CAPITULO IV

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LA GUERRA ECLIPSE

Despierto adolorida de todas partes, recuerdo lo sucedido anoche, encontrarme nuevamente con Hasan, el GarraScorpion...y a... Nevian.

*Horas antes*

—Lo siento—dice con una voz grave pero serena, haciendo una reverencia.

—¿Nevian Mytharos? —dice algo desconcertado Hasan.

—¿Lo conoces? —digo aún más confundida.

—Así es, mi nombre es Nevian Mytharos, del pueblo Rocamonte —dice con voz serena.

— Me enviaron a buscarte, pero no te encontré, me dijeron que estaba de viaje —aclara Hasan.

— Nuevamente, una disculpa, vine a ver a Aurius Lux. Días atrás me mandó un mensajero, pero estaba en Lunaval. — explica de manera tranquila.

— Está bien, acompáñanos. — dice Hasan, y empiezan a caminar.

Doy unos pasos detrás de ellos, y repentinamente siento un incómodo dolor en el costado izquierdo, así que para poder terminar de salir del bosque me sujeto con fuerza.

Los habitantes están fuera de sus casas, y los entiendo. La pelea con el Garra Scorpion fue ruidosa, hicimos lo posible para evitar que llegara a la plaza, porque de lo contrario todo estaría destruido.
Escucho susurros en el camino.

—Dicen que fue una criatura corrupta —dicen algunos.

—Esas son las más peligrosas— dicen otros.

— ¿Qué hace una criatura corrupta cerca de la ciudad?—dicen pensativos otras personas.

—Hace años que no vemos a uno por aquí —dicen preocupados.

Es cierto, las criaturas corruptas tienen años, incluso siglos, que no se acercan a la ciudad capital, por ser muy peligrosas, está rodeada de una barrera mágica, difícil de traspasar por esas criaturas.

Mientras los guardias calman a los Éterianos, avanzamos entre la multitud, que nos agradece por haber destruido a la criatura.

— ¿Estás bien? — me dice Hasan, mientras mira cómo me sujeto el costado.

—Claro, ¿por qué no? —le digo mientras me quito la mano y hago mi mayor esfuerzo para no hacer un gesto que le demuestre que me duele.

《Soy un poco orgullosa, y no me gusta que me demuestren lástima.》

No dice nada y sigue su camino al lado de Damien, y no vuelvo a decir ninguna palabra en todo el camino. Llegamos al santuario, pasamos los guardias que ya nos conocen y nos dirigimos a la sala de consejo, donde se encuentra el líder de la Ciudad Éter, Aurius Lux.

Hasan toca la puerta e inmediatamente su imponente figura aparece. Es un nombre que evoca una imagen de brillo y esplendor celestial.

—Hasan, ¿qué se les ofrece?—dice Aurius, con una voz profunda y resonante.

Aurius Lux es un líder imponente, sus antecesores también han sido líderes de la Ciudad Éter.

Tiene una presencia que irradia luz y sabiduría. Su cabello dorado como los rayos del sol caen en ondas suaves sobre sus hombros, destacando sus ojos claros que brillan con una intensidad celestial. Su piel es luminosa y radiante, reflejando su conexión con el elemento de la luz.

Viste ropas elegantes, adornadas con detalles dorados y plateados que resplandecen con cada movimiento. Lleva consigo un aura de autoridad tranquila pero poderosa, transmitiendo confianza y seguridad a aquellos que lo rodean.

EL DESPERTAR © [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora