8. Falsa disculpa.

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— ¡Ya va!— Clyde se levantó perezosamente de la cama y fue hasta la puerta principal. Cuando la abrió, la sorpresa se apoderó de él.

— Hola, querido~ Hoy e venido para asegurarme de que estaba todo en orden, jeje~— Dijo el demonio con expresión pícara.

— ¿Ahora que mierda quieres, Caspian? ¿Has venido a restregarme lo de antes? Sí, me ganaste, ¿Estás contento ya?

No dijo ni una sola palabra, se acercó a Clyde y lo abrazó. El cazador se quedó atónito, tanto que no le salían las palabras. Su mente se vacío en un momento, y un escalofrío subió por su espalda, debido a la cálida temperatura del cuerpo del demonio y el contraste con aquella extrañamente fría noche estival.

— ¿Recuerdas que me dijiste que si yo ganaba… Me dejarías tener tu alma…?— Susurró Caspian.

Todos los músculos del cuerpo de Clyde se tensaron al oír sus palabras.

— Era broma. Sería demasiado difícil para mí extraer tu alma, tienes una coraza muuuy fuerte… Pero… Creo que me merezco una recompensa por haberte ganado… ¿No es así?

— Bueno, ahora mismo puedo ofrecerte poco sinceramente, pero si te sirven unas cervezas entonces, adelante.— Dijo el cazador con un tono bastante más amigable del que solía usar. Emborracharse solo no es lo mismo que hacerlo acompañado, así que aprovechó la oportunidad, ya que no tenía amigos con los que salir a beber.

— Hmm… ¿Cerveza, eh? Suena interesante… Me apunto.

Clyde hizo un gesto victorioso. Ambos entraron a la casa, el cazador sacó unas cervezas y se sentaron en el pequeño sillón que había en la sala. Destaparon dos botellines y brindaron.

— Bueno, y… ¿Qué tal te va últimamente? ¿Has cazado muchos demonios?— Preguntó Caspian para romper un poco el hielo.

— El único demonio— Le dio un largo trago a su cerveza. —Que me falta por cazar eres tú.

— Suena irónico que estemos aquí tranquilamente bebiendo teniendo tanto odio entre nosotros, ¿No crees?

Clyde suspiró pesadamente, sintiendo una leve presión en el pecho. Aún seguía negándose a aceptar sus sentimientos. Esbozó una sonrisa de medio lado forzada y asintió.

— Pero me alegra al menos tener un compañero para beber. ¿Qué tal te va a ti por el infierno?

— Uhm… Es un poco difícil de explicar, digamos que no me va demasiado bien.

— Entiendo, el infierno debe ser un sitio complicado… Llevo dedicándome a la caza de demonios desde que era un chavalín, y sinceramente, he visto de todo, así que puedo hacerme una idea de cómo es el infierno.— Alegó el joven.

Cayeron unos cuantos botellines y el ambiente empezó a relajarse cada vez más debido a los efectos del alcohol. Clyde era por el momento quién más había bebido y por lo tanto, quién más afectado estaba.

— Oye… Empieza a hacer calor aquí… ¿No tienes calor?

— Estoy acostumbrado a las temperaturas abrasantes del infierno, esto no es calor para mí.

— No me refería a ese tipo de calor, jeje~

Caspian se sorprendió ante esa actitud tan directa. Él también estaba ebrio, aunque bastante menos que el cazador.

— Así que eso es lo que buscas… Ten cuidado, no sabes con quién estás jugando…

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SIENTO MUCHO LA DEMORA!
Ya está aquí el octavo capítulo de esta historia! Espero que les guste mucho, y sí, habrá +18 en el siguiente así que vayan preparándose :>

—Kay.

Hasta Que El Infierno Nos Separe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora