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— Llevamos tres días hablando de esto, Namjoon —dijo Jungkook, recostado en el sofá que había en el estudio del licántropo. Entrelazó las manos bajo la nuca y cruzó las piernas que colgaban por el reposabrazos.

— Lo sé, pero es que no termino de entender el cambio de Jackson, no es propio de él actuar así. Aquí hay algo más — respondió, estudiando el rostro del vampiro con atención.

— Todo sucedió tal y como te he contado. Perseguía a los mismos renegados que Jiwon y yo, por eso nos encontramos. Y me dijo lo que ya sabes, que ya era hora de olvidar y seguir adelante. Y te aseguro que era sincero.

— Sí, es posible, supongo que, después de un siglo y medio, su enfado ya no es más que un simple recuerdo. —Meneó la cabeza, seguía sin estar muy convencido—. Pero conozco a mi hermano y me cuesta creer que sea tan fácil.

Jungkook soltó de golpe el aire de sus pulmones con un sonido de disgusto.

— Empiezo a pensar que no te alegras de que tu hermano y yo hayamos resuelto nuestras diferencias —repuso de forma malintencionada. Ya estaba cansado de darle vueltas al tema, y aunque deseaba contarle a su amigo la verdad, había prometido a Jackson que no lo haría.

— ¡No me vengas con esas! —replicó Namjoon, molesto por el comentario—. Nadie deseaba más que yo este momento. Ambos están en mi corazón.

Jungkook se incorporó para sentarse y apoyó los codos sobre las rodillas.

— Perdóname.

Namjoon resopló y se acarició la barbilla.

— Tú también deberías perdonarme. —Se sentó junto a Jungkook y apoyó una mano en su hombro—. Te estoy exigiendo unas respuestas que no posees. Lo que de verdad me importa es que, por fin, todo está volviendo a su sitio.

— Casi todo —corrigió Jungkook—. Llevo mucho tiempo fuera de casa. Renée y mi madre insisten para que vuelva y… No estoy siendo justo con ellos. —Sacudió la cabeza.

— Deberías remediarlo.

— Y lo haré, pero dentro de un tiempo. Ahora necesito quedarme aquí, este sitio me hace sentir bien —reconoció con un brillo intenso en los ojos.

— Me alegro mucho de oírte decir eso.

— Cambiemos de tema —sugirió Jungkook. Se levantó del sofá y empezó a moverse por el estudio, curioseando los libros de las estanterías—. ¿Has pensado en lo que te dije? Hablo de Tadeo y su familia, y esa chica… Dana.

— Sí.

— ¿Y?

— Hablaremos con ellos y juntos tomaremos una decisión. Prepara el encuentro.

— Un momento, ¿Has dicho que juntos tomaremos una decisión? No, no voy tomar esa decisión.

— Sí, la tomarás, aunque tenga que obligarte. Ellos esperan que te involucres en este tema, por eso acudieron a ti. Te consideran lo más parecido a un protector y actuarás como tal —dijo en un tono que no dejaba lugar a réplicas.

Jungkook se encogió de hombros, derrotado.

— Tú mandas, pero te lo advierto, no podré ser imparcial.

— Ya cuento con ello —replicó Namjoon, riendo por lo bajo.

Unos golpes sonaron en la puerta y Rose entró sonriente en el estudio, con una taza de café en cada mano.

— ¿No crees que va siendo hora de que liberes a tu prisionero? —preguntó a Namjoon, ofreciéndole una taza—. Los chicos llevan un buen rato esperándole fuera.

BLOOD PACT¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora