>3< Actualización >3<
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La habitación estaba completamente llena de flores, cada rincón de esta, en cada mesa y sofá, acaparaban cada esquina con sus brillantes colores y cargaban el ambiente con su dulce aroma intoxicante. Era todo un espectáculo, aun así podía resultar realmente empalagoso y se mezclaba con el aroma del perfume y el fijador para cabello y demás productos usualmente usados por los modelos. Estaba en todos lados. Kuroo estaba acostumbrado a eso, a esa sensación, sin embargo no pudo evitar arrugar la nariz y que sus labios formaran una mueca involuntaria, era demasiado incluso para algo común. Era más de lo usual, no se trataba solo de flores, sino que también había cajas y más cajas elegantes con lo que ya sabía serían obsequios costosos.
Tampoco era extraño, Kuroo sabía bien que sucedía a menú. Los modelos tendían a captar ese tipo de atención, a ser el objeto del anhelo de sus espectadores, también de sus más profundos deseos, sin embargo él no pudo evitar tensar la mandíbula o que la expresión de su rostro delatara el desagrado que le burbujeaba en el estómago al mismo tiempo que apretaba el bonito ramo en uno de sus brazos.
— ¿Quiere que empaque todo y lo envíe a la compañía o a su residencia, señor? — la única joven asistente dentro de ese ahora reducido y dificultoso espacio dirigió su atención sobre él. Sostenía un increíble ramo de rosas, de un intenso y oscuro rojo profundo — Su pareja no dio ninguna orden todavía, pero si usted lo quiere, yo podría...
— Tíralo...— murmuró Kuroo, sin permitir que la chica siguiera hablando.
Ella parpadeó, parecía confundida a pesar de que sus palabras serían fáciles de comprender para cualquiera y lo miró como si esperara que dijera algo más — Las flores...lo entiendo, pero...— dirigió la mirada hacia él tocador que se encontraba a su izquierda y su atención se derramó fugazmente sobre unas cuantas cajas de elegante terciopelo y cuero. Grandes, pequeñas, los tamaños variaban así como la riqueza exquisita esperando ser descubierta en su interior — Entonces ¿Solo debería encargarme de enviar...?
— Tíralo o puedes quedártelo — repitió Kuroo con un tono de voz áspero y cansado, no había nada en esta sala que no pudiera ofrecer a Kei o que él mismo no pudiera permitirse. No los necesitaba y estaba seguro de que el rubio tampoco estaba interesado en ellos...no más allá de quienes se encontraban detrás de ellos y lo adoraban constantemente — No necesito volver a decírtelo ¿Verdad?
— No...no, señor — aquella mujer lo miró con renuencia y preocupación; Kei tendía a tener un mal carácter cuando algo no marchaba bajo sus deseos o cuando simplemente estaba de mal humor. Kuroo sabía que quizá también tendría que soportar una rabieta suya después, sin embargo no necesitaban nada de esto. Así que esa mujer podía hacer lo que quisiera siempre y cuando lo sacara de su vista — Voy a encargarme de inmediato.
— ¿Dónde está él?
La chica, que estaba a punto de abandonar el ramo entre las cajas sobre el tocador, se volvió hacia él con los hombros tensos — No estoy segura, se quedó aquí incluso después de que los demás se marcharon al cóctel, pero ya no estaba cuando volví a buscarlo.
— ¿Cuánto tiempo?
— No estoy segura, estuvo aquí solo cerca de media hora...tal vez más, vine a verlo solo unas cuantas veces para comprobarlo, pero la última vez...— le sonrió nerviosamente, lo entendía, pero también había algo más ¿Verdad? Kuroo la instó a hablar con un movimiento de barbilla — Creo que estaba esperando reunirse con usted, no lo dijo abiertamente, pero eso debería ser ¿No cree?
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Quédate Conmigo
FanfictionSu mente era un lienzo en blanco. Desconocido, extraño, difuso; una vida perdida, inusuales sentimientos que se negaban a desaparecer. Mientras más creía conocerse, más se desconocía, era una pieza que no encajaba ¿Qué era verdad? ¿Qué era mentira...