Luffy ha conseguido ser el rey de los piratas, mientras que la vida ha dado sus frutos para vivir en una paz y harmonia importante.
Tú, como la hermana mayor de Luffy debes enfrentarte a una serie de retos debido a que se encuentran con un lugar ine...
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Al cerrar la puerta solté un gran suspiro, sentándome detrás de la misma con la espalda apoyada en la madera. ¿Qué mierda debía hacer?
Decidí irme a comer. Mi hermano había devorado absolutamente toda la comida que tenía preparada. Resoplé un poco y pedí con el den den mushi comida a domicilio. Acabé de cenar y me fui a dormir.
Aquella noche, pude dormir ciertamente bien, lo malo fue cuándo ya estaba despertando por la mañana. Empecé a notar grandes punzadas en mi cabeza, el dolor iba en aumento, mi cuerpo temblaba cómo un chihuahua intentando defenderse de un pastor alemán.
Me levanté de la cama, todo a mi alrededor estaba dando vueltas. El mareo se hizo presente en mí, mientras que la fiebre también se apoderaba de mis sentidos.
- Alfa... -susurré eso en un momento de delirio, pero al darme cuenta, tapé mi rostro avergonzada, negando con la cabeza. - ¿Qué cojones estoy diciendo? Seguro que esto es un resfriado.
Rosinante- ❤️
Cuándo llegamos a casa, mí bebé pequeño preparó algo de cenar. Lo cierto es que no tenían mucha cosa porqué no habían podido ir a comprar con todo el jaleo del hospital así que Luffy convenció a mi hijo para pedir comida a domicilio.
Cuándo el chico de la comida a domicilio llegó, vi a Luffy correr hacía el arrancando las bolsas de sus manos, para ir a la cocina. Eso me hizo mucha gracia. Law pagó la comida y me miró con una sonrisa.
- Menos mal que ya conocen a los Monkey D... Tú Omega también ha pedido comida, llevaba una bolsa con su nombre. -Dijo Law divertido, mientras caminaba a la cocina, la ceja fue divertida, Luffy me contó anécdotas de cómo pasaron los meses en Punk Hazard y también de como se declararon. Eran muy tiernos.
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Me fui a dormir pero las pesadillas obviamente llegaron de nuevo. No podía evitar tenerlas. Pero al menos pude dormir gracias a la medicación que Marco y Law me habían mandado.
Por la mañana siguiente, al despertar un aroma me llegó por la ventana. La miel y el limón de mi Omega, era más dulce, más... Mierda. Su primer celo y estaba sola. Noté como mi pecho empezaba a subir y bajar con mi respiración más pesada que nunca, aquel aroma me estaba haciendo entrar en celo.
