Repudiable (Gay/+18) [Borrador]

X. ¿Te Acuerdas?

Asher

Era miércoles por la mañana, mañana a la tarde la teníamos que reunir con Russell para terminar la maqueta, la semana que viene la teníamos que presentar, y también teníamos que tener nuestra competencia. Hoy no había clases, así que lo estaba esperando para que saliéramos a correr, aún seguía pensando en el sueño que había tenido ayer, a veces me pasa esto, sueño con algo y después estoy días pensando en eso, aunque suele pasarme cuando analizo las pesadillas que tengo.

—A ver, entre ser o no ser, ¿qué eres Asher M. Thompson? —bromeó Russell apareciendo ante mis ojos.

—¿Qué? —solté bajando de las nubes.

—Sí, ¿o qué? ¿No estabas filosofando? —. Me imitó como estaba apoyado yo antes, que de hecho, me veía igual que la estatua del hombre pensante.

—No. Pero bueno, ¿corremos? —sugerí.

—Solo si puedes seguirme el paso.

—Creo eso debería decírtelo yo a ti.

—¿Crees? —preguntó juguetón.

—No, de hecho, estoy seguro que eso debería habértelo dicho yo a ti.

—Ya lo veremos Thompson.

Corrimos unas treinta y cinco cuadras, hasta llegar a otra plaza, buscamos un rato, pero al final encontramos otra canilla en la cual los dos nos lavamos la cara y tomamos agua. «Es bueno corriendo, tiene técnica, se mantiene y es veloz... Pero yo sigo siendo mejor que él en esto» pensé mientas veía su cuerpo.

Aún me acuerdo la vez que lo vi cuando solo llevaba una toalla, este chico tiene músculos en los músculos, además de tener infinidad de tatuajes, yo también tengo, pero sin duda son menos de los que el tiene, además, hablando de verlo con el cabello mojado, eso me trajo de vuelta ese sueno mío, que, no es solo un sueño, sino más bien es un recuerdo.

—¿Sabés que soñé la otra vez? —pregunté con una sonrisa nostálgica, aunque solo yo sabía que la tenía, pues los dos estábamos dándonos la espalda, como casi siempre solíamos hacer cuando corríamos.

—¿Qué? —preguntó.

—Cuando éramos chicos, y estábamos en mi casa, en la pileta en verano —comenté.

—Bua, pero eso solía pasar mucho —dijo nostálgico.

—Sí, pero, soñé con un día en específico, un momento más bien.

—¿A sí? ¿Cuál? —preguntó un poco curioso.

—Cuando me dijiste que te gustaba alguien, ¿te acuerdas? —. Me di la vuelta, no sé por qué, pero quería verlo.

Extrañamente él se dió la vuelta también, aunque enseguida miró para otro lado, y habló:

—No me acuerdo.

«¿Qué?» debo admitir que me sorprendió oír eso.

—¿En serio? —. Me acerqué a él.

—Sí, en serio, ahora volvamos a casa —dijo tajante y se acercó hacia la salida de la plaza.

—Bueno, como quieras.

«Y yo que pensé... qué quizás... Olvídalo Asher».