12. Miedo (i)racional.

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—¿P- por qué me ayudas? ¿Quieres mi alma, no es así? Entonces, ¿Por qué no la tomaste cuando tuviste la oportunidad?— Musitó Clyde, lentamente despertando.

Caspian quedó mudo, no sabía realmente qué era lo que quería de él. Su jefe quería su alma, pero, ¿Qué quería él? Se paró un momento a pensarlo. No sabía que tenía el cazador, pero había algo que no le dejaba matarlo.

—Caspian… ¿Qué es lo que quieres de mí?— Susurró.

—Clyde… Yo… Lo siento…

Esas palabras retumbaron en la mente del joven humano. "Lo siento." Se escuchaba en cada rincón de sus pensamientos. Seguro era otro truco del demonio, ¿Verdad?

Esto solo lo asustó, pensó que otra vez lo usaría como si fuera un juguete. Él solo se  enamoró de alguien que lo usaba, y eso había causado un vacío en su corazón. Su expresión de miedo y tristeza decía mil palabras.

Clyde se levantó del suelo y salió corriendo,  sollozando por el camino. Caspian solo se quedo triste y abatido, sin saber exactamente que había causado esa reacción.

—Solo… Solo soy un monstruo…— Se lamentó el demonio mientras algunas lágrimas caían de sus ojos. Aquella sensación ardía en su pecho, el dolor de saber que has hecho algo mal, el dolor de saber que lo que has hecho ha dañado a alguien.

Ahí fue cuando se dio cuenta de que era su peor enemigo el único que le daba la felicidad. Lo mismo pasó con el cazador.

—Soy estúpido… Ahora de seguro está confundido porque hizo algo bien en toda su maldita existencia y yo solo salí corriendo en vez de aceptar sus disculpas… Pero… Tenía miedo.— Clyde dijo, hablando con sus propios pensamientos en un tono de voz totalmente desgarrador.

¿Por qué? ¿Por qué salió corriendo? ¿Por qué no aceptó sus sentimientos?
Todo era una maraña de emociones para el joven. No encontraba la salida, la solución a esta situación. Algo cruzó su mente como si de un disparo se tratase.

—Soy un cobarde… Los cobardes son dignos de morir… Eso es lo que siempre decía papá…— Dijo entre maniáticas risitas. Un río de lágrimas inundó sus ojos de nuevo.

Comenzó a caminar lenta y pesadamente hacia su casa. No tenía ganas de nada, se sentía horrible por lo que había causado. Solo quería desaparecer.

Llegó a su destino y fue enfilado a su habitación. Cayó en la cama cual saco de patatas, con la cara hundida en su almohada, deseando no haber nacido.

Mientras tanto, Caspian seguía en el mismo sitio, preguntándose si Clyde volvería en algún momento. Todo se oscureció según el cielo se llenaba de nubes, indicio de un chaparrón acercándose. Truenos y relámpagos comenzaron a adornar el entorno, y en poco tiempo, ocurrió lo previsto. Gota a gota empezó a llover, cada vez con más intensidad.

El demonio, al principio se negó a ir al único sitio que conocía para resguardarse, pero después de un rato, viendo que la lluvia se hacía cada vez más fuerte, decidió ir a la casa del cazador.

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Yepiii nuevo capítulo :D

Mucho drama, cierto?

El próximo capítulo va a ser más relajado, incluso yo diría que tierno :³

Pero no se ilusionen demasiado >:³

Weno eso es todo, bye!!!

–Kay.

Hasta Que El Infierno Nos Separe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora