Quince

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Recuerdo II


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TN

—Un día, podemos adoptar un mono, aunqueun perrito no estaría mal.

—¿Por qué no un gato? —propuse dándole una mordida a mi croissant.

—No, los gatos no hacen mucho. Yo quiero un perrito para que juegue conmigo.

—Además de nene chiquito, caprichoso —dije entre risas, aunque algo en su tono me hizo notarlo más apagado de lo habitual.

—No soy caprichoso —afirmó indignado.

—Era solo una broma... —me acerqué para abrazarlo suavemente, notando que, aunque su cuerpo parecía relajado, había una tensión oculta en sus hombros.

Las clases por fin habían terminado, y ahora, caminábamos por el parque, disfrutando de la cálida brisa que dejaba la primavera.

—¿Le avisaste a tu madre de que vendrías al parque conmigo? —me preguntó.

—Ah, sabía que me olvidaba de algo —dije rápidamente, buscando mi celular para escribirle a mamá.

Sentí alivio cuando respondió de inmediato, con un simple pero cariñoso "Diviértete".

Sonreí, recordando cuántas veces habíamos discutido, pero hoy, ese pequeño mensaje me recordaba que, a pesar de todo, ella siempre estaba ahí para mí.

—¿Cómo está tu mamá? —le pregunté en voz baja, sin saber si debía hacerlo, pero el silencio entre nosotros se sentía demasiado pesado.

—Su tratamiento va bien, según su doctor... si sigue así por unos meses, podría curarse... en un 40% —dijo, con la voz apagada.

Lo miré, buscando en sus ojos una señal de que estaba bromeando, de que todo estaba bien. Pero Yeonjun nunca bromeaba acerca de esto. No hacía falta que dijera más. Sabía lo que significaba ese "40%". Sabía que había escuchado más de lo que debería, de conversaciones entre sus padres y médicos para las que no estaba preparado.

Tomé su mano, sintiendo su piel fría en contraste con el calor de mis dedos. Hice pequeños círculos con mi pulgar, intentando transmitir algo de consuelo.

—Ella va a estar bien —susurré, aunque ni yo misma estaba segura de eso.

El entonces rubio negó con la cabeza, su sonrisa era como si intentara tranquilizarme en lugar de consolarse a sí mismo.

—No hay necesidad de mentirme para hacerme sentir bien. Sé que el cáncer ya está muy avanzado y no tiene cura... Escuché a papá hablando con el médico.

Me limité a observarlo sin decir absolutamente nada, sintiendo la impotencia crecer en mi pecho.

De repente, apretó mi mano con fuerza, sus ojos brillaron de repente; un poco de la persona que conocía.

—¿Quieres ir a la cafetería de siempre? Tengo ganas de un Ice Americano... —Su tono fue ligero, evasivo, como si intentar pasar de página fuera lo más fácil del mundo. Sabía que él no quería seguir hablando de su vida. No hoy.

Asentí, devolviéndole la sonrisa.

—Vamos.

Siempre íbamos a la misma cafetería, desde que nos conocimos cuando entré a la universidad. En aquel entonces, solo éramos amigos, dos adolescentes que se habían conocido gracias a un amigo en común y que compartían risas y problemas escolares.

Ahora, esa cafetería había visto pasar no solo nuestra amistad, sino también, nuestra relación.

Cuando entramos, nos recibió ese hermoso aroma a café.

Back to me ★ [Yeonjun x T/n]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora