Ilusión
Desperté después de que grandes porciones de la luz solar, se colaran por la ventana e impactaran en mi cara. Mire el reloj que estaba en la mesa de noche junto a una foto de Emma abrazándome. Era aún temprano.
Estas últimas semanas habían sido de insomnio, desvelándose, recordando a mi hermana, llorando en la mitad de la noche, esta vez no era por mi. Sino por ella. Mis grandes ojeras me delataban, no podía evitar pararme tan temprano, que sentía mis ojos chiquitos.
Recordaba siempre las palabras que Emma decía, la recordamos con alegría y nunca con tristeza. Y cuanta razón. Ella era alegría pura y, solo la recordaba con un sentimiento profundo, pero era imposible no hacerlo.
Me levanté, me cepillé los dientes, salí del baño, y me vestí.
Semanas atrás había hablado con mamá y papá acerca de la beca, ellos me dieron un si. Pero yo aún seguía con la idea de dejar a Yazetmith sola, sin mí.
Mi relación con Yazetmith cada día era más ardiente, Florecía cada vez más. Varios encuentros, varias citas, varias noches de sexo, varias noches donde solo éramos ella y yo. Y siempre me daba fuerzas para no desvanecerme en la incertidumbre del duelo.
Baje a la sala, que se encontraba sola. Mamá y papá se habían marchado a sus trabajos, después de varias citas con el psicólogo. mejor era estar en sus trabajos, que estar encerrados en cuatro paredes recordando a Emma. Sumergiéndonos en una tristeza profunda. Ya eran tres semanas desde que no la veíamos bajar por las escalera, tres semanas donde su voz ya no se escuchó más, tres semanas donde aún dolía no tenerla, pero las palabras del Psicólogo estaban ayudando mucho a mis padres, a asumir el duelo con alegría y no con tristeza.
Fui a la cocina, y cada centímetro de la casa me recordaba a Emma. Era imposible no olvidarla. Recuerdo aquella vez haciendo las arepas, la vez cuando me dijo que había perdido su virginidad. Tomé mi desayuno y me fui al comedor, me senté, serví el café y tomé un sorbo. Cogí mi teléfono y me puse a investigar acerca de editoriales que se interesan por el manuscrito de mi hermana, era una ilusión poder algún día hacer sus sueños realidad.
Después de varias búsquedas, mandé mensajes a todas las editoriales posibles qué encontré. Esperando respuesta, pero sabía que no era el único que enviaba manuscritos. Así como habían varios artistas, también había millones de personas escribiendo textos hermosos.
Quedé con la espera, pero ninguna respondió, debía tener calma, esa calma que intentaba cada día y noche.
Terminé mi desayuno, que ya se encontraba frío. Después de un par de minutos mi teléfono vibró con un mensaje, era Kler.
Kler: Eytan, te necesito.
Yo: ¿Pasa algo?
Kler: pasa de todo...
Yo: cuéntame, no me dejes con la suspicacia.
Kler: no te lo había dicho por que debía asumir mi responsabilidad, pero, estoy en peligro, me están buscando para matarme.
Yo: Kler, no estoy para bromas...
Kler: debo una suma de dinero. cuando vendía drogas, me están cobrando, y debo buscarla lo más antes posible.
Yo: esto es... Esto es. Kler no te quiero perder a ti también. Haré lo que sea necesario.
Kler: solo te aviso como buena amiga, pero yo debo asumir mis responsabilidades, yo me haré cargo de eso. Gracias al trabajo que encontré en la cafetería me ayudó mucho, pero...
Yo: eres mi amiga y haré lo que sea por ayudarte.
Kler: no Eytan, no seas terco, yo sola asumiré esto.
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EYTAN [concluida]
RomanceEntra en el mundo de Eytan, donde la pasión se convierte en fuego, los sueños se elevan como torres imponentes, el amor se entrelaza con la melancolía, y la desilusión corta como una espada afilada. Prepárate para un viaje de autodescubrimiento que...