XXI. Heridas al descubierto

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— ¿Sasuke?
Repitió incrédula. De todas las personas con las que pudo haberse encontrado en ese lugar, el pelinegro era la menos esperada; es más, ni siquiera figuraba en su lista de posibilidades.
Sasuke empezó a sacudirse la capa, ignorando por completo la confusión de la chica que tenía en frente.
— Debo ser más cuidadoso si un día llegó a tomarte por sorpresa. Casi barres el piso conmigo. — Dijo con sorna, restándole completa importancia al hecho de que hace unos momentos había tenido un kunai en el cuello.
— ¿Qué haces aquí? — Cuestionó tan pronto pudo hilar sus pensamientos, a la par que seguía con precaución todos los movimientos del chico, ¿realmente era él quién se encontraba ahí? Por su lado, el pelinegro se tomó su tiempo para terminar de sacudirse el polvo, luego quitarse la capa y ponerla en el asiento que estaba en el lugar para comenzar a hablar.
— Así que esta es la parte trasera del taller, eh. — Sasuke comenzó a caminar mientras escrudiñaba el lugar. De soslayo pudo notar que la chica seguía en guardia, pues en cuanto comenzó a moverse por el lugar, ella se puso tensa y retrocedió a la par, manteniendo su distancia.
— Pregunté qué haces aquí. — Realmente era él.
— Lo mismo que tú. Terminar lo que se empezó.— Con calma comenzó a urgar entre las cajas que se encontraban aquí y allá, algunas solo contenían herramientas y polvo.
Sakura frunció el entrecejo ante la respuesta vaga de su compañero.
— No me estás entendiendo. Se supone que deberías estar rumbo a la Arena, ¿por qué...
— Ah, eso... — Sasuke se volvió hacia ella; ya no había caso ocultar nada si de todas formas ella estaba ahí. — Fue parte del plan. — dijo finalmente.
— ¿Plan? ¿Qué plan? ¿De qué estás hablando?
— Kakashi y yo planeamos mi sentencia. — explicó con preocupación ajena mientras llegaba al escritorio y se detenía donde Sakura había estado momentos antes de qué él llegara. — Creímos que si alguien buscaba inculparme para llegar a los altos mandos... — El Uchiha se puso de cuclillas, al parecer su búsqueda ya había llegado a su fin. — ... entonces aprovecharían el momento de mi traslado para hacer su último movimiento y atacar a la Alianza. Después de todo siempre fui uno de sus objetivos principales.
La mente de Sakura empezó a dar vueltas en completa confusión, ¿todo había sido un... plan? ¿De quiénes? ¿Con qué fin?
— No. Espera. ¿De qué estás hablando? — Sakura se acercó un poco, lo suficiente para ver por encima del hombro que el Uchiha seguía sacando cosas de los cajones y ponía el contenido sobre el escritorio. — ¿Qué es lo que estás buscando?
— Ya te dije: lo mismo que tú.
Entonces Sasuke puso la caja que había estado oculta debajo del escritorio, y cuando Sasuke la abrió y Sakura vio su contenido, su corazón se sintió más pesado al comprobar las sospechas que llevaba cargando cuando salió de casa.
Entonces es verdad. Le dolió reconocer.
La caja contenía el pergamino que había sido robado cuando la red de seguridad de Konoha había sido violada, además de la máscara de gato del shinobi con el que habían luchado en los exámenes Chunnin. El mismo que Kakashi...
Sakura instintivamente se acercó más al borde del escritorio.
— No quería creer que él estaba detrás de esto. No por nuestra amistad. — Comentó después de un momento en voz baja, más para sí misma que para el chico. El Uchiha se le quedó mirando mientras se colocaba a su costado; de alguna u otra forma entendía a qué se refería, él tampoco había querido hablarles de sus sospechas y ser quién rompiera los lazos que Naruto y ella habían forjado con tanta dedicación; él más que nadie sabía lo que una traición significaba y  era lo que menos se merecían, por eso prefirió guardarse lo que ocurría y hacer las cosas sin su apoyo.
— ¿Cuándo te enteraste? — Se atrevió a preguntar, y el Uchiha supo que ya no tenía caso protegerles de la verdad.
