✶ׅ 𓄷̸ 𝘍𝘶𝘯𝘴𝘩𝘪𝘯𝘦 𝘹 𝘎𝘳𝘶𝘮𝘱𝘺 ˖ ་ [𝘸𝘦𝘦𝘬]

Ramo de flores

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Funshine, el osito amarillo con un sol radiante en su barriguita, siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos. Un día, decidió pasar la mañana en el jardín de Share, la osita conocida por su generosidad y amor por las flores. El jardín de Share era un espectáculo de colores y aromas, y siempre necesitaba un poco de cuidado adicional.

Funshine pasó varias horas ayudando a Share a regar, podar y cuidar las flores. Trabajaron juntos, charlando y riendo mientras cuidaban cada planta con esmero. Las flores del jardín de Share florecían bajo su cuidado, llenando el aire con sus fragancias dulces y vibrantes colores.

Cuando terminaron, Share sonrió agradecida y decidió recompensar a Funshine por su ayuda. Reunió un ramo de las flores más hermosas del jardín, un conjunto de flores moradas brillantes y frescas, y se lo entregó a Funshine.

-Gracias por tu ayuda, Funshine. Estas flores son para ti -dijo Share con una sonrisa traviesa.

Funshine tomó el ramo, agradecido y un poco sorprendido. -¡Gracias, Share! Son preciosas.

Pero Share no había terminado. Con una sonrisa enigmática, empujó suavemente a Funshine en dirección a la casa de Grumpy. Funshine, un poco desconcertado, siguió el empujón sin comprender del todo lo que Share estaba insinuando.

-Ve y dáselas a Grumpy -dijo Share, sus ojos brillando con un toque de picardía.

Funshine, todavía confundido, caminó hacia la casa de Grumpy con el ramo de flores en sus manos. Aunque no entendía completamente el motivo de Share, confiaba en su amiga y siguió adelante. Al llegar al taller de Grumpy, tocó suavemente la puerta.

Grumpy, el osito azul con una nube de lluvia en su barriguita, abrió la puerta, con una expresión de sorpresa al ver a Funshine allí, sosteniendo un hermoso ramo de flores moradas.

-Hola, Grumpy -dijo Funshine, sintiéndose un poco nervioso-. Share me dio estas flores y me dijo que te las trajera.

Grumpy miró el ramo y luego a Funshine, claramente desconcertado. -Oh... bueno, gracias, Funshine. Son... muy bonitas.

Funshine le entregó el ramo y ambos se quedaron allí, en un momento de incómodo silencio. Ambos ositos tenían sentimientos el uno por el otro, pero ninguno se atrevía a dar el primer paso. Así que, tratando de mantener la situación ligera, lo tomaron como un simple gesto de amistad.

-Supongo que... es solo un gesto de amigos -dijo Funshine, tratando de sonreír.

Grumpy asintió, sosteniendo el ramo con cuidado. -Sí, claro. Gracias de nuevo, Funshine.

Después de un breve intercambio de palabras, Funshine se despidió y salió del taller de Grumpy, sintiendo una mezcla de alivio y confusión. Mientras se alejaba, no pudo evitar pensar en lo que realmente significaba ese momento.

De vuelta en el jardín, Share observaba a Funshine desde la distancia. Sabía que su amigo había dejado pasar una oportunidad importante. Cuando Funshine regresó, Share le dio una mirada de reproche pero también de comprensión.

-¿Por qué no le dijiste lo que sientes? -preguntó Share, aunque ya conocía la respuesta.

Funshine se encogió de hombros, sintiéndose un poco abrumado. -No lo sé, Share. Simplemente... no sabía cómo hacerlo.

Share suspiró y le dio una palmadita en el hombro a Funshine. -A veces, las cosas más importantes son las más difíciles de decir. Pero estoy segura de que habrá otra oportunidad.

Funshine sonrió, apreciando el apoyo de Share. -Gracias, Share. Lo intentaré la próxima vez.

Mientras tanto, Grumpy, en su taller, miraba el ramo de flores moradas y no podía evitar pensar en Funshine. Aunque no entendía completamente el gesto, una parte de él sentía que había más en esas flores de lo que parecía.

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En el mundo de los Ositos Cariñositos, los sentimientos a menudo florecían lentamente, como las flores en el jardín de Share. Y aunque Funshine y Grumpy no habían dado el primer paso esta vez, ambos sabían en el fondo de sus corazones que su amistad podría florecer en algo aún más hermoso si seguían cuidándola con el mismo amor y atención que le daban a cada flor.