Frambuemoras

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Había llegado la temporada de frambuemoras, un momento del año en que los arbustos se llenaban de estas deliciosas frutas rojas y jugosas. Grumpy, decidió aprovechar el día para recolectar tantas frambuemoras como pudiera. Sin prestar mucha atención a su alrededor, se concentró en llenar su cesta con las frutas más maduras y dulces.


De repente, Grumpy sintió un toque en su tobillo. Al mirar hacia abajo, vio una pelota roja a sus pies. Levantó la vista y se encontró con Funshine, su novio, que se acercaba corriendo con una sonrisa radiante.

-¡Hola, Grumpy! -saludó Funshine, plantándole un beso en la mejilla antes de recoger la pelota y salir corriendo de nuevo, riendo alegremente.

Grumpy se quedó allí, sintiendo que su rostro se ponía rojo como las frambuemoras que estaba recogiendo. El simple gesto de Funshine había hecho que su corazón latiera con fuerza. Después de recomponerse, Grumpy continuó recogiendo la fruta, llenando su cesta lo más rápido posible antes de regresar a casa.

Una vez en casa, Grumpy pasó la tarde haciendo mermelada de frambuemoras. Con dedicación y cuidado, preparó los frascos, llenándolos con la dulce y fragante mermelada. Al terminar y ver los frascos ordenados en su despensa, suspiró satisfecho. Había sido un día productivo, y ahora tenía suficiente mermelada para disfrutar y compartir.

Justo cuando se estaba relajando, escuchó un toque en la puerta. Al abrir, se encontró con Funshine y sus amigos Cheer, Share y Oopsy, todos con sonrisas y energía contagiosa.

-¡Hola, Grumpy! -dijo Cheer, sosteniendo una bandeja de galletas-. Pensamos en venir a visitarte y compartir algunos dulces.

Grumpy, aunque un poco sorprendido, sonrió y los invitó a pasar. -Gracias, pasen. Justo terminé de hacer mermelada de frambuemoras.

Los ositos entraron con entusiasmo, y Grumpy tomó uno de sus frascos más fríos de la mermelada y lo puso en la mesa. Se sentaron todos juntos, disfrutando de las galletas, la mermelada y la buena compañía. La casa de Grumpy se llenó de risas y charlas mientras los ositos compartían historias y disfrutaban de la deliciosa comida.

La tarde pasó rápidamente, y finalmente, los amigos se despidieron, agradecidos por el tiempo compartido. Funshine, sin embargo, se quedó atrás para ayudar a Grumpy a ordenar la casa.

-Gracias por quedarte a ayudar, Funshine -dijo Grumpy, apreciando la compañía de su novio.

-De nada, Grumpy. Me encanta pasar tiempo contigo -respondió Funshine con una sonrisa.

Una vez que terminaron de ordenar, Grumpy, sintiendo una mezcla de nervios y esperanza, invitó a Funshine a quedarse a dormir. -¿Te gustaría quedarte a dormir aquí esta noche?

Funshine, con su usual entusiasmo, aceptó. -¡Claro, me encantaría!

Ambos se prepararon para la noche y se acostaron en la misma cama. Era la primera vez que dormían juntos desde que comenzaron su relación, y los nervios eran palpables. A pesar de la incomodidad inicial, se abrazaron, sintiendo la calidez y el consuelo de tenerse el uno al otro tan cerca.

-Buenas noches, Funshine -murmuró Grumpy, sintiendo su corazón latir con fuerza.

-Buenas noches, Grumpy -respondió Funshine, acurrucándose más cerca.

La tranquilidad de la noche los envolvió, y pronto se quedaron dormidos, abrazados y sintiendo una profunda conexión. En ese momento, todo se sintió perfecto y seguro. Sabían que, sin importar las dificultades, siempre tendrían al otro para apoyarse y amarse.

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El amor y la amistad siempre brillaban, incluso en los momentos más simples y cotidianos. Grumpy y Funshine, abrazados y durmiendo juntos por primera vez, demostraron que el verdadero amor se encuentra en los gestos más pequeños y en la presencia constante de quien más se ama.


✶ׅ 𓄷̸ 𝘍𝘶𝘯𝘴𝘩𝘪𝘯𝘦 𝘹 𝘎𝘳𝘶𝘮𝘱𝘺 ˖ ་  [𝘸𝘦𝘦𝘬]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora