buena idea pero haré algo que me gusta al menos. Ella sonrió y me guió hasta una puerta, con el letrero de ¨Director Ejecutivo¨. Ella se marchó y toqué. Aquí en cambio me abrió una mujer de edad muy sonriente, me invitó a pasar y me senté. Era un lugar cálido, no esos clubs donde solo buscan chicas bonitas y bailan en tubos. Esto era una compañía con su recepción, sus comida y bebidas.. La mujer me hace señas y la sigo, al entrar había un señor grueso fumando un habano, ella se retira y me hace seña para que me siente frente a él.

  -Bien señorita -suelta el tabaco y lo pone en cenicero -¿en qué puedo ayudarla? Debía tener la edad de mi padre, unas arrugas dañaban su frente ancha y casi sin cabello.

  -Vengo por lo del anuncio -me mira, sigo con el gorro y los lentes.

  -¿Sabe cantar o bailar?

  -Las dos, pero, me gusta más cantar.

  -¿Puede quitarse los lentes y el gorro, por favor? -obedezco, en cuanto me despojo de todo frunce el ceño. -¿Mera? ¿Mera Queen? -oh no, se levanta y me toma de la mano -soy un gran admirador tuyo, ja ja, es increíble, tú...aquí... -¿sabrá que estoy en la calle?

  -Por favor señor...quiero mantener el anonimato. ¿Tiene algo para mí?

  -Sí claro, será un placer contar con su presencia.

  -Yo debo empezar después de las 7 porque...porque antes hago otras cosas.

  -Perfecto, a las 8 -magnífico, una hora para descansar, pero bueno allá vamos.

  -¿Cuándo empiezo?

  -Bueno si quiere, ahora -mi corazón sintió la adrenalina de sentir un micrófono en mis manos nuevamente, que me vean más personas y sentirme libre. -Puedes vestir como desees, cantar la canción que quieras y usa el sobrenombre que quieras, mientras más audiencia ganes más dinero obtienes. Trabajamos desde las 6 de la tarde hasta las 2 de la mañana, te incorporas a las 8 y sales en escena a las 9, en dependencia del gusto de los clientes sales más veces a cantar.

  -¿Nada de prensa, cierto?

  -Absolutamente, esto es un bar para relajarse y disfrutar un buen momento y para darle la oportunidad a cantantes que empiezan y necesitan abrirse camino.

  -Me gusta su filosofía señor...

  -Harris, a sus órdenes. Tuve un sueño frustrado y fue cantar, nadie me dio la oportunidad y no quiero repetir los mismos errores de otros. -sonríe. 

Mientras quede una esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora