CAPÍTULO 26

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Todo es por mi

Habían pasado días, estaba encerrado en mi cuarto, sin ánimos ni ganas de nadie.

De avanzar, de crear paso qué me llevarán hacia adelante. Estaba retrocediendo, volviendo a mi viejo yo, a esa depresión y ansiedad que me mataba.

Primero la pérdida de mi hermana.

Segundo la pérdida de un amor.

No soy yo, no soy el Eytan que creía.

La puerta de mi habitación sonó.
No conteste... El sonido quedó mudo por un tiempo hasta que hablaron:

—!Eytan soy yo... Kler!

—No quiero hablar con nadie.

—Eytan por favor, sé que necesitas desahogar tus sentimientos...—abrí la puerta y me lancé de nuevo en la cama boca abajo, enterrando la almohada en mi cara—amigo, no puedes seguir así.

—siempre he sido un grandisimo estúpido. Entregando todo de mí, tan pronto—mi voz se escuchaba ahogada, quebrada.

—A veces queremos todo de una vez, sin darnos cuenta que el tiempo pasa facturas atroces.

—Me gire mirando el vacío del techo—el tiempo es solo una metáfora

—... Una vez escuche a Emiliano sanchez decir en uno de sus poemas: yo prefiero a los locos. Los sensibles, los ingenuos, los soñadores, los ilusos. Yo me quedo con los rotos, los heridos de amor, los que sangran melodías, los que lloran poesía, los que pintan sonrisas, los que todavía creen en utopías. Me quedo con aquellos que se atreven a seguir soñando, propagando la esperanza. E invitando a enamorarse. Yo me quedo con ellos, los que se doblegan, ante la frivolidad y la apatía, con los que sienten y vibran, con los que aman todavía... Yo me quedo con el mejor amigo que he tenido, que amo, se desilusionó, pero sigue dando esperanzas de seguir creyendo en el amor, con el mejor de todos, y ese eres tu Eytan.

—las lágrimas recorrieron mis mejillas, me lance a abrazar a Kler—no se si sea el mismo después de esto.

—Siempre serás el mismo, porque tus ganas de soñar nunca se desvanecen. Aún aquella beca sigue esperando.

—no... No creo que... No puedo—hablaba con mi voz quebrada.

—deje las drogas por ti. Ahora quiero que tu sonrías y dejes el dolor por un lado, por mí.

—gracias por llegar a mi vida. Emma siempre decía que tu eras la mejor amiga del mundo.

—y tú también lo eres Eytan, para mí. Emma si estuviera en estos momentos te estuviera jalando los pelos diciéndote: no seas Pendejo, consigue otro nuevo amor, Yazetmith solo fue una pe...

—Lo sé, Emma era una parte de mi, desde que ella se fue, algo de mí también se fue con ella, no soy el mismo, no estoy completo.

—Eres grandioso, y ten en cuenta que esto es solo una tormenta, es algo que pasará pronto.

—Una tormenta qué me ha dado con brutalidad.

—pero eres fuerte como una palmera y no te dejas vencer por nadie.

No quisiera andar caminando de puntillas, descalzo en un sendero de espinas, pero tampoco quiero esconderme, y tampoco alimentar este monstruoso fuego, solo Quiero que esta historia con Yazetmith la chica que creía "de mis sueños" muera ya. Y estaré bien. Me aferrare a mi arte con fuerza, a los pinceles, al olor a pintura que embriaga mi sentidos y me haga perder en mundos imaginarios, fanáticos, mundos donde solo soy yo.

***

Los días pasaron. Mis ánimos estaban un poco estables, debía ser fuerte, y no dejarme vencer por un simple amor. Papá y mamá fueron mi paño de lágrimas, me abrí con ellos como nunca lo había hecho. Me ayudaron a no dejarme vencer por la dificultad, ellos sabían más que nadie, que a veces el amor era efímero y no siempre era eterno, no todo era un cuento de hadas, o una historia de Disney donde el príncipe consigue a su princesa y con solo un beso, Ese amor es eterno.

Nunca fui tan sociable, y creo que como consecuencia de ellos me convertí en una persona solitaria, mis únicas compañías eran la música y la pintura. Nunca encajé en aquella ronda de amigos de secundaria que me hacían ver como un bueno para nada:

—Eres un inútil
—eres un bueno para nada
—eres un mimado
—eres un desperdicio de persona
—eres mudo, casi no hablas
—eres un pedazo de mierda
—nunca serás nadie
—nunca lograrás eso que dices
—eres un marica

Todas esas palabras que me dolían en el fondo, en un rincón de mi vacío pecho. Aprendí que después de todo, el silencio era mi mejor arma, se convirtió en mi forma favorita de hablar.

Nunca me gustó ser el centro de atención, siempre me gustaron las cosas simples, personas simples, sencillas, amores "eternos" y amigos para toda la vida.

Y quizás todo ellos eran parte de mi crecimiento, no tanto como persona, sino como el artista que soy. Quizás esta vez mi intuición falló, al intentar hacer arte en mis heridas, tapar heridas y cicatrices qué siempre estuvieron ahí presentes en mi.

Ya casi llegaba navidad, y lo único que pedía era algo recíproco, algo verdadero. Estaba ansioso viendo como en las tiendas ya comenzaban a adornar. La navidad se sentía, se sentía la alegría, pero también la tristeza. Solo faltaban dos meses para Navidad y me daba gozo ver a mis padres alegres, charlando sobre cómo adornar la casa este año, en los planes, en que cenaremos para nochebuena, y en donde pasaremos fin de año. Para qué playa o río ir el primero de enero. Pero sobre todo pensar en cómo viviríamos un año sin Emma en nuestros brazos.

Todo esto, todo esto que he olvidado, he limpiado, he tratado de sanar, es por mi. Y por las personas que realmente merecen mi amor.

EYTAN [concluida] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora