CAPÍTULO 14

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What that Fuck

Abrí mis ojos después de haber caído en un sueño profundo anoche, aún era temprano. Por más que trataba de agarrar nuevamente el sueño, no podía.

Salí de mi habitación bostezando, tenía unos shorts cortos, tan cortos qué se adaptaron y pegaban a mis muslos, estaba en franelilla, pase por el espejo que decorada la sala. Y me posee frente a él, mirandome como idiota, como si estuviera viendo a alguien más.

—En serio estoy así de bueno—masculle, alzando mis brazos y apretando mis bíceps. El gym cada día me impresionaba más.

—Si Martín llegará y te viera así se te lanzara encima y te violaría—la voz de Emma irrumpió, como de costumbre, provocando que diera un pequeño brinco.

—Emma. Ya pareces un fantasma.

—Y Yazetmith si te viera así, se mojaría y tendría un orgasmo al segundo—exclamó ignorando mis palabras.

—Te pasas... ¿Y eso que te levantaste temprano?

—Estoy castigada, así que, haré el desayuno para contentar a los viejos. Siempre me funciona—me guiña el ojo, marchándose a la cocina.

—yo seguí sus pasos—¿y con que sorprenderás a los viejos—hice comillas con mis dedos.

—Lo de siempre, arepa, es lo único que me animo hacer.

—¿arepa?, ¡tan común!. Pensé en otra cosa, en un desayuno extranjero, uno de esos que nos sirvieron la vez que fuimos de vacaciones a España ¿te acuerdas?

—Eso para mí fue como almuerzo, las arepas nunca fallan. Así que, déjame inspirarme, ¡se las haré en forma de corazón!

—qué cursi, ¿en serio de corazón?

—cállate y ayúdame a hacer el café. Cada quien hace las arepas como quiere, ejemplos: unos  ponen primero el agua y luego la harina, y otros la harina y le van agregando el agua, eso es un dilema que provocaría la tercera guerra mundial.

Una vez casi listo el desayuno me atreví a preguntarle la duda con la que me había quedado anoche.

—¿por qué estabas tan relajada y contenta anoche a pesar de que te dieron tremenda regañada?

—Es cosa de mujeres, algo así como cuando te viene la menstruación y no quieres ver sangre.

—¡qué asco de respuesta Emma! Y no le encuentro sentido a lo que te pregunté, ¿Dime? —lleve la taza de café a mi boca para tomar un sorbo.

—Me desvirgaron—lo dijo, así sin más, tan simple como decir las vocales.

—escupí en seguida el trago de café, agrandando mis ojos como las arepas deformes qué estaba haciendo—¡¿qué?!

—quedamos en no ocultarnos nada, se que me matarás, prefiero decírtelo antes de que lleguen los malos comentarios, sabes como es la gente aquí.

—Emma, esto es como... Una locura, usa palabras mejores... Esto es... ¿te cuidaste? ¿Usaste preservativo? ¿Tomaste la pastilla de emergencia? ¿No me digas que fue con el idiota de Jason?

—Somos novios, soy adolescente y dentro de dos años mayor, las hormonas, las ganas... Obvio que me cuide, tampoco soy tan torpe para dejarme meter sin protección—mentí, recordando que ni siquiera le había dado importancia desde el primer acenton que Jason me había dado, recordándolo ya cuando estaba dentro.

—Eres de memoria a corto plazo, olvidas todo, ojalá y no... Emma por dios, esto es... What that Fuck. Sin duda alguna, eres tan...

—Tarde o temprano eso pasa Eytan. Obvio me cuide, y si no se sabrá en unos cuantos meses cuando se me marque la panza—bromea—no que Dios me libre de eso—se presina.

EYTAN [concluida] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora