CAPÍTULO III

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DESTINADOS A ENCONTRARSE

Sentada en el balcón de mi habitación, miro el paisaje, el sol se pone en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados. Pienso en lo sucedido el otro día con el Onecentauro, lo que me dijo Hasan. Incluso en el reino humano hay personas corrompidas, ellos les llaman Descarriados y los encierran por su desequilibrio, o los mandan aquí, de alguna forma es como una cadena, no tiene un fin, pero talvez si un inicio, desde ese día no veo a Hasan, no hemos hablado desde esa extraña plática afuera de la enfermería.

No me di cuenta del tiempo que tarde sumergida en mis pensamientos, cuando de pronto mis parpados empezaron a cerrarse:

«Me encuentro en un paisaje celestial bañado en una luz dorada y purificadora. A mí alrededor, ángeles de diferentes rangos me rodean, algunos con alas desplegadas y otros con miradas serenas. Todos listos para la batalla. En el centro de una sala que no logro distinguir, veo a una ángel con un resplandor especial, emanando una energía que parece trascender lo terrenal.

De repente, las sombras se agitan en las fronteras del paisaje, revelando figuras oscuras y demoníacas que avanzando hacia ella.

A medida que la batalla se desata, veo ángeles a sus alrededores, protegiéndola y abriéndole paso a toda costa.»

Despierto de manera repentina y desconcertada. La noche reina sobre el cielo, aún sigo en el balcón y no sé qué tanto tiempo ha pasado desde que tuve ese sueño, pero me levanto, visto con unos jeans negros, una camiseta ajustada mangas largas, me miro en el espejo, mi cabello esta vez suelto.

Salgo de mi habitación, y del santuario, empiezo mi caminata por el pueblo, debo admitir que la Ciudad Éter es un lugar impresionante, el pueblo en el que no solo hay criaturas sobrenaturales, sino también humanos marcados, está lleno de elementos que reflejan la presencia de seres sobrenaturales.

Los edificios tienen un diseño único y encantador. Fueron construidos con materiales mágicos como piedra encantada, madera que nunca se deteriora e incluso cristales que brillan con luz propia.

Las casas de los habitantes del pueblo tienen jardines mágicos con flores que brillan en la oscuridad, iluminando sus senderos.

Las calles están iluminadas por faroles mágicos que emiten una luz suave y cálida durante la noche. Me encantan los árboles mágicos que crecen en las aceras, con hojas que cambian de color según la hora del día, en la mañana sus hojas son verdes, al medio día sus hojas son de tonos verdes y amarillos claros, al atardecer las hojas son de diferentes tonos marrones, y en la noche sus hojas son de color blanco y grises.

 Pero sin duda lo que más me encantan de estos árboles son las flores hermosas que brillan como cristales a la luz del sol durante el día, y por la noche resplandecen como estrellas en cielo.

En el centro del pueblo, hay una plaza con una fuente mágica que fluye con agua cristalina. Donde los habitantes se reúnen aquí para disfrutar de la belleza del lugar.

Las tiendas del pueblo venden objetos mágicos, pociones, libros antiguos de hechizos y otros artefactos relacionados con la magia.

Y para proteger , de los humanos ambiciosos y malvados que podrían entrar y desatar un caos o robarse algún objeto poderoso, hay guardianes mágicos, ángeles y criaturas místicas que velan por la seguridad y el bienestar de todos los habitantes.

La Ciudad Éter es un lugar lleno de encanto, magia, paz y maravillas que reflejan que la presencia de seres sobrenaturales y criaturas/humanos marcadas no somos una amenaza para el reino humano.

Sigo caminando, admirando la hermosa noche con la luna en lo alto, cuando de pronto, alguien llamo mi atención, un chico alto, con cuerpo atlético, vestido por una camisa manga larga y un saco sin mangas de cuero marrón con pantalón del mismo color, su piel bronceada brillaba a la luz de la alta luna, cabello café oscuro a la altura de los hombros, algo desordenado y trenzado, en la parte derecha de la nariz tiene un percing, que le da ese aire rebelde, está frente a la fuente de la plaza. Lo observo bien y me dirijo hacia él.

EL DESPERTAR © [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora