CAPITULO IX

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"Cada uno de nosotros tiene su propio ángel guardián, un ser celestial que nos guía y protege, aunque no siempre podamos verlo."

Mitch Albom

MANIFESTACIÓN 

El silencio envuelve el santuario, interrumpido solo por el suave murmullo del viento que acaricia las hojas de los árboles.

Un paisaje onírico se despliega como un lienzo mágico. Me encuentro en un lugar etéreo, donde las estrellas danzan en el cielo como destellos de luz divina. Un río de éter fluye a mi alrededor, llevando consigo mis pensamientos y emociones en forma de brillantes espirales de energía.

En medio de este paisaje etéreo, una figura luminosa se acerca a mí. Es una presencia celestial, envuelta en un resplandor dorado que emana paz y sabiduría.

Siento una conexión instantánea con esta figura, como si reconociera su presencia de algún lado.

—¿Quién eres?— susurro en un estado de ensueño.

—Soy tu guardián, Elysia—.La figura sonríe con benevolencia.

—¿Mi guardián? —. Creo que estoy perdiendo la cabeza.

—Sí, y aunque ahora no lo entiendas. Muy pronto lo entenderás.— me toma de la mano, y nos encontramos en un mundo sumido en la oscuridad.

—¿Qué pasó aquí?— no puedo creer que esto sea real. Sacudo mi cabeza para intentar despertar, pero sigo viendo el mismo paisaje.

Presencio un mundo sumido en la oscuridad, donde las fuerzas del mal han ganado terreno, las bestias corruptas son las únicos habitantes del mundo terrenal...

—Elysia...—escucho a lo lejos. —Elysia— siento un brusco movimiento en mi hombro.

—Que sucede— abro los ojos de manera repentina.

¿Que fue ese sueño?

—¿Estás bien?— Hasan aparece en mi campo de visión.

Estamos de bajo un árbol, en el bosque. El atardecer casi llega. Los demás guardianes están terminando de armar el campamento. Por orden de Aurius, y por los acontecimientos de hace semanas, estamos explorando el bosque del norte de la Ciudad Éter. Jamás se había visto una criatura tan dañina como la sirena, por lo que estamos buscando otras para acabar con ellas.

—Sí, estoy bien—. Respondo poniéndome de pie.

—Vamos a terminar de ordenar las carpa.

Caminamos a la par, saludando a uno que otro guardián. Me alegra estar participando en esto, y que no me hayan excluido como en las exploraciones de los chicos. Pero claro, soy una guardiana del mundo sobrenatural. Debo estar presente en estas exploraciones.

—Casi terminamos Hasan, no te preocupes. —responde Elias, componiendo sus lentes de pasta. Su cabellera rojiza es hermosa a la luz del día natural. Y sus pecas resaltan con ese chaleco verde oliva.

—Gracias Elias, durante la tarde exploraremos el bosque. Además, hoy se presentará el Capitán de nuestro equipo. —responde Hasan doblando una manta , y dejándola en su parte de la cama compartida.

—Hola, Hasan.— un minotauro joven entra a la carpa.

—Asterión, es un placer verte.— Hasan le saluda, con un apretón de manos.

—Él es parte de nuestro equipo. — lo presenta con una alegría en su rostro.

—Mucho gusto, Asterión, soy Elysia— me presento. Hasan me había contado de él, habían llagado aquí al mismo tiempo.

EL DESPERTAR © [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora