Clyde despertó, los rayos de sol no entraban por la ventana, aún seguía lloviendo. Caspian ya no se encontraba a su lado, al parecer lo abandonó de nuevo.
Se levantó y se vistió con una ropa de abrigo adecuada. A pesar de que era verano, hacía bastante frío. Se fue a buscar a Caspian, pero lo encontró en la cocina preparando el desayuno.
—Buenos días, príncipe durmiente.— Dijo dulcemente el demonio.
—Caspian… ¿Cómo es que aún estás aquí?— Preguntó sorprendido el cazador. Se acercó lentamente y lo abrazó.
—No es como que tenga algún otro sitio donde ir… Digamos que estoy en una situación peliaguda…— Obviamente no iba a contarle que no podría volver al infierno hasta que llevara su alma en mano.
—¿No piensas volver al infierno?
—Al menos por ahora no.
—Sí que eres un demonio raro…
—Es lo que tiene, el universo no tiene preferencias, a veces las peores desgracias las llevan las mejores personas.
Clyde lo abrazó con más fuerza. Estaba genuinamente preocupado por la situación de su compañero. Por una parte se sentía extraño, era un cazador de demonios preocupado por un demonio, pero por otra parte sabía que ese demonio no era como los demás.
—¿Qué te ocurre, pulguita?— Preguntó Caspian cariñosamente, acariciando su espalda delicadamente.
—No sé. Me siento extraño.
—¿Estás enfermo?
—No es enfermedad… Es algo más… Es preocupación.
—¿Preocupación por qué?
—Por ti…
Esas palabras resonaron varias veces en la cabeza del demonio. Sabía que debía contarle lo que estaba ocurriendo, pero no quería preocuparlo más de la cuenta. Decidió mantener el secreto, ya encontraría una manera de solucionar todo aquello.
—Mientras esté contigo no tienes de que preocuparte. Por cierto, ¿No vas a seguir enseñándome sobre las emociones?
—Claro que sí, ¿Pensabas que hoy te ibas a librar? Oh, no señorito.— Dijo con una pequeña risa pícara.
—Bueno, déjame primero terminar de preparar tu desayuno, tienes que comer algo si quieres tener fuerzas para el resto del día.
Clyde se sintió conmovido por la acción del demonio, era un gesto genuino, y eso le pareció aún más tierno.
Después de un delicioso desayuno, ya ambos tenían las fuerzas suficientes para empezar el día. Así, Caspian empezó con sus lecciones emocionales. Poco a poco iba adquiriendo conocimientos. El cazador le enseñó ejemplos prácticos para que él supiera identificar sus emociones en distintas situaciones, aunque se trabó un poco cuando llegó a cierto sentimiento.
—Bueno… Piensa, ¿Alguna vez has amado a alguien?
—La verdad es que no.
—¿Alguna vez has sentido felicidad al estar con alguien en concreto?
—Sí.
—¿Alguna vez has tenido la sensación de que alguien te parece lindo o atractivo?
—Sí.
—¿Has tenido la sensación de que no puedes sacar a esa persona de tus pensamientos?
—Sí.
—Caspian… ¿Has estado enamorado?
Se sonrojó al oír la pregunta y miró hacia otro lado para evitar el contacto visual. Clyde aprovechó su instante de distracción y le plantó un tierno beso en la mejilla.
—Oye, eso no es justo…
—¡Estás enamorado de mí~!— Comenzó a corear el joven a modo de mofa.
El demonio se abalanzó sobre él, dejándolo tumbado en el sillón, donde ambos se encontraban sentados hacía unos segundos.
Empezó a mordisquear su cuello ligeramente. Le dejó algún que otro chupetón aquí y allá mientras Clyde solo gemía y se retorcía.▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄
Bueno, hasta aquí llega el capítulo 16
La verdad no estoy de humor para poner notitas al final del capítulo pero no quiero que esto quede muy vacío
Espero que simplemente lo hayan disfrutado
—Kay.
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Hasta Que El Infierno Nos Separe.
Novela Juvenil(Portada por: @Luky22058) Clyde Asher Westwood, más conocido como "El cazador Sombrío", era el mejor cazador de demonios en los alrededores, con apenas 19 años. Tenía grandes competencias pero aún así no rompía su título. Repentinamente, cuando se e...