-11-

63 13 0
                                    


Monoma utiliza sus feromonas para mantenerlo alejado de Shinsou lo cual funciona. El otro tipo, quien se coloca la cazadora con indiferencia, sonríe mientras que la calma regresa a Shinsou tras olisquearle la nuca.

-Lo siento, lo siento, me he dejado llevar tras mucho tiempo sin ver a mi precioso conejito.- ¿Conejito?- Llevo días buscándote, Hitoshi. ¿Dónde has estado? ¿Por qué no has respondido a mis llamadas? – el tono de voz usado es totalmente distinto. Más dócil, calmado – Vine aquí tras un viaje de negocios cuando me dijo tu casero que llevabas meses sin aparecer. ¿Qué ha pasado esta vez, honey? ¿Has tenido otro de tus episodios de incomprensión?

-¿Quién cojones eres?

Pregunta Monoma, aunque tiene cero ganas de saberlo.

-Lo siento.- se disculpa de nuevo buscando con torpeza en el interior de su cazadora – Tenga, aquí tiene mi tarjeta.

Se la tiende a Monoma que abre los ojos como platos al leer los datos de información.

-Qué...cojones... usted...es...

-Denki Kaminari, sí, soy yo.- ríe rascándose la nuca avergonzado – No se preocupe, todos reaccionan de la misma forma cuando les entrego mi tarjeta.

-Pero usted... ¡Es uno de los candidatos que se postulan a la presidencia del país del próximo año! – Kaminari asiente avergonzado. Monoma no le ha reconocido al vestir informal - ¿¿Cómo puedes conocer a alguien tan importante??

Le pregunta a Shinsou totalmente boquiabierto.

-No sé quién es...

Consigue decir. Su interior aún está tembloroso.

Oh, shit. Es cierto.

-¿Cómo os conocéis?

-Verá, Hitoshi y yo, cómo decirlo... - ríe aunque sus brillantes ojos no. Hay una oscuridad de posesividad y toxicidad que a Monoma no se le pasan por alto – Él es mi pareja.

¡Es él!

¡Aquel al que tanto miedo tienen los amigos de Shinsou!

¡Ahora todo encaja!

Pero... ellos dos... ¡No pegan nada! ¡Son polos opuestos!

Vuelve la rabia a masajearle las tripas.

-Si de verdad es su pareja ¿Por qué ha tardado tanto en encontrar a Shinsou? – Monoma se cruza de brazos – Con sus contactos podría haberlo hecho con un chasquido de dedos.

-No puedo usar mis contactos para algo así, pensarán que soy un tóxico y obsesivo con su novio que tiene que tenerlo vigilado las veinticuatro horas y eso a mi Hitoshi no le gustaría ¿Verdad? – Shinsou se oculta tras Monoma, y a Monoma la rabia ya le masajea el pecho. No le ha pasado desapercibido esa forma tan posesiva de referirse al alfa dominante, pero tampoco lo ve tan extraño cuando Kaminari también es uno de ellos - ¿Por qué no nos vamos a mi casa y me cuentas todo? – le tiende la mano que no es aceptada - ¿Sigues enfadado por lo de la última vez? Ya te pedí perdón, no volverá a pasar.

-¿Qué pasó?

-No es asunto suyo... - le dirige una violenta mirada para pasar a una más cortés rápidamente - Esto... Vaya modales tiene – sonríe sin sonreír - Exige que otros se presenten pero no lo hace usted. ¿Con qué tipo de amiguitos te estás juntando esta vez, pequeño? Te dije que no salieras con un cualquiera, ni tampoco te follaras a maleducados por muy guapos y hermosos que se vean.

-Debo sentirme halagado por ser llamado guapo y hermoso.- sonríe Monoma, devolviéndole a su vez una rivalizada mirada por parte de Kaminari – Soy Neito Monoma, neurocirujano.

-Increíble.- Kaminari aplaude mientras ríe – Esta vez has cazado a un pez gordo, pero no lo necesitas, bebé. Me pondrías celoso igualmente si fuera un mendigo – levanta la mano buscando tocar a Shinsou no consiguiéndolo. Monoma se interpone – Señor Doctor, no sé cómo ni dónde se han conocido pero ya no pinta nada aquí. Le agradezco que haya estado cuidando de mi adorado novio en mis días de ausencia, pero de ahora en adelante yo me haré cargo. Vamos, Hitoshi. Regresemos a casa.

-Su casa es esta.

-Su casa soy yo.

Si las feromonas tuvieran el poder de provocar terremotos el edificio entero ya se habría venido abajo.

O más bien el barrio habría sido engullido por un enorme socavón.

-Hitoshi, vamos.

Insiste.

Shinsou sigue oculto tras Monoma.

Y Monoma no piensa dejar que se marche con ese desequilibrado mental.

Segundos más tarde Kaminari finalmente se rinde.

-Sigues enfadado, puedo entenderlo.- luce decaído levantando las manos en son de paz – Esperaré a que se te pase y quieras hablar. Así que esta vez, responde a las llamadas. Por favor.

Ese por favor no ha sonado para nada amable.

De otro bolsillo interior saca un móvil que le tiende a Shinsou que ni lo mira. Kaminari lo deja sobre la mesa suspirando al sentirse rechazado.

-Te he echado de menos, bebé. Te quiero.

Una última sonrisa lastimosa y abandona el apartamento.

El tictac de un reloj de fondo ya dejó de marcar los segundos al compás de los latidos de ambos alfas dejados atrás.

-Joder Shinsou, no sé quién eres pero debes de ser alguien importante para estar saliendo con uno de ese nivel y- ¡Hey! ¿Estás bien? ¡Estás ardiendo!

Toda su piel le arde.

Le quema.

Al igual que sus entrañas.

Sus células.

Sus huesos.

-Por favor... vayamos a casa... doctor...

Y sus cristalinas lágrimas se evaporan por su volcánico rostro.

Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora