🦩Mingo🦩

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Habían pasado 2 meses desde la noticia

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Habían pasado 2 meses desde la noticia. Por fin Luffy había tenido a mi pequeña sobrina Lami, que ya tenía un mes de edad. Mi embarazo de 4 meses, ya se podía notar en el bajo vientre con un pequeño bulto. Aunque normalmente con mis vestidos anchos podía disimular aquella barriguita.

Habíamos estado haciendo la mudanza al nuevo vecindario junto a los demás. Durante dos meses pudimos poner todos los muebles necesarios en aquella casa que estaba justo en medio de la de Ace y Sabo, además de delante de la de Luffy. Parecía que lo habíamos hecho a propósito.

Estaba tirada en la cama, apenas eran las 8am, aún teníamos tiempo para levantarnos. Tenía los ojos cerrados, me gustaba descansar la vista, hasta que noté un rostro a la altura de mi vientre.

- Buenos días mi Príncipe. ¿Has dejado dormir hoy a mamá? - Sí, Rosinante estaba seguro de que el bebé iba a ser un niño. Sonreí un poco al escuchar aquello.

- No mucho... Pero estamos bien. ¿Tienes que ir a trabajar hoy? -pregunté con tranquilidad, llevando mi mano hacia la mejilla de mi pareja dándole una caricia.

- Buenos días mi reina, la verdad es que sí, tu abuelo necesita que vaya para algo. - su sonrisa se hizo aún más presente, besando mis labios, para después levantarse e irse a la ducha, salió vestido para luego darme un beso en la frente.

- Volveré al medio día. Voy a desayunar con Sengoku. Te amo, mi reina. -Dijo aquello besando mis labios de una forma totalmente amorosa. En esos besos que solo el sabía proporcionarme todo el amor del mundo.

- Que vaya bien, mi vida. Recuerdos a Sengoku y al abuelo. -Finalmente el se fue a trabajar. Me quedé sola en casa. No tenía muchas ganas de hacer nada, aunque tenía aún el vientre algo pequeño, me dolían bastante los tobillos.

Pasaron varias horas. No supe cuándo me quedé dormida. Eso sería lo peor que me podía pasar, puesto que no sabía que había alguien vigilándome por la ventana.

Narradora- 🍞

Aquella persona con un gran abrigo de plumas rosas y gafas glamurosas, vigilaba los movimientos de aquella joven. El no iba a dejar a Rosinante ser feliz, puesto que lo había traicionado hacia años con Trafalgar.

Aprovechando que la muchacha estaba durmiendo, no pensó dos veces la decisión de dormirla aun más con algunas plantas que había conseguido en el camino y se la llevó a una cueva.

Donflamingo, quién era aquella mala persona que deseaba el mal a Rosinante, dejó una nota con su Jolly Roger dibujado, aquella figura redonda con la sonrisa en el rostro.

Rosinante-❤️

Llegué a casa al medio día después de unas horas de trabajo y desayuno con quién consideraba mi padre. Al entrar no escuché a mi pequeña, eso me asustaba sin embargo, pensé que estaría dormida.

Corrí hacia la habitación pero no la vi, al revés, la cama seguía perfectamente hecha. Empecé a buscar por todas partes hasta que vi aquel papel. Me puse completamente pálido. Me dolía el corazón. No podía pensar claro. Salí corriendo de la casa con el papel en la mano.

- L...law! Law! Por favor... - No podía parar de gritar aquello con lágrimas en los ojos, pude ver a Law saliendo de casa corriendo hacia mi. Le di el papel y... Obviamente el también se temió lo peor.

- Mierda. Estamos todos en peligro. Tenemos que irnos ahora mismo a la base de la nueva Marina. Todos. -Dijo Law mientras corría hacia Luffy, que tenía a Lami en sus brazos.

- Luffy, ve corriendo a la base con Lami. Yo me encargo de avisar a todos los Mugiwaras y los piratas corazón. Mantén a nuestra hija a salvo. -Luffy asintió preocupado. Aún no sabía que sucedía pero se lo explicarían al llegar a la base. Law mientras corría por todas las casas de nuestros compañeros, empezó a pensar alguna estrategia.

- Es... Mi... Mi.. mujer -Dije eso con las manos temblorosas, Luffy me ayudó a llegar a la base de la marina dónde le explicaríamos todo lo sucedido a Sengoku y Garp.

(T/N)- 🍯

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(T/N)- 🍯

Desperté en una cueva bastante húmeda. Noté que algo me amarraba de brazos y piernas a una silla bastante incómoda. Empecé a abrir los ojos para poder ver quién estaba conmigo hasta que vi a aquella sonrisa macabra.

- No me jodas, Donflamingo. -Susurré eso resoplando un poco mientras el soltaba una carcajada acercándose a mí.

- Así que embarazada de Corazón. Qué tierna. -Dijo el rubio, mirándome de forma bastante macabra. Lo único que yo quería era darle un buen puñetazo.

Donflamingo empezó a acercarse a mí de forma bastante peligrosa. Mentiría si dijera que no tenía miedo. Pánico a decir verdad. Cerré los ojos y el me sujetó de las mejillas haciendo que lo mirase.

- Primero, te voy a violar hasta que pierdas al bebé. Luego, te seguiré violando hasta que pierdas el conocimiento. Después, te cortaré poco a poco para que sepas lo que es sufrir y finalmente, enviare tú cadáver a Rosinante. -Dijo aquel hombre con sus malas intenciones incluso en su voz.

Rosinante- ❤️

En 10 minutos, habíamos planeado un rescate. Los demás Mugiwara estaban aquí a salvo de mi hermano mayor. Yo solo quería salir ya y matar a ese cerdo. Sengoku fue quién lo impidió, no quería que hiciera ninguna locura. No ahora que iba a ser padre si es que rescataba a mi mujer pronto, antes de que ese malnacido la tocara.

Buscamos varias pistas para encontrar el lugar donde había escondido el maldito Mingo a mi pareja. Pudimos encontrar el lugar gracias a mí conexión con la marca de mi Omega. Si, agradecía tenerla marcada.

Rodeamos aquella cueva, estábamos a punto de entrar. Garp fue el primero en entrar, aprovechando su fuerza para golpear a Donflamingo mandándolo lejos con su Haki. Sengoku fue el segundo, para poder interponerse entre (T/N) y Mingo. Yo entré el último para poder abrazar a mi pareja.

- ¿Rosinante? -Escuche que preguntaba ella con lágrimas en los ojos. Parecía que estaba sana, no la había tocado aún, pude respirar tranquilo, sin embargo un Haki del rey crecía detrás de nosotros. Donflamingo se estaba preparando para pelear.

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Espérame... (Donquixote Rosinante x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora