CAPÍTULO 2

19 6 0
                                    

EYTAN

Apenas abriendo mis ojos, toqué al otro lado de mi cama, y ahí estaba mi hermana, tirada, dormida aún, con su cabello despeinado y con esa pijama completa de vaquita qué siempre me hacía reír, pero del todo le quedaba bien.

—¡Hey!... ¡Emma!. Levántate.. —le hablaba en tono bajo, moviendo su hombro bruscamente.

—¡Ashh!, ¿qué te pasa Eytan?, aún es temprano y hoy no hay clases—respondió sin ánimos y a regañadientes.

—¿Temprano?... Pero si ya van las 11 de la mañana, Mamá no tardará en subir y si ve este desorden, esas bolsas de doritos, la Pepsi, los sobres de café, y nuestras caras de desvelo nos va a matar.

—¡Ya, ya, qué necio eres!—¡Bufo! Levantándose de la cama dando un bostezo qué casi se tragaba toda mi habitación.

Rápidamente, nos levantamos, aún no aguantaba la risa ver a mi hermana con esa pijama de vaquita, mi tía se la había regalado para un intercambio de regalo un Diciembre, y desde entonces se la pone casi a diario, era su favorita, aunque odiaba a mi tía por entrometida siempre. Empezamos a organizar la habitación y el desastre que habíamos dejado.
Bolsas de doritos, trozos y migas de doritos por todos lados, sobres de café instantáneo y… El Termo que aún conservaba un poco de agua tibia. ¡Mamá se sorprendería por todo este desastre!. Y justo la expectativa se volvió realidad. Mamá abrió la puerta sin previo aviso.

—¡Eytan, Emma!—nos miró— ¿Qué carajos es este desastre?... ¿se han desvelado?... —nos exclamaba muy seria y segura de su palabra. Parada en el marco de la puerta.

—Mamá fue culpa de Eytan
—mamá fue culpa de Emma
—propusimos los dos al mismo tiempo señalandonos. Parecíamos niños cuando hacían una travesura.

—mamá se acercó a Emma, frunciendo su ceño, mirándole el cabello detenidamente—¡¿tienes migas en tu cabello?!... ¿Qué es esto? —tomó una miga del cabello alborotado de Emma, y sin asco alguno la metió a su boca—¿Estaban comiendo Doritos con Pepsi?—miró detenidamente toda la habitación—, ¿y estos sobres de café qué?... —rezongaba, en forma de regaño hacía nosotros,  viendo cada desastre y la escena del crimen.

<<El crimen de comer alimentos no sanos a horas nocturnas>>

—Mamá, perdón, es mi culpa, le dije a Emma que se quedara a dormir conmigo para ver una peli de terror, y una peli sin algo que comer no es peli ¿no?—le sonreí, frunciendo mi ceño confundido con la estupidez que me había inventado—Y ya conoces lo miedosa que es, se fue a dormir a su habitación, y de vuelta volvió porque sentía la presencia del espíritu maligno de la película— reí en tono de burla, viendo a Emma como aguantaba sus ganas de tirarse al suelo a carcajadas con la escena y el drama que estaba montando.

¡Digna de un Oscar!

—si mami, Eytan tiene razón, ¡Ehhh! Disculpanos, se que nos estamos matando comiendo esas cosas de noche.

—Bueno más vale, que sea la última vez, no tanto por la peli si no por comer estas cosas a altas horas de la noche, no me mientan que sus caras se les nota el desveló. Y den gracia que su papá ya se haya ido al trabajo, si yo los perdono… ¡el no!...

Y mamá tenía razón, papá nos cuidaba mucho en protegernos con los alimentos, y más, a altas horas de la noche, ser nutricionista era como una espada de doble filo para nosotros cada vez que íbamos a la tienda por Pepsi o algo cargado de azúcar y gluten.

—Si ¡ma! Eres un sol—exclamó Emma dándole miradas como las del gato con botas, que siempre compraban a mamá.

—... ¡ahh! Eytan!, alístate, hoy te voy a llevar para la presentación, para que empieces tus estudios de abogado...

EYTAN [concluida] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora