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Narra Olivia. Costa Rica. Día 55
Un fogonazo de luz repentino invadió mi tranquilidad de un momento para otro. Traté de ignorarlo, a eso y al ruido que cada vez iba haciéndose más presente en aquella habitación compartida. Mis párpados permanecieron cerrados durante un par de minutos más y continué luchando con los estímulos para poder dormir un poco más, pero cada vez era más complicado.
Mi estado de cansancio era realmente molesto. Habíamos llegado a esa cabaña en mitad del bosque la noche anterior, tras haber estado prácticamente todo el día en el coche para llegar a esa zona. En cuanto dejé las maletas en una esquina del dormitorio, me lancé al sofa que me había agenciado como cama y me dormí al instante. Tenía tanto sueño que logré dejar de escuchar las discusiones de los chicos por ver quien dormía en cada cama.
Noté como el sofá se hundía en la zona de mis piernas y me frustré un poco al predecir que alguien trataría de despertarme. No quería empezar el día, no aún.
-Olivia- un susurro rompió el tan tranquilo silencio que había logrado hacerse hacía no mucho- buenos días- posó su mano sobre uno de mis hombros y lo agitó para que pudiera despertarme.
No eran movimientos bruscos, al contrario, estaba siendo bastante gentil.
Mis párpados me traicionaron y comenzaron a moverse hasta que se abrieron en un vago movimiento.
Daniel analizaba mi rostro y ahora yo también el suyo. Un mechón de pelo empapado, por lo que supuse que había sido una ducha mañanera, dejaba caer pequeñas gotas de agua en su rostro. Su torso estaba descubierto y podía notarse como también estaba algo húmedo todavía.
-Mmm- deje escapar un pequeño murmullo seguido de un bostezo y acto seguido analicé un poco el entorno.
Solo estábamos nosotros dos en aquella habitación. Archie, quien había compartido cama con Plex, parecía estar ausente. Aunque su voz desafinada proveniente del pasillo me dio una pista de que ahora era él el que se duchaba.
Giré mi cuerpo para apoyarlo sobre el lado izquierdo de este y así que Daniel tuviera algo más de hueco.
-En un rato saldremos- indicó, aun hablando entre susurros- si necesitas que te ayude a recoger dímelo- sonrió levemente- así puedes descansar un poco más- su voz aumentó ligeramente el volumen.
Le sonreí como pude pues aun seguía algo dormida y trate de incorporarme.
-Buenos días- le correspondí el saludo de antes y me froté los ojos- sé porque haces esto y no te preocupes, ya organizo yo misma mis cosas- añadí acariciándole el brazo.
