>3< Actualización >3<
¡¡Hola!! Se que ha pasado mucho tiempo, no tengo perdón ToT los he hecho esperar demasiado, pero ahora vengo decidida a llevar esta historia hasta el final. A los que se quedaron, gracias por haber sido tan pacientes y gracias por no haber olvidado esta historia.
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Estaba muy incómodo. Tsukishima no se había dado cuenta antes, probablemente porque estaba demasiado acostumbrado a ello, porque era demasiado habitual, porque para él era algo normal, sin embargo, el nudo que le apretaba el estómago cada vez que estaba frente a su madre era realmente doloroso y antinatural. Nunca lo había pensado demasiado, había hecho todo lo posible por ignorarlo, porque no quería creerlo, porque su corazón aún trataba de aferrarse a esas penosas ilusiones lamentables, aun así, era posible que siempre hubiera sido consciente de la verdad.
Ahora, antes y probablemente también durante la época de su infancia, esa mirada no había cambiado ni un solo pizca. Fría, distante, difícil de reconocer, tan falta de cariño y ternura, indiferente y tal vez cruel, esa era la mujer frente a la que estaba parado; esa era su madre. Aquella que no lo miraba como un ser humano.
— Supongo que ya debes saber el motivo por el que te hice subir hasta aquí.
Tsukishima apretó las manos que se mantenía unidas frente a él, quería bajar la mirada a la fría y bañada en reproche que caía sobre la suya, sin embargo aún se forzó a si mismo a mantenerse erguido y orgulloso. No quería retroceder, estaba decidido, sin embargo aún no pudo evitar sentir una pequeña punzada de decepción, de soledad y lejanía, tal vez porque aún había estado esperando algo diferente en todo este tiempo, porque quería ser víctima de una persuasión tierna y dulce.
Tonto ¿No? Nunca tuvo nada como eso, solo se aferraba a las sobras que le eran lanzadas como un pobre mendigo, conformándose con lo poco que tenía solo porque tenía miedo de admitir que en realidad no había nada para él.
— He estado tratando de hablar contigo sobre el tema desde hace tiempo, madre...— murmuró él, su voz suave y tranquila, sin ningún signo de la perturbación que apretaba su corazón — Este tiempo ha sido muy valioso para mí, he aprendido mucho de mí mismo y del trabajo que me gusta, pero creo...no creo que me sienta muy cómodo ahora.
La mujer delgada detrás del escritorio entrecerró sus fríos ojos dorados y agitó la barbilla en un gesto arrogante — ¿Quieres tomarte un descanso otra vez? — suspiró ella, como si estuviera cansada — Kei, no necesitas perder el tiempo de esa manera...mientras te sientas y dudas, otros avanzan ¿Por qué querrías perder todo lo que has construido deteniéndote una vez más por unas cuantas dudas tontas? ¿Cuándo te volviste tan débil? No necesitas retroceder por cada pequeña cosa como si fueras un niño pequeño y caprichoso, tienes cosas más importantes por las que preocuparte; perdiste este año, pero eso no quiere decir que no tengas oportunidades para subirte una vez más a las pasarelas...todo lo que necesitas hacer es esforzarte lo suficiente ¿No recuerdas lo que te dije? Nada va a venir a ti, tienes que trabajar para tomarlo con tus propias manos.
Las manos del rubio se apretaron suavemente, eso ya lo sabía, pero no quería seguir así. Quería que ella lo entendiera, aunque ya sabía que era un absurdo, quería que lo mirara y se diera cuenta. Quería que lo mirara, solo quería que lo mirara ¿No era patético de su parte? Solo quería sentir que tenía una madre, quería un poco de calidez, quería desesperadamente sentir que le importaba a alguien, pero trató con todas sus fuerzas y aun así esto era todo lo que tenía. Reproche, frialdad.
Para ella nada de lo que era podría ser suficiente, nunca fue suficiente.
No sabía quién o qué lo había transformado en eso que fue, no estaba tratando de culpar a nadie, no quería buscar excusas o tratar de justificar su comportamiento, sin embargo, a veces se sentía como si hubiera estado completamente vacío en todo ese tiempo...como si siempre hubiera estado buscando algo.
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Quédate Conmigo
FanfictionSu mente era un lienzo en blanco. Desconocido, extraño, difuso; una vida perdida, inusuales sentimientos que se negaban a desaparecer. Mientras más creía conocerse, más se desconocía, era una pieza que no encajaba ¿Qué era verdad? ¿Qué era mentira...