MERA
Llegué temprano a la compañía, hoy darían los resultados de la sesión fotográfica de ayer, en realidad me daba lo mismo a quién eligiese, ya que por muchos años mis fotografías recorrieron gran parte del mundo. Andrea había llegado primero para dejar todo organizado, que el director venía hoy y con lo meticulosa que era ella siempre le gustaba estar bien preparada. Iba directo a mi oficina cuando siento una risotadas en una parte de la sala principal. Me acerco silenciosamente y veo a Leila con sus secuaces.
-¿Adivinen dónde estaba anoche?
-¿Dónde? -preguntaron al unísono.
-Con el papasito de nuestro jefe -dijo feliz y orgullosa.
-!Uyyyy! -dijeron las cocodrilas que la acompañaban.
Ella siguió hablando pero yo di media vuelta y casi choco con Tara.
-Son unas gilipollas, ¿cierto? -se refería a Leila y las otras. -Es verdad que ha sido la única que ha durado en el ¨trono¨, porque nuestro jefe es ligerillo de cascos.
-¿Tú también...?
-Ah no colega, mis gustos son otros -ya entendí, le gustaban las mujeres, aunque su aspecto no era muy femenino, hoy andaba con unas trenzas pegadas al cráneo y sin maquillaje -Anda que tenemos trabajo -me hala del brazo y me conduce a la oficina.
Andrea pasó varias veces a verme pero estaba atareada con sus cosas. Había que hacer un conteo de seguidores de la compañía junto a otras cosas que debía firmar el director. Las fotografías habían sido enviadas por Gmail a él y a Randolph quien estaba en camino para la decisión, era un gran patrocinador de la agencia y muy estricto en cuanto a este tipo de eventos se trataba. Comencé a ordenar los papeles y monté en tablas algunos datos, no tenía idea de trabajo de oficina pero siempre es bueno aprender cosas nuevas. Tara entra y me dice que el jefe llegó y quiere que le lleve las propuestas y los demás documentos a firmar. Me puse nerviosa, esperaba caerle bien, acomodé mi cabello y me dirigí a su oficina. Antes de entrar respiré dos veces y toqué, un adelante que apenas escuché me dio la orden de entrada. Había mentalizado lo que le diría en la presentación, así que lo hice.
-Buenos días director, soy... -como les digo que ahí mismo quedé sin palabras, mi corazón se aceleró, mis venas bombearon la sangre más rápido y piernas se aflojaron, tenía delante al hombre que me gustaba, sí, lo confieso, me gustaba.
Estaba ahí con esa pose de macho alfa que dominaba mis cinco sentidos y el sexto también. Pero velozmente me vino a la mente todas las habladurías de las chicas y de Andrea, que se había acostado con casi todas y por si fuese poco, se acostó anoche con Leila, por eso me molesté, estaba muy furiosa. Me miraba sorprendido al igual que yo, se puso de pie y no articuló palabra, estábamos en shock emocional ante el encuentro.
-Mera, ¿qué haces aquí?
-Trabajando, ¿no ve? -calma Mera, ahora no es el hermano sexy de tu amigo y un loco de la calle, ahora es tu jefe. Uno que se acuesta con todo lo que lleva cabello largo.
-Sí pero...!qué sorpresa! -como si se alegrara de verme. -Después de aquella noche...
-Después de aquella noche que nada pasó, al menos para mí -mentirosa -estamos hoy aquí, como empleada y director, así que si pudiese firmar esto -le entrego mientras vuelve a sentarse indeciso, mirándome, poniéndome nerviosa y ese perfume, uff, delicioso -y estos otros papeles.
Mira los documentos y después se centra en mí, evito su mirada y vuelve a los papeles. Comienza a firmarlos, su mano es tan varonil, sin vello siendo suave y tonificada, con unas venas de ejercicio, brutales. Vienen a mi mente las palabras de Leila y lo odio por eso.
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Mientras quede una esperanza
Teen FictionLa vida es tan simultanea que no nos damos cuenta de que todo lo que sube puede bajar. Eso descubrió Mera, una chica hermosa, altiva, carismática y por sí fuese poco, famosa. Ella es cantante pop, realza también la música romántica y ha colaborado c...