Capítulo 18

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Tsukishima apretó los párpados, esa tarde se sentía un poco más somnoliento de lo normal. Esa había sido una semana larga y complicada, había tenido que salir en la madrugada del viernes para una sesión fotográfica en un popular destino turístico a varios kilómetros de la ciudad y solo pudo volver hasta muy tarde en la noche para tomar la cena con Mitsuki y acostarlo. Estaba realmente cansado, sin embargo no fue capaz de conciliar el sueño por varios minutos.

No estaba seguro de que hubiera algo en particular dentro de todas las ideas y dudas que estaba en su cabeza, sin embargo tenía ese tipo de sentimiento. No había tenido avances tan significativos con sus recuerdos, todavía no se sentía con la seguridad necesaria para avanzar o para tomar una decisión de la que no tuviera que dudar hasta el tormento y también estaba ese hombre. Ushijima ¿Verdad? La persona por la que estuvo dispuesto a dejarlo todo, el hombre con el que compartía una vida y ¿Su corazón? Se sentía aturdido y ansioso cada vez que pensaba en eso, en él, como si algo lo urgiera y le apretara en estómago.

No creía que estuviera bien con todo esto, pero tampoco era capaz de entender el motivo exacto. Solo sabía que no podía dejar de pensarlo. Quizá por la manera en la que había terminado, porque sabía que quizá aún podría no haberlo hecho completamente y porque ese hombre dijo que aún estaba esperándolo...porque parecía haber estado haciéndolo todo este tiempo.

¿Tsukishima también? ¿Era eso lo que lo hacía sentir de una manera tan ausente? ¿De eso se trataba esa sensación de vacío en su pecho cada vez que trataba de pensarlo? No podía imaginarlo, no tenía sentido para él, aun así no podía negar que estaba ahí, los sabia, sin embargo tampoco podía hacerlo con la idea de que era aquí donde quería estar. Con el pequeño niño que lo miraba con esos ojitos tan llenos de luz y la única persona a la que podría amar jamás.

— Listo ¿Cómo te sientes? — Tsukishima apoyó las manos contra el pecho del pequeño niño frente a él y alisó cuidadosamente algunas arrugas imaginarias en la ropa del pequeño niño frente a él — ¿No pica? — tocó una de las mangas que llegaban a los antebrazos, la textura era suave, pero todavía dudaba — ¿Está apretado? Puedes decirme si hay algo que te hace sentir incomodo ¿Está bien?

— Está bien — murmuró él pequeño al mismo tiempo que alzaba las manitas de un lado a otro comprobando la elasticidad de la suave prenda — Mit-chan es un niño muy guapo ¿Verdad, Mami?

Tsukishima tomó un pequeño colgante que descansaba sobre la cama y sonrió ¿Dónde había escuchado ese tipo de palabras? Se lo colocó cuidadosamente y se aseguró de acunarle el rostro después — Por supuesto — le acarició el cabello y volvió a acomodarle la ropa, esa playera oscura contrastaba de una forma muy bonita con el blanco color de su piel y los detalles en plata y dorado encendían el color de esos ojitos sonrientes.

Mitsuki era un niño muy lindo y encantador, probablemente iba a transformarse en alguien muy apuesto en el futuro, pero para Tsukishima todavía seguía siendo el hijo que amaba.

— Mami ¿Puedo llevar unos juegos hoy?

— ¿Juegos? ¿Quieres llevar algunos de tus juguetes a la fiesta de hoy?

El rubio tomó la chaqueta que también había preparado para Mitsuki. La fiesta de cumpleaños del hijo de Yaku estaba programada para la tarde, era lo suficientemente temprano como para que el sol todavía estuviera brillando cálidamente, sin embargo él viento que corría últimamente era más frío. No quería sentir que estaba siendo demasiado sobreprotector, pero la salud de su hijo era muy importante.

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