Diez

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El resto del día transcurrió tranquilo, nada me molestaba, ni siquiera la presencia de Yeonjun en la sala a pesar de estar algo preocupada por su comportamiento en la sala de conferencias.

Cuando se hicieron las cuatro y tocaba la hora de salir, me alegré. Deseaba volver, comer algo y hacer lo que sea que tuviera pendiente.

Conduje hasta el edificio de apartamentos, en el estacionamiento, estacioné el auto y subí las escaleras. Al llegar al primer piso, saludé a la recepcionista, pregunté si no había llegado nada para mi y cuando recibí la respuesta de que no lo habia hecho, subí al tercer piso, donde se encontraba mi apartamento.

Abrí la puerta, y respiré el aire a tranqulidad.

Dejé mi abrigo y bolso en el perchero de la entrada, me quité los zapatos, y por supuesto, encendí la televisión para poner música y molestar a los vecinos, aunque en realidad eso no sucedía.

Caminé a la cocina y saqué unas manzanas de la canasta que las contenía, me dí cuenta de que necesitaba hacer las compras del mes, lo cual a veces odiaba pero, a la vez, me permitía darme pequeños lujos por mi trabajo. Corté las manzanas en rodajas y preparé una mezca para bizcochuelos en un bowl.  Puse las rodajas de la fruta sobre la mezcla y, luego de verter eso en un molde para pasteles, metí el molde al horno por cuarenta minutos.

—Espero que esto salga bien... —dije para mí misma.

Me senté en el sillón mientras observaba los videos musicales que se reproducían en la televisión para perder el tiempo.

Luego de un rato, me percaté de lo que había ocupado mi mente por un buen tiempo; la caja.

"¿Debería abrirla y ver su contenido?", "¿debería dejarla y no preocuparme por lo que tenga dentro?". Eran las dos preguntas que rondaban en mi cabeza los últimos tres días.

Al final me decidí. No podía seguir dejando que eso me preocupara la mayor parte del tiempo.

Me levanté y la tomé entre mis manos para dejarla sobre el suelo, luego me senté en el mismo.

Tenía mucho miedo de abrirla, aunque quizás al hacerlo, me encontraría con un peluche y un papelito escrito a mano que decía: "Era una broma". Y sabía que mi mejor amigo era un bromista de primera clase.

Respiré hondo. Abrí con cuidado la parte superior y tragué saliva.

Al fijarme bien en lo que había en su interior, se me heló la sangre, y el bello de mis brazos se levantó generándome un escalofrío.

Beomgyu jamás haría esto.

***

Yeonjun

Mientras conducía a casa de Jay, mi mente estaba en otra parte. No quería pensar en el pasdo porque la culpa me carcomía. Pero pensar en el futuro y el nuevo proyecto me generaba mucha ansiedad.

Llegué a su nueva casa, la cual en realidad, era un departamento que estaba en un edificio.

Estacioné el auto en donde correspondía y subí las escaleras, al llegar a la parte de recepción, un chica peliroja de lentes me sonrió.

—Buenas tardes, vengo coml invitado de Park Jongseong.

—Buenas tardes —me saludó con una amplia sonrisa—. El apartamento del señor Park está en el tercer piso.

—Muchas gracias —me incliné en forma de agradecimiento y respeto y caminé hacia el ascensor.

Mientras subía, pensaba en los motivos que habría tenido Jay para mudarse de apartamento, ya que el suyo era realmente precioso. Aunque en eralidad, solo lo habia visto por videollamada.

Back to me ★ [Yeonjun x T/n]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora