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Con la calma que mayormente lo caracterizaba, se sentó en la mesa con su desayuno humeante sin siquiera percatarse de varios ojos que lo miraban atentamente, casi sin parpadear

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Con la calma que mayormente lo caracterizaba, se sentó en la mesa con su desayuno humeante sin siquiera percatarse de varios ojos que lo miraban atentamente, casi sin parpadear. Con una pequeña sonrisa tomó el primer bocado. Estaba delicioso, más que cualquier otro día. Siguió comiendo sin siquiera preocuparse por los demás o por las inquietantes miradas que lo acompañaban.

Izuku estaba feliz. Más de lo que creía.

Jamás había imaginado que terminaría saliendo con Katsuki, ni siquiera había pensado alguna vez lo que sentía por el cenizo. Para él era una constante, su imagen de la victoria, un ex amigo vuelto rival, su ex abusador. Ser novios no estaba en la ecuación, al menos no en la suya.

Tenía tantas dudas, ¿cómo era siquiera posible que Kacchan pasara de odiarlo a muerte a aparentemente amarlo? No tenía ningún sentido. Al principio creyó que simplemente había malinterpretado lo que había oído, pero a medida que pasaban los días los comportamientos de Katsuki no dejaban lugar para ninguna otra teoría más que el enamoramiento y eso, genuinamente lo aterró.

Una pequeña parte de su mente, esa que aportaba una dosis de cruda realidad a su vida, le decía que no creyera absolutamente nada. No había razones para que se enamorara de él, hacía años que no pasaban tiempo juntos más allá de lo estrictamente necesario. Tal vez era solo otra forma que había encontrado el cenizo para hacerle la vida imposible, ya no se podía meter con él físicamente ni tampoco encasillaron en un simple "Deku". Aunque por otro lado, otra gran parte de su mente, la que veía el lado positivo a todo, le gritaba que Katsuki realmente había cambiado para bien.

La confesión fue tan repentina y confusa para él que no podía solo, aún si fue él quien forzó la situación. Le consultó primero a Todoroki que opinaba, pero este estaba tan confundido como él, así que no aportó mucho a la causa —sus teorías fumadas no contaban— más allá de aconsejarle que se tomara todo con calma y que no desespere. Uraraka tampoco fue de mucha ayuda, sus preguntas le dejaron más dudas de las que ya tenía. Iida, por su lado, le pidió que se centrara en sus sentimientos hacia Katsuki, no tenía sentido que intentara entender sentimientos ajenos si ni siquiera entendía los suyos primero.

¿Qué era lo que sentía por Kacchan? Ni siquiera él lo sabía. Habían pasado tantas cosas entre ellos que era difícil describirlo con una sola palabra. Tal vez sentía aprecio, después de todo se conocían de toda la vida, aunque ahora no estaba tan seguro. Sin embargo, debe admitir que durante la secundaria llegó a tenerle algo de rencor, pero no duró mucho, su corazón era demasiado blando para esa clase de sentimientos.

¿Podía imaginarse saliendo con él? Para su sorpresa si lo veía. Ambos caminando por el parque, tomados de la mano mientras comen crepés. También podía imaginarse a ambos siendo cariñosos entre sí, besándose y… eso era todo.

A quien engañaba. Era un adolescente con las hormonas revolucionadas, claramente se imaginó a él mismo besando y mordiendo el cuello de Bakugo y hasta ahí llegaba su imaginación, no sabía nada del sexo entre hombres por lo que averiguaría más tarde sobre eso.

Crisis Existencial • |DekuBaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora