🍀Esclavo del mal🍀

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Habíamos llegado al hospital en un santiamén

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Habíamos llegado al hospital en un santiamén. Luffy me había arrastrado por todos lados, cómo si fuera una muñeca de trapo, así que ahora me dolía todo el cuerpo.

Miré de reojo a mi hermano que tan solo me dedicó una de sus sonrisas que a veces me mataban de ternura y otras de coraje, su "shishishi" podía significar dos cosas, caos o alegría.

Torao, se encontraba dentro de una habitación donde había alguien dentro, Rosinante se encontraba acostado, aún inconsciente y además entubado para poder vivir o mejor dicho, sobrevivir.

Al mirar dentro de la misma, pudimos ver a Torao abrazado a la gran figura, sonreí un poco por aquella estampa pero estaba nerviosa

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Al mirar dentro de la misma, pudimos ver a Torao abrazado a la gran figura, sonreí un poco por aquella estampa pero estaba nerviosa. Hacia mucho tiempo que no veía a Rosinante, desde mis 15 años y lo último que le dije fue algo que me comería la mente durante toda la vida, para martirizar mi paz mental.

Entramos unos minutos después, Law tenía los ojos de tanto llorar. Mi hermano menor, abrazó a su alfa, pues Luffy era el omega destinado de Law, lo habíamos descubierto durante su estancia en el Sunny con la alianza. El alfa de Law se relajó enseguida, puesto que Luffy lo relajaba con tan solo estar en el mismo espacio que el.

Me acerqué lentamente hacía Rosinante. Lo vi tan indefenso, tan tranquilo... No me di cuenta de cuándo ambos chicos me miraron fijamente sorprendidos totalmente.

- Tú... Tú olor... Acaba de aparecer. Eso solo sucede cuándo... Estás delante de tu destinado después de tu despertar a los 16. -Mierda, mierda, mierda. Las palabras de Law me estaban atacando cómo pequeñas piedras en el estómago. Mierda! ¿A caso Rosinante era mi...? No, claro que no, no podía ser. Definitivamente no.

- Law, estás totalmente equivocado. Yo...no. Así no son las cosas. -Dije eso con un tono malhumorado. Me crucé de brazos mientras mi hermano me miraba riéndose.

- Sabías que tarde o temprano, cómo omega dominante, podía pasar. Encontrar a tu alfa destinado. Ya sabes... Cómo yo encontré a Torao. -Dijo mi hermano intentando relajarme pero definitivamente no podía. Mi aroma a miel y limón me delataba. Law se acercó a Rosinante tratando de oler el aroma del alfa sin embargo, al estar tan malherido solo olía a vendajes, iodo, agua oxigenada y hospital.

- Mierda. Hasta que no despierte no podremos saber si tú también despiertas su olor. -Dijo Law con cara de fastidio pues el quería saber si su padre, bueno, el hombre que había sido su padre y lo había salvado por fin habría descubierto el amor. En este mundo, las personas solo despertaban su aroma si se encontraban con su destinado. Cómo pasó con Sanji y su alfa Zoro. Si no, simplemente se catalogaban cómo Betas.

- Lo importante es saber dónde lo han encontrado. Deberíamos ir ahora mismo a preguntarle al grupo de exploradores. -Dije eso mientras caminaba hacia la puerta, pero no me dio tiempo a abrir la puerta pues Sengoku entró corriendo, no me vio detrás de la puerta y literalmente me incrustó en la pared de la habitación con la fuerza que ejerció.

- Rosinante! Estás vivo, es un milagro, estás vivo -decia el hombre mayor abrazando a Rosinante. Luffy empezó a reírse mirando y entonces entró Garp a la habitación, esto ya parecía el mercado. Mi abuelo se dió cuenta de que estaba ahí, cargándome en brazos cómo a una princesa, mirando a Sengoku con rabia.

- Maldito Sengoku le has hecho daño a mi niña hermosa, pequeña! -dijo eso acusando a su amigo de la Marina, resopló un poco, mientras Sengoku se giraba con la boca llena de galletas de arroz.

- Lo siento (T/N) no te había visto. -Dijo el riéndose un poco, mientras compartía galletas de arroz conmigo y mi abuelo. Luffy miraba la escena sin dejar de reírse y Law no podía creerse lo ruidosos que éramos.

- Marco es el médico que lleva el tratamiento de Rosinante. Se ha decidido así para que tú puedas disfrutar su recuperación cómo su hijo. -Dijo Sengoku mientras Law asentía un poco. 

- Realmente lo agradezco. No podría tratarlo sin mezclar los sentimientos. -Dijo Law totalmente sincero, lo cierto es que era normal. Pues para el era su padre literalmente. Yo solo intentaba salir de la habitación sin hacer mucho ruido o incluso sin ser detectada por todo el caos que había ahora. Pero no lo lograba. Siempre que intentaba escaparme de la situación, alguien se giraba hacia mí, así que me ponía tensa y solo sonreía de forma incómoda.

- Espera...¿No huele diferente el ambiente? -Dijo Sengoku mientras miraba hacia mí, yo negué con la cabeza hasta que mi hermano Luffy empezó a hablar. Bocazas.

- Seguramente (T/N) y Rosinante sean destinados! Ha sido entrar, verlo y aromatizar con su aroma de omega dominante la habitación. -Dijo con su típica risa de "Shishishi", lo miré como si fuera a matarlo con tan solo aquella mirada.

- ¡Que me dejéis en paz con eso! Al próximo que lo diga le doy una patada. -Dije cansada de escuchar a todos diciendo aquella idiotez. En ese momento entró Marco por la puerta empezando a oler el ambiente.

- Vaya, has despertado tu olor pequeña. -Lo miré con fuego en los ojos, aquel médico estaba en peligro. Law lo miró con cara de "Corre por tu vida" pero Garp me sujetó bien fuerte antes de cometer una locura.

- Pero ellos dos ya se conocían ¿No? Es decir, (T/N) y Rosinante. ¿Cómo es que no despertó el olor en ese entonces? -Preguntó Luffy sin saber mucho más que aquello, por lo que le generaba curiosidad.

- Bueno, el olor solo se despierta cuando el cuerpo está preparado para mantener relaciones más allá de las mentales. Es decir....físicas. Por lo que solo empieza a aparecer a partir de los 16. -Le explicó Law a su pareja, mientras le daba un abrazo y un pequeño pico en los labios.

- La última vez que vi a Rosinante, yo tenía 15. -Dije eso mientras Marco hacia un gesto de "Ahí tienen la respuesta" mientras sonreía, yo me sentía bastante idiota en ese momento.

- Bien, les venía a explicar ahora que están todos aquí como han encontrado a Rosinante y como está. No sabemos que pasó el día que Law escuchó como Donflamingo le disparó. La cosa es que al parecer sobrevivió y lo han encontrado siendo esclavo de su propia antigua familia. Los Donquixote lo marcaron en la espalda e hicieron barbaridades con el. Pero no soy quién para explicar que cosas hemos encontrado. En todo caso, debe ser el quién os lo cuente cuándo despierte. Ahora está fuera de peligro. Tiene varios huesos rotos. Algunos órganos mal, pero recuperables. Además de una severa desnutrición y bastante deshidratado. -Dijo Marco con los informes en la mano, el sonrió y se retiró del lugar para que todos pudieran digerir aquella información.

Maldita sea. No podía parar de pensar en una sola frase. ¿Qué te han hecho?, daba vueltas por toda la estancia hasta que escuché una leve tos y un aroma a tabaco y leña quemada como cuándo la chimenea de tu hogar calienta tus manos heladas en invierno se hizo presente. Era un aroma demasiado atrayente, reconfortante, me hacía sentir segura y en casa.

Mierda... Mierda...tenía que salir de ahí.

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Espérame... (Donquixote Rosinante x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora