Dejo el teléfono en mi escritorio y cierro los ojos. Jungkook está insoportable.
Desde anoche no deja de enviarme reels de Instagram, TikToks e imágenes de bebés. No para de insistir en la idea de ser padres, pero eso no es lo que me preocupa.
No voy a mentir, en algún momento de su discurso la idea me resultó tentadora. Él no miente sobre los beneficios de tener un cachorro juntos. Aun así, creo que Jungkook no lo ha pensado tanto como dice haberlo hecho.
El timbre suena y con una sonrisa le digo a mis alumnos:
—¡Al patio, niños! Sin empujar y sin pelearse, salgan a jugar. —Aplaudo—. Cuando les diga que es hora de volver, quiero que obedezcan, ¿de acuerdo?
Todos asienten, ansiosos por salir a divertirse. Me acerco a la puerta y la abro, indicándoles que deben salir con cuidado. Mi teléfono vuelve a sonar, pero lo ignoro.
Jungkook sabe cuál es la hora del receso y atenderlo solo significa aguantar sus insistencias nuevamente.
Cierro la puerta y me acerco al patio para vigilar a los niños. Un par están jugando con cartas; otros leen y, por supuesto, no falta el grupito que corre por el patio.
—¡Tengan cuidado, niños! —les recuerdo con preocupación—. Pueden divertirse, pero sin lastimarse.
Ante mi llamado de atención, muchos de ellos deciden bajar la velocidad de sus pasos, pero aún así, no dejan de correr. El patio es amplio, con césped verde y bien cuidado, lo cual permite que ellos puedan desplazarse con libertad. Hay muchos colores y dibujos en las paredes, varios de ellos hechos por mis propios alumnos. Hay flores, caras sonrientes, arcoíris y animales que decoran el espacio, creando un ambiente agradable y estimulante para ellos. Por supuesto, hay juegos. Un gran tobogán que en varias ocasiones, sobre todo en invierno, ha causado inconvenientes con sus prendas de vestir. Siempre que se suben, tengo que estar atento porque nunca sabes cuándo uno de ellos terminará en el piso o enganchado.
Ni hablar de los columpios, que traen conflictos entre ellos. Es normal que siempre vengan a reclamarme porque alguno lleva más tiempo del normal y no desea compartirlo. Además de la cantidad de caídas y rodillas raspadas que he tenido que curar a causa de sus juegos.
Son niños, están explorando el mundo y es común que tengan accidentes. También es parte de nuestra naturaleza la curiosidad, por eso siempre intento que tengan interés por el mundo, pero que a la vez sean cuidadosos.
Mis alumnos son obedientes y eso me hace feliz.
Cuidarlos no es un trabajo sencillo, pero tampoco es algo de otro mundo. Desde chico me he caracterizado por ser paciente con los niños. Mi madre siempre me dijo que sería un excelente maestro y realmente me esfuerzo por serlo. Amo que los niños se diviertan y disfruten a plenitud su niñez; ya saben, me pone feliz verlos correr, saltar, jugar y crear recuerdos alegres que quizás lleven por el resto de sus vidas.
Respiro profundamente y no puedo evitar pensar en cómo sería tener mi propio cachorrito. Me costaría tanto despegarme de él, quizás sería un padre sumamente sobreprotector.
¿Se parecería a mí? ¿Cómo haría con el trabajo?
Jungkook no sabe lo que planea.
Tener un bebé no solo significa tener sexo, es mucho más que eso. Nuestras familias estarían involucradas, muchos pondrían en juicio nuestra amistad e incluso si en un futuro quisiéramos tener pareja, sería sumamente difícil hacerlo.
¿Cómo haríamos con el trabajo? Es obvio que en algún punto yo tendría que dejar de trabajar. La licencia por embarazo me permite tener una paga, pero eso no será suficiente para cubrir mis gastos. ¿Jungkook asumiría esa responsabilidad? No, no lo creo. Él no sabe lo que dice.
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❀ Todo lo que quiero | km au | ❀
FanficJimin y Jungkook han sido mejores amigos durante tantos años que confían ciegamente en el otro, pero el tiempo pasa y los instintos se hacen presentes. Ambos quieren formar una familia, ¿y qué mejor que sea con la persona en que más confían?