CAPÍTULO 1

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EYTAN

¿Raro o extraño?, las preguntas que comenzaron a perjudicar mi mundo. Soy ese tipo de chicos que vive pendiente del mundo del espectáculo, el cine, y sobre todo el arte. ¿Acaso eso es raro o extraño?.

La noche estrellada de Vicent Van Gogh,  una de mis pinturas favoritas. Fanático de todo lo que hacía el hombre con bigotes puntiagudos. Salvador Dalí, su rostro sirvió para una de mis series favoritas.

Soy raro, eso me decían cada vez que salía a la calle con mis prendas de vestir color negro, por mi forma de ser, de callar, y guardar silencio cuando en relidad quiero explotar en palabras, no tengo amigos y tampoco me interesa conseguirlos. Aunque creo en el destino, pero… Prefiero vivir en mi mundo, en este mundo donde solo soy yo y las ganas de cumplir  mis sueños.

De niño, aún recuerdo que les dije a mis padres, que quería ser pintor como Leonardo da vincci. Su respuesta fue la más cortante de todas:

—no serás pintor jamás
—pon los pies en la tierra
—los pintores solo consiguen dinero cuando mueren
—el arte es solo un pasatiempos para personas que viven aisladas, en su propio mundo

¿No quiero ser pintor?
¿Acaso existe en realidad alguien que tenga los pies en la tierra?
¿Acaso no soy una persona solitaria?
¿Acaso no tengo mi propio mundo?

ahí lo entendí todo… amaba a mis padres. Pero no sus pensamientos y sus palabras tan bonitas que escupen veneno.

Emma, era mi hermana menor, nuestro núcleo familiar siempre fue pequeño, solo ella y yo, no más hermanos, aunque mamá había tenido una pérdida hace tiempo y era varón. Así que los dos reinabamos en la casa ¡eso creía!.

Y como todo, ninguna familia es perfecta y si lo son, puede que no sean felices.

En la imperfección está el verdadero arte.

No somos los hermanos perfectos, pero Emma siempre me veía cuando me encerraba en el baño, y ella ya se imaginaba lo que pasaba, ¡si! me encerraba, poniendo mi espalda sobre la Puerta, tomaba mi cabeza pensando en mí; llorando sin césar, un llanto silencioso de esos que duelen hasta lo más profundo del alma. A veces sufrimos de depresión en silencio, a veces solo mostramos la parte más feliz y no la rota, a veces tenemos que aceptar reproches, para no recibir desprecio de tu propia familia.

Son las 1:53 am, aún no duermo. Tenía mis ojos irritados, hinchados de tanto llorar como un alma en pena en busca de resiliencia. Y creo que Emma sentía mi depresión, sentía que algo en mí no estaba del todo bien, sentía esa conexión de hermanos. ¿Había conexión de hermanos?

recibí un mensaje de texto:

Emma: Joder Eytan, ya van hacer las 2 de la madrugada, y aún estas depierto. Ya duerme por favor...

Yo: ¿cómo sabes que estoy despierto?

Emma: porque me respondiste el mensaje, ¡tonto! ¡por Dios!.. y porque me preocupas, y se que no estas bien, dime... ¿te pasa algo? Sé que estás despierto porque subiste una última historia a tu Instagram hace 2 minutos.
Se que te encierras en el baño a llorar, se que te frustra tú futuro porque ya estás mayor y no logras lo que quieres, se que estos días son jodidos, escuche a mamá y papá hablando contigo. Y no estaban del todo contentos, se que estas ahí en tu habitación, escuchando música, esas de Olivia rodrigo que deprimen, se que tus ojos están llorosos y también sé que, estás comiendo Doritos con Pepsi a esta hora ¡coño te vas a morir!...

Yo: ¿vives pendiente de mi Emma?...
Ya duerme tú también.
Si, estos días y todos los días de mi vida son jodidamente una mierda, porque eso es lo que soy, ¡una mierda!
Y si muero comiendo Doritos con Pepsi a esta hora, creo que será la muerte más satisfactoria que tendría.
¡Ya duerme y deja de preocuparte por mi! Que yo no lo hago por ti.

Emma: Te duermes, ahora mismo voy a tu habitación y sufrimos los dos, desahoguemos los dos... ¿Aún quedan Doritos?...

Yo: Ya te dije que duermas; y no te voy a dar doritos de todas formas, ¡duérmete cansona!, ya son las 2 y no quiero que te vayas fea con ojeras al cole mañana. O bueno, en 5 horas.

Emma: copiaste tarde, voy camino a tu habitación, ¡llevo más Pepsi y Doritos!.
Qué mamá y papá no se enteren, me matan, y por suerte mañana no hay clases, desvelemos nuestras penas los dos.

La puerta de mi habitación sonó, de forma muy silenciosa, la vi entrar, alumbrando, con la linterna de su teléfono, pegando todo el reflejo del intenso brillo en mi cara, y en realidad a horas altas de la noche molesta.

—Joder Emma, pensé que era broma tuya. Casi me dejas ciego con la luz de tu teléfono—musite.

—Cállate, me conoces, vamos, hablemos, aquí he traído más Doritos, la Pepsi se ha acabado, pero traje este termo—Lo puso sobre el piso—con agua caliente y sobres de café instantáneo. Creo que es lo mejor porque será una noche larga de pláticas de hermanos.

—Ya pasá, no creo que hayas traído café. ¡estás loca de pana!...

***

Esa noche, ya pasadas las 2 de la madrugada, hablamos, platicamos, y nos desahogamos, fue la primera vez que tuve tanta conexión con mi hermana y fue increíble, <<la conexión de hermanos si existe>> ¡y si! También tomamos café.

—Y a ver, al final entonces ¿qué?...
¿Te gusta el arte?... —toma un par de Doritos de la bolsa haciéndola sonar suavemente y al mismo tiempo toma café.

—No me gusta; me encanta, debajo de este colchón tengo dibujos y pinturas que he hecho, que he dibujado a escondidas.

—Y, si... ¿papá o mamá te descubren que harás?.

—pues... Seré yo, seré el chico raro, extraño—hago comías con mis dedos—que ama el arte y, no me esconderé de este sueño frustrado.

—tienes razón, te entiendo hermano  ¿sabes que soy malisima para los estudios?. Me enfrente a decirle a papá que no quería seguir estudiando,
Su respuesta como siempre fue la más poética, "un ser sin estudios es un ser incompleto"... Y por desgracia no aguante mi sarcasmo y me reí en la cara, y mira acá estoy, enfrentando día a día esas pocas ganas de estudiar...
Ya deja de pensar tanto en tu futuro y comienza a vivir desde hoy, se tú, consiguete una amistad plena, sal a fiestas, de paseo, distrae tu retorcida mente y, por favor, habla conmigo que yo te ayudo a sanar, y tu me ayudas a mi.

—Tomé un sorbo de café, que ya se encontraba frío —Gracias hermana, tienes toda la razón, y eso de tus ganas de dejar los estudios es preocupante, no me la sabía, y dejate de eso, ya te faltan solos dos años para que seas bachiller y decidan por tu carrera—bromee un poco—Prometo salir, y conocer nuevas personas, salir de estas cuatro paredes—Le sonreí, tomé su mano y la abrace fuertemente.

—siempre quise ser hija única, pero ya veo que siempre hace falta un ser llamado hermano. —me murmuraba riendo burlonamente.

Emma era ese tipo de personas que siempre buscaban sacar risas, a pesar de estar en el peor momento, ella siempre lo lograba con sus chistes y sarcasmo.

—cállate... Déjate de tonterías, igual yo nací primero. Tenía más posibilidades de ser hijo único. —le balbucee de forma sarcástica riéndome

—Cállate tú, que los primeros hijos siempre son por delizces inéditos cuando nuestros padres se veían a escondidas.
En cambio los menores somos más planeados. —tiro una carcajada

—Cállate joder... —le tape su boca con mi mano y reímos los dos, silenciosamente casi como chillidos.

—Bueno, durmamos, escuchando tus canciones de esa tal Olivia, que para mi son como esta combinación de Doritos y café.

—¿por qué?

—le canta a todo, al desamor, al amor, después al desamor y así… ¡que mujer tan sufrida! —suelta otra vez una carcajada.

—No critiques a mi artista favorita qué yo no crítico ese reguetonero barato tuyo.

Esa noche fue la mejor, “con ese ser llamado hermana”.

Es increíble la amistad y el cariño que teníamos. Hablamos de nosotros y nos hacía falta eso. Ya eran las 4 :00 am, y ahí seguía ella hablando, nuestro desvelo se hacía notar, y nuestra mente pensaba mil cosas al ver a nuestro padres cuando se enteren de la combinación que habíamos hecho de café con Doritos.

sería un regaño seguro.

EYTAN [concluida] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora