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Narrador externo. Perú. Día número 58.
Nada más llegar a la pequeña estación de aquel pueblo peruano, todos los integrantes del grupo comenzaron a admirar su belleza. Parecía como si el cansancio hubiera desaparecido al contemplar las calles por las que paseaban ahora.
El olor proveniente de los restaurantes era delicioso y todos los locales estaban decorados con colores vivos y muy bien combinados.
-Vaya, me lo esperaba totalmente distinto- afirmó con un tono de asombro la morena. Tenía los ojos abiertos como platos y poco a poco podía notar como se encariñaba con el lugar.
-La verdad, yo tampoco. Me da unas vibras muy buenas, como si me sintiera en casa- respondió Plex a su lado, haciendo que esta le mirase.
-Va a ser difícil elegir donde cenar- añadió riéndose y poco a poco se iban alejando del grupo a medida que la conversación parecía fluir.
-Tengo ganas de dejar todo esto- dijo Daniel moviendo los brazos, haciendo referencia al equipaje con el que cargaba- y pasear un poco más- sonrió.
-¿Sigues sin querer salir con ellos?- preguntó recordando la charla que habían tenido en el tren- seguro que lo pasan bien.
Pero en el fondo lo que Olivia quería era pasar el menor tiempo posible en aquella habitación que le tocaría compartir con él. Estaba cansada de las situaciones incómodas y por alguna razón tenía la sensación de que aquello solo traería más.
No quería confundirse más y estar a solas en una habitación con Daniel Alonso no era la mejor manera de hacerlo.
-Efectivamente, ya sabes que soy más de quedarme en casa- afirmó- bueno en este caso en los hoteles- ambos rieron levemente- ¿Por qué lo preguntas? ¿Es qué tu quieres ir?- comenzó a preocuparse de que su tiempo a solas con ella, para hablar, fuera a descanecerse.
-Oh no, definitivamente lo último que quiero es salir de fiesta- miró por el rabillo del ojo a Adrian, que estaba junto al resto a unos metros de ellos- ya sabes...- se encogió de hombros y Plex lo entendió.
Continuaron conversando y parecía que la cosa comenzaba a recuperar soltura. Ya no eran respuestas simples o de pocas palabras como hacía unos días, sino que volvían a ser los Daniel y Olivia de siempre.
Una vez llegados al hotel, Jopa, Borja y Adri se dejaron caer en los sofás de la recepción junto con todas las maletas. Los otros dos se acercaron al mostrador para registrarse.
-Hola buenas, teníamos una reserva a nombre de Daniel Alonso, para cinco- el chico fue dando algunos datos básicos mientras la trabajadora tecleaba en su ordenador.
