Son las diez de la mañana y lo único que llena el aire de la habitación son nuestras risitas y los cientos de besos que compartimos. La mudanza debería ser nuestra prioridad, pero hace ya media hora que intentamos levantarnos, y todo lo que hemos conseguido es enredarnos aún más en las sábanas. Jungkook se ha quejado, yo también, pero ninguno hace nada más que distraer al otro.
Me acerco a sus labios y dejo pequeños besos sobre ellos, sintiendo la calidez y la suavidad que tanto amo. Jungkook cierra los ojos, dejándose llevar por el momento, y su sonrisa, apenas visible, me dice cuánto disfruta mis muestras de amor. Sus labios son suaves y dulces, pero ahora se está haciendo desear. Él acerca a mí y permite que nuestros labios se rocen, cuando estoy por darle nuevamente un beso, se aleja y me mira con una gran sonrisa triunfante.
—Me caes mal —le susurro y él solo se ríe.
Cuando intento apartarlo para que podamos finalmente levantarnos, él me envuelve con sus brazos, sujetándome aún más fuerte, como si no quisiera dejarme ir nunca. Pega su cuerpo al mío, y entierra su rostro en mi cuello, respira profundamente y suelta un gran suspiro.
—Si seguimos así, vamos a pasar todo el día en la cama —le susurro con una sonrisa.
Jungkook chasquea la lengua en señal de negación, ignorando mi advertencia y escondiéndose más, como si no quisiera enfrentar el día.
Extiendo mi mano y acaricio su cabello con suavidad. No tengo ganas de insistir, la verdad. Creo que en este momento solo quiero perder la batalla. No me importa perder un día entero si eso significa estar aquí, junto a él.
Su mano se desliza lentamente bajo mi remera, trazando suaves caricias sobre mi vientre. Suspiro y cierro los ojos, dejándome envolver por su tacto. En este momento, con él abrazado a mí, me siento completo, en paz, como si este fuera el lugar al que siempre pertenecí.
Estoy por caer vencido por el sueño cuando suena mi teléfono.
—No contestes —me susurra Jungkook, su voz suena ronca y adormilada. Estoy completamente seguro de que mi aroma es el causante de su tranquilidad.
Aunque en mi interior tengo muchas ganas de hacerle caso y seguir ignorando el molesto sonido, me estiro con mala gana y agarro el teléfono. Ni siquiera me fijo quién es antes de contestar, solo espero que la llamada sea corta.
—Hola —saludo, mientras cierro los ojos y siento como mi alfa pega su nariz a mi mejilla.
—Jims, bebé, soy papá.
Jungkook se mueve de inmediato, tratando de acercarse para escuchar la conversación. Lo conozco demasiado bien, así que lo aparto con una ligera sonrisa. Sé cuán peligroso puede ser tenerlo cerca cuando hablo con mi papá; dentro de los próximos minutos y lo que dure está llamada, Jungkook tendrá un solo propósito: sacarlo de quicio.
—Hola, papá —respondo, intentando mantener mi tono despreocupado—. ¿Está todo bien? ¿Pasó algo?
Jungkook, sin hacer caso a mis intentos por alejarlo, me jala del brazo y me atrapa con todas sus extremidades, ahogo una risa e intento escuchar a mi padre entre los brazos de mi novio.
Bueno, prometido.
¡Por la sagrada Luna! Tengo tantas cosas que decirles a mis familiares que se volverán locos con una sola noticia.
—¡Claro que pasó algo! —contesta mi padre, haciéndome exaltar—. No nos avisaste que llegaste de Japón, hijo. Tu hermano nos avisó que llegaste bien, pero estuvimos horas con el corazón en la boca.
Jungkook me suelta y se sienta en la cama, mirándome con los ojos entrecerrados, probablemente planeando alguna maldad. Ya lo conozco demasiado bien. Lo señalo con la intención de llamar su atención, pero él solo me sonríe de forma juguetona.
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❀ Todo lo que quiero | km au | ❀
FanficJimin y Jungkook han sido mejores amigos durante tantos años que confían ciegamente en el otro, pero el tiempo pasa y los instintos se hacen presentes. Ambos quieren formar una familia, ¿y qué mejor que sea con la persona en que más confían?