I. Dos Grandes Idiotas

10 0 0
                                    

Asher

«Tonto, estúpido, boludo» no paraba de decir insultos en mi mente, todos dirigidos a la misma persona "Stixx A. Russell".

El grandísimo hijo de su mamá en su momento de inteligencia hizo que ambos termináramos en la sala del director, de verdad, hay veces que me digo a mi mismo que solo tengo que ignorarlo, dejarlo pasar y a sus boludeces, pero no sé cómo carajos hace, solo logra sacarme de mis casillas y tengo que hacer algo para que se calle, lo que sea, aún si eso hace que ambos estemos sentados por dos horas haciendo nada en la sala del director.

—Haber chicos, no les pediremos que sean los mejores amigos del mundo, ni nada de eso, solo que no queremos que cada dos por tres tengamos que mandar notas a su casa, traerlos aquí, castigarlos, es que siempre son ustedes dos —. Interrumpí al director.

—¡Él empezó! —señalo.

—¡Vos me pegaste! —reclamó Stixx.

—¡Pues dejá de provocarme! —grité.

—¡Ya basta! ¡Los dos! —. Nos miró enojado—. ¿Saben qué? Se quedarán acá hasta que consigan olvidar el odio que se tienen o al menos a no causar problemas cada que se cruzan con el otro —sentenció el director y se dirigió hasta la puerta.

—No puede hacernos esto —dije.

—No es justo —expresó Stixx.

—Es mi última palabra, en serio, arréglenlo.

Cerró la puerta y ambos nos quedamos con la palabra en la boca, los ojos como platos y sin entender que esperaba que hiciéramos para arreglar el problema que teníamos con el otro.


***

Quince minutos pasaron hasta que al final nos llegó el agua al tanque y supimos que hablaba en serio, estaríamos acá hasta que supiéramos cómo o qué hacer para ya no ocasionar problemas al momento de encontrarnos.

«Pero, ¿qué tan en serio habla? Igual y pasan dos horas y nos dejan salir, como siempre hacen» pensé y me acomodé en el banco sin saber de dónde sacaría la paciencia para esperar dos horas aquí, con él.

Luego de una hora y media encerrados el director entro por la puerta, ambos ansioso casi que en cuestión de segundos nos levantamos del banco, hasta que él habló:

—¿Y? ¿Arreglaron el problema que tenían? —preguntó.

—No —dijimos al mismo tiempo.

Volvió a cerrar la puerta con llave y nos quedamos como la primera vez que hizo eso.

—Él en serio quiere que resolvamos esto —dijo Stixx.

—Sí —. Luego de que dije eso ambos nos miramos y pensé un minuto en la remota posibilidad de arreglar las cosas, creo que él hizo lo mismo, ya que ambos enseguida dijimos lo que nos parecía esa idea.

—Ni en un millón de años —dijo él.

—Imposible que algo así pase.

Repudiable (Gay/+18) [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora