Back to me ★ [Yeonjun x T/n]

Dos

Salí de la sala de reuniones con los ojos húmedos.

«Pasaron años, él no existía para mí»

Sentí pasos detrás mío, eran zapatos caros, por supuesto.

—Sigues caminando tan apurada como siempre —emitió el chico a mis espaldas con una voz que denotaba molestia.

Ash... No puedo verlo a los ojos.

—No puedo creer que dejé mi café a medio hacer para verte la cara a tí. El día iba de maravillas —sonreí irónicamente.

El chico suspiró. Sabía la expresión que estaba haciendo; apretaba los dientes y sus labios se alargaban un poquito.

Solía parecerme tierno.

—No vas a verme a la cara, lo sé. Para que sepas, tampoco quería verte, ni siquiera sabía que estabas trabajando aquí —admitió luego de chasquear la lengua.

Miré mi reloj y agité las manos.

—Yeonjun, solo estás quitándome tiempo. Debo irme.

Él no me detuvo. Creo que conocía mi reacción si lo hacía.

Salí apurada en busca del pasillo que me llevaba al baño.

Entré y cerré la puerta con fuerza.

—¡Por qué tiene que aparecer cuando todo parece ir tan bien! —me largué a llorar a penas me apoyé en el lavatorio.

Una chica salió de uno de los bloques y me miró sin disimular.

—Oh, todo, todo está bien —sonreí.

Me miré al espejo y me limpié la cara, rebusqué en mi bolso y saqué unas toallitas húmedas. Las pasé por mis ojos y retiré la máscara de pestaña que se había corrido.

Llamé a Kazuha, solicité que nos viéramos en mi oficina y ella no hizo más que aceptar.

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—¡Él es un idiota! ¡Lo odio tanto! —abracé a mi mejor amiga en busca de consuelo.

La chica correspondió al abrazo y me obligó a mirarla.

—¿De quién hablas? —preguntó seriamente.

—¡De Yeonjun, de Choi Yeonjun! —dije llorando.

—¡¿Qué?! Él está en Estados Unidos haciendo de su vida quién sabe qué... —dió palmaditas en mi espalda.

—No, no lo está, él volvió a Corea quién sabe hace cuánto y al parecer va a arruinarme la vida.

—No te entiendo, T/n, cuando lloras no haces más que decir palabras sueltas.

—¡Que nuestro nuevo compañero es Choi Yeonjun, Kazuha!

La chica se quedó perpleja.

—Pero eso no importa... ¿No?

—Claro que importa, Ka.

—Él hará sus cosas por un lado, y tú por el otro.

—No, Kazuha, no. Él va a trabajar en el mismo equipo que yo, que tú y Beomgyu.

—Ay dios santo, tengo que verle la cara de inútil.

Seguí llorando durante un buen tiempo más, lamentablemente, a Kazuha le tocaba verme y aguantarme.

—Bien, Song T/n. Tú y yo vamos a ir a Myeongdong y vamos a olvidarnos de que ese chico existe, ¿okey? —tomó mi rostro entre sus manos.

—Necesito dormir, Ka.

—¿Me importa eso? Lo lamento pero, no —sonrió sin dejarme decir nada más—además, siempre que intentas evadir un problema durmiendo. Mientras yo sea tu mejor amiga, no vas tocar esa cama.

—Siempre tan amorosa...

—Paso por tu casa a las seis, ¿okey?

—Si no me queda nada más que decir...

Ka, siempre tan buena amiga...

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