❀ Todo lo que quiero | km au | ❀

| ❀ JM: El amor de mi vida ❀ |

—Es una vergüenza —escucho que le dice mi mamá a Jungkook, mientras caminan delante de mí—. Realmente me hicieron pasar mucha vergüenza. Tuve que ir a explicarle a la señora Lee por qué eran todos esos gritos.

Veo cómo Jungkook se ríe, despreocupado, y la abraza por los hombros, apretándola con cariño.

—Una gran noticia ameritaba una gran escena, ¿no lo cree? —contesta con esa gracia y alegría que nunca pierde.

—No, no lo creo —responde ella, pero su tono se suaviza—. Ustedes siempre me hicieron lo mismo. Escándalos por todo, un día me van a matar a mi amorcito. —Se ríe—. Aún así, quiero que sepan que estoy muy feliz.

No puedo evitar sonreír. Miro a mi padre, quien camina a mi lado con tranquilidad, ni siquiera está prestando atención a lo que hablan Jungkook y mi madre. No me mira, mucho menos me habla; sus ojos están clavados en el suelo, perdidos en sus propios pensamientos.

¿En qué pensará?

Decidimos salir a caminar para despejar el ambiente, o más bien porque mi mamá necesitaba calmarse después del escándalo. Namjoon no nos acompañó en el paseo. Solo había pasado a saludarnos, sin imaginar que se encontraría con una noticia que lo haría salir corriendo a primera hora de la mañana. Luego de pelearnos, nos felicitó, nos abrazó con fuerza y, en medio de la emoción, también nos pidió disculpas por su reacción inicial.

Típico de Namjoon.

A unos pasos delante de nosotros, Jungkook y mi mamá siguen conversando. Hacen chistes, discuten e incluso se susurran, mientras que mi padre y yo caminamos en una especie de burbuja silenciosa, ninguno habla, ninguno dice nada.

—¿Ya saben los del trabajo? —pregunta de repente mi padre, rompiendo el silencio extraño que había entre nosotros.

No puedo evitar sonreír. Él tomó la iniciativa de comenzar la conversación y eso me hace feliz.

—No, aún no —respondo, despreocupado—. Hace unos días nos enteramos Jungkook y yo. Cuando regrese al trabajo hablaré con mi jefa.

—Oh. —Suspira—. Es importante que lo hables. Si Jungkook y tú necesitan ayuda en algo, no dudes en decirme.

—Gracias, pa. En serio, gracias. —Le sonrío con sinceridad, apreciando su apoyo—. Yo sé que para ti esto es extraño y que quizás no lo esperabas.

—Si lo esperaba, pero prefería pensar que estaba equivocado —interrumpe, sin rodeos—. Pido disculpas si de alguna forma te ofendí con mi reacción, sé que no será sencillo comprender mi forma de actuar, pero créeme que no lo hago solo por mi egoísmo.

Niega con la cabeza y se detiene en la esquina. Jungkook y mi madre están tan concentrados y entretenidos en su conversación que ni se percatan de que nos hemos quedado atrás. Mi padre no dice nada al principio, pero sé que está buscando privacidad. Quiere tener una charla y por supuesto no voy a negarsela.

No estamos tan lejos de casa. Acabamos de llegar a una pequeña plaza que ha sido testigo de tantas cosas. Es hermosa, con sus bancos de madera gastados y los árboles que, en verano, nos daban la sombra perfecta. Jungkook y yo solíamos invadir este lugar cuando éramos niños y adolescentes. Veníamos justo después de almorzar con la intención de pasar toda la tarde jugando.

Han pasado muchos años desde entonces, pero aún puedo recordar todos los hermosos momentos que pasamos juntos. Respiro profundamente, intentando mantener la calma, y señalo el banco más cercano.

—¿Tomamos asiento? —le pregunto con suavidad.

Él asiente en silencio, y en cuestión de segundos nos sentamos uno al lado del otro. Desde la distancia, noto que Jungkook ha percibido mi ausencia y se voltea a mirarnos, curioso pero sin interrumpir.