LA INFORMACIÓN ES PODER

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MERA

Le envié un mensaje a mis amigas de lo que me sucedió. Automáticamente recibo una llamada de Derek, al fin algo bueno en el día. Tenía ganas de ver a mi amigo, aunque me sentía culpable por lo que pasó entre Damon y yo. Me siento en el parque y le contesto.

  -¿Me extrañabas? -me pregunta sonriendo del otro lado del teléfono.

  -Siempre -le digo y siento su cálida sonrisa. -¿Dónde estás? Tengo que contarte.

  -En casa, llegué del trabajo y me di una ducha, por cierto, también tengo que contarte.

  -Pues ¿qué esperas para venir?

  -Voy, ¿estás en el café?

  -No -lo recordé con algo de dolor. -Estoy en un parque cerca, te espero acá.

  -Ok, llego en veinte minutos.

  -Que sean diez -lo molesto.

  -A sus órdenes jefa -reímos y cuelga, así es él, restablece las vibras positivas que se desaparecen con los problemas.

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DAMON

Después que tuve sexo con Jess me sentí más molesto, quería descargarme y quedé peor, ya que nada de eso quita de mi cabeza la imagen de Mera encima de mí mientras la besaba y después encima de ella, teniendo oportunidad de hacerla mía una y mil veces en la arena. No estaba destinada para mí mientras mi hermano existiera y la quisiera, prometí cuidarlo siempre y no seré yo quién lo destruya. Mis pensamientos se interrumpen cuando tocan a la puerta de la oficina.

  -Adelante -ordeno mientras me hago el que revisa algo. Una chica de cabello negro lleno de rizos y un piercing que destruían lo atractiva que podía ser, se asoma a la puerta.

  -Permiso director. -entra y me entrega unos papeles para firmar.

  -¿Estos diseños pasaron por la mano de la relacionista pública? -ella me mira bajando la cabeza.

  -No tenemos señor. Quién se está encargando de eso es la de asistencia social y es mucho trabajo. La que llevaba esa plaza...se cruzó para la parte de la competencia, señor -esos inútiles se querían llevar mis trabajadores.

  -Dígale a la asistente social que confío en sus manos para que contrate a alguien y se encargue de eso. ¿Es nueva?

  -Sí señor pero sabe mucho ya que fue asistente de...

  -Ok, ok, cumple con eso y lo quiero para ayer -la orden era más que clara.

  -Permiso señor -se voltea y la detengo.

  -No quiero que nadie me moleste más, saldré y no me llamen, aún Jess estará por dos días así que las dudas que tengan hoy, las ven con ella. -ella asiente y sale, necesito ir y verla aunque sea de lejos, ya sé que está trabajando en ese café, ahí iré entonces.

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NARRADOR

Cortez volvió a pronunciar el alias del maldito que acabó con su vida. Aún quedaban dos horas para que le trajeran a su hija, se levantó y fue a un lugar a buscar respuestas. La penitenciaría tenía últimamente la máxima seguridad, al verlo llegar muchos lo miraban con pesar y pena por su pérdida. Se dirigió al oficial de guardia y pidió hablar con Henry. Esperó y al cabo de los minutos lo traían encadenado. Lo sentaron y dejaron a los dos hombres solos.

  -Si lo veo aquí es porque logró dar el golpe, lo felicito...

  -!Cállate! !Tus compinches acabaron con la vida de mi hija! -Henry lo miró y ya no vio al coronel que buscaba la paz sino la sombra de lo que fue y que ahora era un alma en pena sediento de venganza. 

Mientras quede una esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora