CAPÍTULO 16

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El Gym

Estaba subiendo 90 kilogramos en peso muerto. No era mucho, pero ya empezaba a subir más, comencé con solo 25 kilogramos y así fui aumentando poco a poco. 

Y así era la vida, cada intento nos llevaba a más. A subir más de nivel y de peso, a querer más para hacernos fuertes, no solo físico sino mentalmente.

Me había levantado temprano para venir al gym, Kler era mi acompañante incondicional.

íbamos a un gym bastante prestigioso,  siempre he dicho que no me creía la gran cosa, pero un gym caro era lo que necesitaba para fortalecerme. 

Jason, estaba al fondo, haciendo sentadillas, entrenando con unos chicos novatos, mientras que Kler conversaba con un chico, ¿quizás era su gym crush?. 

Kler: 

—ok, no tranquilo, podemos vernos, quizás más tarde. 

—Me parece genial. 

—ok, Ehh, iré al baño, perdón 

—tranquila sigue, ¡el gimnasio es libre querida! 

—eres un amor, Sam—me dirigí hacia los baños. 

Sam, Sam, Sam. 

Era el chico que desde que empecé a entrenar con Eytan, me hacía ojitos, y me daba sonrisas, de esas que te derriten; era el entrenador de la mayoría de acá, así que, mi primer día aproveche la oportunidad, para dejarme tocar, que él estuviera a escasos centímetros de mí. Y yo, levantando mi culo más de lo normal, tratando de retener el aire para que mis pechos fueran más visibles. 

Hasta que por fin, una conversación por WhatsApp nos llevó a los que somos ahora, amigos. Aunque quería más que eso. 

Entré a los baños, cerré la puerta y me senté en el inodoro, al instante escuche las voces de un chico, discutiendo con una chica. 

—¡Qué mierda te crees! 

—Quieres sacarlo todo en cara

—No la superó, joder, eso me tiene de ostias 

—vete a la mierda Bryan, solo juegas con los sentimientos. 

—toma un porro y relájate mejor. Y deja tus putos celos. 

—Vaya forma de relajar 

—¿lo quieres o no? 

—Hemos hecho cosas peores en el gimnasio, fumar no me quita la esencia. ¡dame! 

—Si quieres, podemos intentar otra vez, te acuerdas de aquella esquina, donde te follaba violentamente. 

—¡callate! 

—pasame el humo a la boca y me callas. 

—eres un... 

El olor embriago mi nariz, todos mis sistemas se activaron, como alarma, como señal de que algo se estaba quemando, no era solo el "porro", sino algo en mí, no era cualquier olor, cualquier humo, era la clase que me deleitaba, me desvanecía, y me hacia mierda al instante, pero debía ser fuerte y no dejarme llevar por lo que estaba imaginando. 

No tenía ni idea de quiénes eran los sujetos que estaban allí afuera. Así que, bajé el agua del inodoro y salí, disimuladamente. 

—¿desde cuando estabas acá?—preguntó el chico, y yo solo ignoré su pregunta—Oye, ¿desde cuando estabas acá? —imploro nuevamente alzando un poco su voz. 

EYTAN [concluida] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora