Capítulo 17

44 6 22
                                    

Aparcó al lado de sus amigos en el parking de la escuela.

-Menos mal que tu madre te ha recordado la mochila- comentó Kazutora.

-Para lo que la usa- añadió Umiko bajando de la moto.

-No entiendo por qué no quieres ir conmigo- se quejó Chifuyu -soy tu hermano.

-Vive contigo- le respondió Baji -es normal que quiera perderte de vista.

Al llevarse la mochila a la espalda empujó al rubio.

-¡BAJI!

Lo vio en el suelo -joder pero apártate.

Umiko ayudó a su mellizo a levantarse.

-Pídele perdón tío- pidió el de mechas.

-Perdón- le dijo el pelinegro -a Mikey, por llevarle un oficial sin reflejos.

La rubia le detuvo el paso -¿quieres un puño en tu atractiva cara?

-Ay Umiko, me sonrojas.

Apoyó el brazo sobre sus hombros y subieron las escaleras de la entrada, entrando al edificio se asustaron al encontrarse de frente con un grupo de chicas, a quienes intentaron esquivar echándose a un lado, por donde pasaba una pelinegra que acostumbraba a usar una diadema para su largo cabello. Ella también intentó moverse para no chocar con la espalda de Baji pero no tenía mucho espacio entre él y la pared así que pasó ladeada rozándole el brazo con los libros que llevaba abrazados en el pecho, entonces el chico miró a su izquierda y la vio sonreír tímida, cabizbaja por estar tocándole al pasar.

-Disculpa- dijeron a la vez.

Ella siguió caminando hasta que Kazutora pasando un pañuelo por la comisura de los labios de su amigo lo distrajo de verla alejarse.

-¿Qué haces?- preguntó empujándolo.

-Limpiarte un poco, tienes una reputación que mantener.

-¿Qué dices? Intentaba ser amable, es simpática.

-¿Cómo se llama? ¿Hanae, no?- preguntó Chifuyu -está muy buena.

Elevó las cejas intentando sonar creíble -¿sí? Pues no me he fijado.

-Pues qué raro- respondió irónica la rubia -porque está en tu clase.

Cualquiera lo diría, pero a pesar de que en la última temporada Baji había estado prestándole más atención de lo normal a su compañera, esa clase de bromas que sus amigos le acababan de hacer le caían con cualquier chica con la que tuviera algún roce.

Ese mismo día pero más tarde la chica hablaba con una amiga en las taquillas que tenían contiguas, y por detrás de la compañera, al fondo del pasillo, lo visualizó. Caminando serio entre la gente, tal como acostumbraba. Inhaló de manera corta y rápida como si se le hubiera olvidado respirar por un momento y volvió la vista a su amiga, pestañeando un par de veces intentando centrarse en lo que le estaban diciendo.

-¿Hanae?

-¿Sí?

-Que si me acompañas a los servicios.

ANHELOS AL SUSPIRAR - BAJIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora