Quédate Conmigo

Capítulo 36

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Tenía la impresión de que se parecían un poco. De que sentía que había algo familiar. Era como un mar de color dorado, pétalos radiantes, delicados en cada trazo, bañados por la melancólica luz del atardecer. Hasta el horizonte se mezclaban un naranja tenue, un rosa delicado, rojo, amarillo, luchando contra el azul profundo que engullía lentamente el cielo entre las espesas nubes. Le daba un aire de melancolía, de soledad, de abandono, de tristeza, de perdida, parecía una lucha que no se detenía pese a lo inevitable que era el final, un dolor profundo y era hermoso, tan hermoso.

— ¿Es esa pintura algo tan interesante?

Tsukishima apretó los labios y una mano sobre su estómago, no estaba seguro. Era solo la fotografía en una revista, no era un experto en arte o alguien que supiera cómo juzgar el talento de un pintor. Nunca sería capaz de sentir lo que otros decían, conexión, emoción o lo que fuera. No entendía el arte, solo podía decir que era bonito o impresionante, pero se sentía extraño, una emoción extraña, como si algo en ese dibujo fuera muy familiar, como si lo hubiera visto antes en otro lado.

Hace mucho tiempo.

— ¿Kei?

— Es bonito ¿No crees? — murmuró él rubio.

Y el otro rubio sentado en el lado contrario del sofá abandonó su taza de té para inclinarse en su dirección, entonces frunció profundamente el ceño — Supongo que lo es, pero ¿Es algo para estar demasiado impresionado?

¿No? Miró a su hermano y a la revista sobre su regazo, entonces se mordió el interior de la mejilla. Tal vez no lo era, no ¿Verdad? No entendía el arte, así que honestamente nunca podría juzgarlo, pero seguía sintiendo que era muy extraño. Esos trazos, las sombras, girasoles, un girasol, ese girasol, se parecían ¿No? Parecía que eran similares ¿Lo imaginaba? ¿Por qué lo atormentaba tanto?

Tal vez ya estaba empezando a volverse loco.

— Creo que me interesa un poco esta persona.

— ¿El pintor? — Akiteru frunció el ceño y estiró una mano, el menor le entregó la revista tras este gesto, sus manos apretándose sobre su regazo.

— Creo que se llama Bokuto.

Los dedos de su hermano se detuvieron repentinamente y lo miró — Dijiste que te ayudó una vez, pero sigue siendo un pintor novato en una industria en la que es muy difícil escalar sin antecedentes fuertes...no parece que tenga algo demasiado especial, pero si quieres apoyarlo puedo comprar una pintura para ti.

— Oh, no, tal vez yo debería...

— Tienes cosas más importantes que atender — negó él rubio mayor, cerró la revista y la colocó a un lado — Tu carrera ha ido en alza desde que estuviste en la semana de la moda, tus estudios, tus proyectos y tu familia...las cosas entre Kuroo y tú han ido muy bien desde hace algún tiempo ¿No?

— Ah, sí, nosotros...— vaciló por un momento, sus ojos buscaron inconscientemente la revista junto a Akiteru, se sentía un poco incómodo por algún motivo — Creo que estamos bien ahora, acordamos volver a intentarlo y creo...ha ido bien desde entonces, estamos...— se humedeció los labios, compartían el mismo dormitorio, salían a menudo y hablaban con más frecuencia.

Tenían una mejor relación y Mitsuki era muy encantador todos los días.

— ¿Hay algo que te está molestando? No me parece que estés tan entusiasmado como creí ¿Kuroo no te está tratando bien? ¿Es frío contigo cuando están solos? ¿Te ha dicho o ha hecho algo que te hace sentir incómodo o inquieto?