XIX. Ilusiones marchitas

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Este capítulo fue largo, así que espero lo disfruten.
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La Aldea de la Hoja se encontraba en medio de una nueva crisis. No era necesario ser muy perspicaz para darse cuenta que algo se avecinaba.
Sakura empezó a verlo esa tarde que salió del hospital y sintió que algo estaba fuera de lugar. En un inicio había fingido no darse cuenta, pero conforme cruzaba cada calle notaba a los shinobi eficientemente distribuidos entre los puestos y locales: uno, dos, tres... siete... Sakura los contó. Cada uno de ellos se encontraba en un punto clave para patrullar la zona.
Pensó que el incremento de esos elementos se debía a que los shinobi que habían estado fuera de la aldea por alguna misión estaban regresando a casa; sin embargo, de un día para el otro, la aldea comenzaba a ser militarizada. Y lo peor de todo, nadie parecía notarlo o preocuparse siquiera de ello.
Sakura hubiera querido seguir ajena a esa conducta sino hubiera sido porque las señales en los últimos días le pedían que lo considerara. Ino había dejado de asistir al hospital por el aumento repentino de trabajo en la Unidad de Inteligencia, y Sai y Shikamaru se la pasaban en patrullaje. Éste último incluso no parecía tener tiempo de quejarse lo cual de por si era raro. Era como si la aldea se estuviera preparando para algo.
— ¿Has visto a Sasuke?
Naruto sacó de sus pensamientos a la pelirosa mientras ésta observaba detenidamente el intercambio de palabras de los dos ninjas en el puesto delante de donde ella y el rubio comían dango.
— ¿Eh? ¿Sasuke? — La chica se movió incómoda y fingíó alisar su falda. — .... Sí. Ayer... lo vi cuando fui al cuartel ANBU.
— Últimamente ha estado más raro de lo normal.
— ¿Lo está? — Sakura preguntó con despreocupación mientras tomaba de su té frío.
— ¿No me digas que no lo has notado? Incluso me atrevo a decir que tú estás igual de rara al no tomarte en serio mis palabras. — El rubio se estaba cansando de sus dos amigos. Era como si ambos hubieran acordado ponerle a prueba. — ...Hasta podría decir que algo están ocultándome.
La kunoichi rodó los ojos al ver que su compañero la escudriñaba tratando de descubrir alguna señal que le dijera qué ocurría con su amiga.
— Ya, Naruto. No le des muchas vueltas. — Dijo con un deje de irritabilidad.
Era increíble cómo todos le preguntaban por Sasuke y seguían trayéndolo a conversación. No es como si ellos estuvieran en su mejor momento, podría decirse que en realidad nunca tuvieron siquiera el momento. De hecho, si tan sólo él hubiera sido más sincero con ella entonces tal vez... podría sentirse con el derecho de preocuparse por él; sin embargo, el Uchiha siempre recurría a pelear las batallas solo y eso la lastimaba.
— Tal vez esté en un interrogatorio.
Sakura adivinó sin quitar de vista a los shinobi que seguían delante.
— A lo que me dijo Sasuke, ya no está siendo interrogado. Kakashi lo está usando como patrullaje.
Genial. El Uchiha sí había hablado con Naruto sobre lo que pasaba y no sólo eso, también le había comentado sobre sus actuales actividades. En serio, ¿qué es lo que la hacia diferente? ¿en verdad Sasuke no confiaba en ella después de todo?
— Entonces... ¿no encontraron relación con el caso?
Se atrevió a preguntar esta vez con la atención puesta en las palabras de su amigo. Tal vez después de todo sí deseaba saber lo que ocurría.
Tal vez bajo su pantalla de frialdad y discreción, seguía muriendo por saber qué es lo que ocurría pese a decir preferir mantenerse al margen por el bien de su corazón. Sabía que Kakashi nunca le diría nada (por ser Hokage y tratarse de una misión rango S en donde la seguridad de las aldeas estaba comprometida), y añadiendo lo impenetrable que era el pelinegro; solo podía aceptar la ignorancia de su posición y alejarse, mientras la duda en él crecía dolorosamente. El único que podía darle esperanzas era el rubio sentado delante de ella quien tenía una determinación enorme, la cual lo protegía de romperse o preocuparse siquiera por verse débil. Naruto era completamente diferente a ella.
— El Usurantonkachi no dijo mucho, pero no creo que Kakashi esté usándolo como ave de paso si tuviera algo que ver. — Naruto se le quedó viendo con una sonrisa al ver que la chica le ponía atención. — Ya veo... SÍ que te sigue importando... ¿eh?
La voz pícara de su amigo hizo que un leve rubor subiera por sus mejillas.
— Pues claro es mi... nuestro... compañero. — La sonrisa del Uzumaki se ensanchó. Sakura era muy obvia.
Después de un instante, la kunoichi cambió su semblante a uno más serio.
— Aunque, también me preocupa la situación en la que está la aldea.
El rubio dirigió su vista a donde el ceño fruncido de su compañera le señalaba.
— ¿También los notaste?
Naruto había escuchado a Lee y Tenten hablar sobre lo difícil que estaba siendo salir y entrar por la frontera cuando regresaron de una misión de recolección de armas. Al parecer la seguridad había estado incrementado en los últimos días, pero ¿por qué? Según el recordaba, las cosas habían mejorado después de atrapar a los culpables, ¿o a caso estaba perdiéndose de algo?
— Espero que Kakashi-sensei tenga una razón por la cual poner más vigilancia.
Algo en el comentario del Chinchuriki hizo eco en la mente de la chica. Recordó con armagura ese extracto del libro que encontró cuando estudiaba Ninjutsu en la biblioteca de la Hoja. Un libro en donde se narraba las medidas que la Aldea tomó cuando comenzaron los roces con el clan Uchiha; desde su espionaje, hasta las detenciones que la policía (liderada por el clan carmesí) tomaba como represalias al trato del Tercero.
Ella en verdad esperaba que nada de eso se repitiera.
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