— Poco antes de que tu lo hicieras.
Fue todo lo que dijo. Sakura asintió en silencio, a sabiendas de que estaba siendo compasivo con sus sentimientos.
Pero ella no quería compasión.
— ¿Naruto lo sabe?
— No. — Dudó un momento en responder, pues se preguntó porqué a pesar de la decepción que ya reflejaba la mirada de la chica, ésta pedía saber más. — Mis sospechas llegaron cuando el ANBU de Kakashi desaparecía cada que Maru estaba presente, y empeoraron cuando comentaste que su herida no sanaba.
Sakura suspiró con cansancio y lentamente dirigió sus ojos a las cosas que albergaba el escritorio, en un intento por calmarse; era increíble que Maru hubiera jugado con ellos de esa forma después de todo el apoyo que tanto ella como el propio Naruto le habían obsequiado, pero suponía que no podía culparle cuando la traición y el descontento seguían presentes en la gente de la aldea.
Después de los horrores de la guerra, muchas personas se perdían y escogían el camino érroneo por la desesperación de haber perdido lo poco que tenían: dinero, poder o incluso familia.
Siguió dirigiendo sus ojos por los objetos del escritorio hasta que éstos se encontraron con algo que llamaron su atención: Era un portaretratos con una foto, una dónde se mostraba a un Maru pequeño siendo llevado a cuestas por su padre, ambos sonreían ajenos al futuro que les esperaría más adelante.
Sakura conocía esa alegría ignorante también, era increíblemente triste saber que una vez más, un chico de su edad volvía a estar bajo las sombras.
— Supongo que no somos los únicos con heridas del pasado. — La pelirosa dejó que sus pensamientos se manifestaran.
Sasuke se acercó un poco más a donde estaba la kunoichi y observó también las dos figuras en el marco.
— Parece que es nuestro destino.
Ambos sabían que no hablaban de la foto, o al menos no de esa en particular. El recuerdo de sus tiempos como gennin hizo eco en ellos y por un momento el silencio de la habitación hizo más ruido que la lluvia que golpeaba en la ventana del lugar.
En el fondo de su ser siempre supieron que el destino del equipo Siete había estado cubierto por la desgracia, y ahora sólo quedaba imaginar lo que pudo haber sido de ese futuro brillante que habían perdido. Era amargo entender que varios de los momentos que compartieron no iban a volver jamás; el pasado era pasado, lo único que podía cambiarse era el futuro aprovechando el presente, así que eso era lo que harían.
— Debí contarte. — Comenzó a decir despacio el Uchiha, sabía que le debía una disculpa por haberle ocultado su plan inicial, también a Naruto, pero le importaba más arreglar las cosas con la pelirosa en ese momento y evitar que la brecha entre ellos los terminara por separar nuevamente. Al menos por una vez en su vida debía ser honesto con ella.
— En verdad debiste decirme. — Concedió ella en el mismo tono mientras le regalaba una mirada cansada.
— No es que no haya querido, es sólo que...
— Que nuevamente no confiabas en nosotros.
Sasuke frunció el cejo. ¿A qué se refería?
— No es lo que trato de decir. Es sólo que no quería lastimarles con...
La kunoichi sonrió amargamente, con la vista fija en la foto que tenía delante, pero su atención estaba en su acompañante.
— No, ya lo haces inconscientemente. — La resignación era una cosa que Sakura había aprendido de las peores formas.
Sasuke frunció aún más el entrecejo con contradicción.
— ¿A qué viene eso? — Tenía la sensación de que se estaba tratando de insinuar algo, sin embargo, no lograba descifrar qué.
Sakura observó un poco más el marco que había tenido en sus manos antes de dejarlo en su lugar y girar a verle.
— ¿En verdad me estás preguntando eso o simplemente finges que no te das cuenta? — preguntó con cansancio.
— No sé a que te refieres. Si no les dije nada fue porque no quería hacerlos pasar por esta situación. — Sasuke cambió a un tono más serio. No sabía a dónde quería llegar la pelirosa y eso le incomodaba.
Tan considerado.
Balbuceó. Y Sasuke alcanzó a oírla.
— ¿A qué te refieres? — Insistió Sasuke. ¿Tanto le había afectado que no la incluyera en la misión? Él no lo había hecho porque sabía que Maru era cercano a ella y eso le terminaría afectando de alguna u otra manera, sólo había querido protegerla de tener que enfrentarse a alguien importante para ella.
Pero ahí estaba, enfrentándose a ese alguien.
La pelirosa comenzó a buscar su capa. Si ya sabía quién estaba detrás de todo, entonces no había tiempo que perder; no era momento para detenerse a charlar sobre cómo se sentía y lo poco empáticos que podían ser con el otro.
Estaba por salir cuando Sasuke interceptó su salida y la tomó de la muñeca para hacerle prestar atención.
Sakura, ¿a-qué-te-refieres?
La tormenta afuera se intensificó, y el disgustó en ella también. La inconsciencia de sus actos la seguía ofendiendo y más en ese momento en donde deberían apurarse y terminar con todo el caos que estaba sucediendo en la fronteras y que posiblemente estaba cobrando más víctimas.
Al ver que Sasuke no la soltaría, decidió contestar:
— A que siempre es lo mismo contigo. Actúas como si sólo se tratara de ti. — El agarre del chico en su muñeca seguía firme.
— Explícate.
Indicó, pero más que una orden esta vez era una súplica. Estaba confundido; siempre era difícil tratar con la pelirosa, siempre llegaban a un punto en donde ninguno de los podían decir exactamente lo que querían y él ya estaba cansado de repetir el mismo círculo vicioso con ella, de quedarse a medias.
Sakura resopló. Harta de tener que explicar también lo evidente.
— A que nunca dejas que nadie entre en ti, Sasuke. Nunca dejas a nadie acercarse lo suficiente como para ayudar.
— Eso no es cierto. — Refutó y retrocedió instintivamente, soltando el agarre en su muñeca. Sakura sonrió amargamente, era gracioso y triste ver al gran Uchiha huir de sí mismo.
— ¿Lo ves? Incluso ahora lo haces. — Tomó más valentía para decir lo que le habían pedido escuchar. — Se supone que tenías una orden de ejecución en tu contra y no fuiste para decirnos que todo era un maldito plan. ¿No crees que fue muy desconsiderado de tu parte?
— Ya dije que fue un error. — Repitió, y Sasuke se preguntó porqué su voz sonó más profunda de lo que había intentado. ¿Por qué le estaba molestando tanto lo que la chica le estaba diciendo?
Tal vez porque en el fondo sabía que tenía razón.
— ¿Y nunca se te ha pasado por la cabeza lo que sentimos? ¡¿Crees que es justo lo que nos haces?! Siempre tratando las cosas a tu manera sin pensar más allá de ti— Comenzó a explotar. —Sí, fue un error no habernos dicho nada, ¡pero cada vez tus errores me matan! ¡¡¡ESTOY TAN HARTA DE TI Y TU FORMA DE ACTUAR!!!
No había forma de retractarse. Le había pedido ser honesta, entonces debía serlo, ya estaba cansada de tener que fingir paciencia cuando se trataba de él.
Los latidos de su corazón imitaron el golpeteo de la lluvia mientras soportaba la mirada punzante del pelinegro, sin embargo, eso no importó para que Sakura retomara su intención de irse. Se giró rumbo a la entrada, pero su acompañante no había terminado.
— ¿Crees que yo no estoy harto de esto? — Su voz sonó extrañamente calmada, provocando que a Sakura le recorriera un escalofrío que la congeló en su sitio, antes de que pudiera alejarse un paso más. — ¿Crees que no estoy cansado de ser un peón a dónde quiera que vaya?
Sakura se giró cuando sintió la desolación en el tono de sus palabras y se arrepintió de haberle acorralado, Sasuke por su parte estaba agradecido de por fin tener la oportunidad de poner las cartas sobre la mesa y ser también honesto.
— Desde que he sido un niño siempre he sido un títere: desde la aldea hasta mi propio clan. ¿En serio quieres hablar de lo que es justo? — La rabia se iba haciendo más notoria en las facciones del pelinegro conforme se acercaba a ella.
Sakura volvió a retroceder y Sasuke acortó la distancia bloqueando todas sus salidas.
— Desde niño he visto cómo todos se han aprovechado de mi clan... — Escupió con desprecio. — ¿Crees que ha sido fácil para mí tener que estar nuevamente en la aldea que ordenó asesinar a mi clan?, ¿trabajando para ellos? ¿paseándome por las calles bajo la ilusión de su benevolencia? Supongo que todos deben creer ha de ser muy divertido, ¡¡¡¿CREES QUE NO ME DOY CUENTA QUE SI ME LIBERARON ES PORQUE, AÚN AHORA, SOMOS ÚTILES PARA ELLOS?!!!
El Sharingan brilló en la noche. Sakura sintió su espalda chocar con la pared, y el aliento agitado de Sasuke golpear en su rostro. El pelinegro estaba a centímetros de ella.
— Dime, Sa-ku-ra, ¿Eso te parece justo?
Sakura tragó saliva. Ahora la acorralada era ella.
Trató de zafarse, pero el brazo de Sasuke apoyado en la pared a la altura de su cintura, impedía que pudiera huir hacia la puerta a sus derecha. Los ojos del Sasuke la veían fijamente, el carmesí ordenándole que respondiera.
— Siempre culpando a otros. — dijo en voz baja, sosteniéndole la mirada. — Deja la misión si tanto te pesa trabajar para Konoha. Anda, vuelve a abandonar a tu equipo, al final eso siempre ha sido fácil para ti.
Reprochó, retrayendo las lágrimas y protegiendo el orgullo que aún le quedaba.
El Mangekyo entonces se activó, señal de la herida que acababa de abrir la pelirosa.
Sasuke cerró el puño a su lado.
— Dilo de nuevo. Que fue fácil. — Retó.
Sakura se limpió la lágrima que corrió por su mejilla. No sabía si temblaba por el frío o por la rabia y el dolor que en ese momento recorrían su sangre.
— No trates de menguarlo. Has tenido tanta culpa como los demás de lo que reniega. Incluso ahora sigues compartiendo responsabilidad de tu pasado.
— ¿Entonces crees que ninguna de mis acciones han sido sinceras? — preguntó escéptico, un deje de decepción y dolor. — ¡¿Crees que para mí esto no significa nada?!
— ¡¡¡¿Y cómo puedo estar segura?!!!
Contratacó. Sasuke liberó su agarre para dar un paso atrás y quitarse el cabello húmedo que caía sobre su frente, totalmente exasperado.
— ¡¡¿Por qué???!! ¡¡¿¿por qué siempre tenemos que llegar hasta el punto de discutir, Sakura??!!
—¡¡Me dejaste en esa banca, Sasuke!! — Reprochó finalmente. — ¡¡¡Me dejaste sin otra opción más que quedarme en esa fría banca esperando a que volvieras!!! ¿No crees que merezco una disculpa por ello?...  ¿un poco de amabilidad de tu parte?
El dolor casi le desgarró la garganta, estaba rota y le costaba seguir manteniendo las piezas de su corazón en su lugar. Sasuke se dio cuenta cuando la observó.
Ella tenía razón, la verdad se sintió como un balde de agua fría. El pelinegro había actuado siempre siguiendo su propio criterio sin pensar en los demás, sin detenerse a pensar a quién afectaba con su deseo de venganza, completamente inmerso en su propio camino y en su propio dolor que ignoraba el de quienes le rodeaban. Su egoísmo había lastimado a demasiadas personas y la primera había sido Sakura.
Los ojos de Sasuke se ablandaron y el Sharingan se desactivó.
No era el único que se había quedado a la mitad. Todo este tiempo Sakura había estado esperando algo también, tal vez más que él.
— ¿Y ahora me pides que vuelva a confiar en ti? ¿Crees que tu podrías hacerlo después de todo lo que has hecho?
Esta vez fue Sakura la que dio un paso hacia él, pero Sasuke apartó la mirada.
Cuando se atrevió a verla, la chica delante suyo reflejaba la tristeza y el peso que había cargado con ella desde aquella noche en que sus caminos se separaron. Una despedida a medias.
— Yo… lo siento. — Dijo finalmente dándose cuenta de todo el daño que le había hecho a la única persona que le había demostrado cálidez en ese mundo gélido.
Sakura comenzó a aguantarse las ganas de llorar en un intento fallido de seguirse mostrando fuerte; como esa vez que él se fue, y como esa otra vez en el Valle del Fin. Siempre queriendo ser fuerte cuando se sentía tan débil.
— Lo siento tanto. — Volvió a tratar de acercarse a ella. — Fui un idiota… Por todo… Por usar el Genjutsu, por …lastimarte esa vez.
Las palabras tropezaban al salir por sus labios. Sakura sólo podía negar en silencio, alejándose, queriendo huir de su disculpa, de él.
Sin embargo, no había día en que Sasuke no se arrepentiera de herir a la pelirosa. Si no hubiera llegado Naruto aquella vez...
— Perdón… por dejarte. — Dijo finalmente cuando llegó a ella.
La acercó a él con su único brazo. Al oír esas palabras y sentirlo a su lado, Sakura liberó entonces todo ese dolor que había guardado en los últimos años en un llanto ahogado en el cuello de Sasuke.
Comenzó a temblar imparablemente y sus piernas flaquearon, cayó de bruces; Sasuke evitó que se golpeara sosteniendo su peso, cayendo junto con ella, pero no la soltó. Al contrario, la rodeó en su abrazo.
Los dos quedaron sentados en el piso, mientras el cielo se se cernía sobre ellos.
— Si tan sólo las cosas fueran cómo antes.— dijo entre lágrimas. —. … Si tan solo hubiera podido evitarse todo, Sasuke, dime ¿hubiera sido diferente? — Sakura arrugó la tela de su pecho con frustración.
El pelinegro apretó los dientes con fuerza; se sintió triste y molesto, odiaba que Sakura se creyera responsable de lo que habían enfrentado cuando el único culpable había sido el sistema shinobi obsoleto en el que se encontraban.
— Nadie hubiera podido evitarlo. Era mi destino, ¿entiendes? — Tranquilizó mientras acariciaba su cabello, en un intento por calmarla, pero las lágrimas de la pelirosa no dejaban de correr, nublando sus ojos jade y mojando todavía más la ropa del pelinegro.
Era injusto. Se dijo Sasuke.
Ellos no merecían haber pasado por todo eso. Nadie merecía cargar con un destino así. Eran niños, debían haber vivido su infancia y adolescencia de otro modo, pero eran shinobis, y el mundo era cruel y las personas en él, más.
Los ojos de Sasuke se volvieron de pronto cristalinos al hacer recuento de todo lo que había perdido hasta ese momento: su familia, su clan, su libertad, su equipo...
El miedo de casi haber perdido la confianza de la chica que tenía entre sus brazos lo inundó de pronto y la abrazó con mayor firmeza. Definitivamente no quería perderla.
No quería soltarla, no quería que ella le soltara tampoco así que la arropó en su abrazo. Era lo único que podía hacer.
"Perdón por todo"
"Perdón por todo"
"Perdón por todo"
Siguió repitiendo, una disculpa en voz alta para ella y para sí mismo. Necesitaba escuchar esas palabras y creerlad. Se lo merecía. Ambos se merecían esa disculpa. Así que siguió disculpándose hasta que ambos se quedaron dormidos.
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¡QUÉ CAPÍTULO MÁS LARGO, DIOS MÍO!
Debo confesar que este fue el primero que escribí para esta historia así que desde entonces tuve que hilar los eventos para llegar a él y todavía ahora tuve que pulirlo un poco más y agregar cositas aquí y allá, y estoy totalmente orgullosa del resultado final (espero que ustedes lo hayan disfrutado igualmente).
Creo que era momento de que tanto Sasuke como Sakura fueran 100% claros con lo que pasaba y que tuvieran la charla decisiva que habían estado postergando desde que éste había salido de prisión, que Sakura pudiera reclamar lo de la banca y que Sasuke se disculpara por abandonarla así.
Les agradezco infinitamente que me sigan leyendo. Estamos en la racha final de mi primer fic así que sigan aquí un poquito más! AHHHHHH qué felicidad.

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