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Recomendación: escuchar Apocalypse Slowed (la instrumental de la canción) para toda la parte de la madrugada <3 (igual hace falta escucharla 2 veces porque es larga)
Narra Plex. Patagonia, Chile. Día 66.
Era la tercera vez que me levantaba aquella noche y comenzaba a cansarme de dar tantas vueltas en la cama. Estiré el brazo hasta alcanzar la mesilla de noche y por ende mi teléfono, el cual me cegó en el momento en el que lo encendí para comprobar la hora.
Las cinco y media de la madrugada.
Maldije en mi mente, pues sabía que en un par de escasas horas deberíamos de levantarnos. Se me estaba haciendo realmente complicado el poder descansar. Y era obvio el por qué.
Sabía que tenía que hacerlo ese mismo día, algo dentro de mí me hacía creer que el momento había llegado. Sin embargo, el como lo haría era todo un misterio y el motivo por el que era incapaz de pegar ojo.
Iba a ser un día muy especial para mis seguidores, pues anunciaríamos un sorteo para que algunos de ellos pudieran acompañarnos a alguno de los destinos que quedaban del viaje. Sería un día caótico desde luego y me iba a costar encontrar el momento perfecto para hablar con Olivia.
Pero tenía que ser hoy. Estaba seguro.
Me incorporé en la cama con tal de despejar mi mente antes de volver a intentar dormir. Giré mi cabeza levemente hacía la derecha hasta encontrarme con su cama, donde ella se encontraba tranquilamente dormida. O eso parecía.
No pude evitar sonreír al verla. La escasa luz que provenía de la luna y algunas de las farolas del exterior, me permitían apreciar su rostro. Su precioso rostro.
Me levanté unos segundos después para rellenarme una de las botellas cortesía del hotel en el baño, ya que tanto mis amigos como yo habíamos acabado con todo el agua que contenían.
Trate de no hacer mucho ruido al caminar hacía el pequeño baño que se encontraba justo al entrar al dormitorio.
-Mhm- escuché murmurar a Olivia y acto seguido se giró hacía el otro lado.
Aumenté mi sigilo para no despertarla y una vez en la pequeña habitación, cerré la puerta y encendí la luz. Aproveché para hacer mis necesidades y una vez listo, volví tras mis pasos para acostarme.
-¿Tu tampoco puedes dormir?- el silencio se rompió al escuchar su susurro entre la oscuridad del lugar, asustándome un poco al ser algo inesperado.
Me aproximé al borde de su cama, donde ella seguía todavía tumbada. Dio un par de palmadas sobre el colchón, indicándome que me sentase a su lado y yo obedecí.
