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-Tal vez no debería deshacer la maleta.

-Si tan cansado estás déjalo para mañana.

Shinsou niega.

Acaban de llegar a casa, al apartamento de Monoma.

-Debería regresar a casa, a mi propio apartamento.- Monoma hace como que no le oye y camina hasta el salón. Shinsou le sigue con paso dubitativo – Debería terminar de hacer mis maletas, regresar a casa, ir al banco y devolverle todo el dinero que ha gastado en mí y-

-¿No decías que estabas enamorado de mí?

Shinsou levanta la mirada hacia él. Está un par de escalones por encima de su altura. Iba directo a su habitación.

-Sí pero-

-Entonces.- Monoma baja colocándose, ahora sí, a su altura – Demuéstramelo.

Ronronea divertido.

Monoma actúa extraño.

Ni él mismo entiende que le esté dando pie a que le conquiste.

A que se enamore.

¿A que le enamore, tal vez?

Sonríe para sí mismo.

Sabe que no pasará, que no se enamorará, pero tampoco quiere dejarle marchar y que el cretino de su novio, ex novio o jefe o lo que sea el maldito próximo presidente del país le tenga.

No va a dejar que nadie le arrebate a su alfa.

-¿Me está permitido amarle, doctor? – ahora es Shinsou quien sube un escalón juntando sus pies - ¿Me está permitido conquistarle?

-Inténtalo.- le sopla en la cara – Aunque te aviso que nadie ha sido capaz de conquistar mi corazón.

-Eso quiere decir que su corazón es virgen – le abraza por detrás – al igual que su imponente culito que tomé la otra noche – se ríe en su oído. Nota las pulsaciones de Monoma revolotear – Seré el primero y último en conquistar el corazón del doctor Neito Monoma – chasquea la lengua orgulloso - Prepárese porque tengo muchas ideas para lograrlo.

-¿Eeeeh? ¿Y por dónde empezarás?

Se suelta del abrazo para continuar escaleras arribas no llegando por su propio pie a la habitación al ser tomado por Shinsou y subírselo al hombro. Monoma protesta, le escucha reír y no ve su bonita, soleada sonrisa acompañada de mejillas sonrojadas hasta que no le deja de nuevo en el suelo enfrente suya en el interior del cuarto de baño.

-Primero, le prepararé el mejor baño caliente, doctor.

Monoma le ve hacer. Shinsou silba ante la enorme bañera que tiene. Aquí hay espacio suficiente para montar una buena orgía, murmura, pero seguramente no se quedaría satisfecho si yo no estuviera presente, y solos, le dice. Monoma no puede evitar reírse.

Escucha el agua caer en la bañera, llenándose lentamente mientras el vapor empieza a adueñarse del lugar. Monoma empieza a desvestirse. Shinsou lo detiene tomándolo en brazos y sentándolo con delicadeza sobre el lavabo. Quiere ser él quien le desnude muy lentamente. Y Monoma se deja llevar. Quiere saber a dónde le llevará todo ese numerito de sonrisas nerviosas y miradas lujuriosas que combinan muy bien.

Shinsou cuela sus largos dedos a la altura de los hombros de Monoma para deslizar la camisa que cae silenciosa. Continúa con una ristra de dulces besos mientras desabrocha sus pantalones. Le saca una pierna. Luego otra. Ahora los besos quieren tomar territorio en su tobillo derecho.

Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora