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Izuku lo miró a los ojos por unos segundos y volvió a atacar el cuello del cenizo

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Izuku lo miró a los ojos por unos segundos y volvió a atacar el cuello del cenizo.

Poco a poco comenzó a bajar llegando a sus hombros. Volvió a mirarlo con una sonrisa mientras le quitaba la camiseta admirando su trabajado cuerpo. Besó su cuello, hombros, clavículas y por último su pecho, pero ahí se detuvo. Una mirada de reproche se hizo presente en el rostro de Katsuki.

El pecoso, sin apartar la mirada, se quitó su camiseta poniendo las piernas del mayor alrededor de su cintura y lo pegó a él.

Katsuki se tensó de inmediato al sentir la erección de Deku contra su cuerpo. No había caído en cuenta lo que estaban haciendo, solo estaba disfrutando del ambiente. ¿Era prudente seguir? ¿Estaban yendo demasiado pronto? ¿Deku se iría si se arrepiente ahora?

Un dulce beso calló todos sus pensamientos. Mañana reflexionaría sobre todo esto, por el momento se dejaría llevar.

El peliverde siguió acariciándolo y pegándolo más a su cuerpo, como si fuese su maldita necesidad. Nuevamente bajó, pero no se detuvo hasta llegar a su pantalón. Bakugo tragó grueso, estaba putamente nervioso a pesar de que lo estaba pasando increíble.

De un tirón arrancó las últimas prendas que le quedaban al mayor, quien instintivamente cubrió su entre pierna. Deku con gentileza, bajó sus manos y acarició su pene. No estaba para nada erecto, estaba tan nervioso que su cuerpo no reaccionaba como de costumbre, pero esto no pareció importarle al pecoso, el cual parecía muy comprometido en masturbarlo.

Su mano subía y bajaba con parsimonia, pero nada. Estaba muerto. Sin embargo eso no lo detuvo. Llevó su dedo índice a su boca humedeciéndolo por completo y lo llevó a la entrada de Katsuki. Hizo presión en ella hasta lograr introducirlo.

—Mierda —gimió con dolor—. Sigue —pidió al ver que Izuku tenía intenciones de parar.

Con cautela, comenzó a mover su mano. Al principio le costó, pero al cabo de unos minutos su dedo entraba y salía con facilidad, así que decidió introducir el segundo para volver a repetir todo el proceso.

Los gemidos eran casi inaudibles, pero aún así estaba preocupado en que pudieran oirlo, sin embargo se sentía tan bien que era inevitable que se le escaparan. Solo guardó silencio en cuanto sintió los dedos contrarios abandonar su cuerpo. Sabía lo que se venía. Vio como Midoriya bajaba sus pantalones dejando su pene a la vista. No era grande, era del tamaño normal de un adolescente.

Se posicionó en su entrada y empujó lentamente. El cenizo ahogó un grito y se aferró a su espalda, apenas iba entrando pero le dolía como la mierda. Cerró los ojos esperando a que el dolor se disipara, sabía que iba a ser así, o bueno, así había leído por ahí.

Izuku esperó pacientemente a que le ordenaran moverse, lo cual no tardó mucho. Le costaba moverse con naturalidad, pero aún así lograba dar pequeñas embestidas que hacían que su espalda fuera arañada casi que por completo, sin embargo se sentía estupendo.

Crisis Existencial • |DekuBaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora