LA PLEGARIA DE MIPHA

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〔Sidon finalmente se ganó la confianza de Ruta, pero aún necesitaba un poco de ayuda para volver a confiar en la bestia.

Cuando Ruta llevó a Sidon y Nami hasta una de sus entradas con su trompa, el príncipe vaciló. La bestia divina había salvado su vida y la de su pequeña y, sin embargo...

Sidon se obligó a respirar. Ruta no era un lugar que alguna vez hubiera querido que Nami viera. Y, aun así, a pesar de que Sidon se había familiarizado con Vah Ruta más de lo que jamás había deseado en su vida, recién ahora estaba empezando a comprender que la Divina Bestia tenía voluntad propia. Y probablemente sentimientos. 

Probablemente sintió el desdén de Sidon por ella y aun así, el príncipe nunca había pensado ni por un momento en que se sentía ser pilotado por alguien tan rencoroso hacía ella.

Se preguntó cómo se sentiría haber perdido a Mipha hace tantos años.

Sidon entró en la bestia y quedó asombrada al ver que ésta respondía a su presencia. Las consolas más pequeñas que alineaban la bestia se iluminaron de un azul brillante, iluminando su interior en la oscuridad de la noche. El control principal cobró vida, brillando con el mismo tono de azul e intensificándose a medida que Sidon se acercaba, mirándolo con asombro.

Nami jadeó, meneando la cola de alegría mientras sonreía.

—¡Es hermoso!

El contrario sonrió, pero de repente fue golpeado por una punzada de nostalgia, su mente retrocedió con fuerza a una época en la que él también era un niño asombrado por el poder de la gran Vah Ruta, pero sobre todo, estaba asombrado por el poder que Mipha tenía para controlar tan increible creación.


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—¡Vaya, Mipha! —Sidon aplaudió, corriendo arriba y abajo por el nivel principal de Vah Ruta.— ¡Esto es increible!

—¡Sidon, no te alejes demasiado! —Lo regañó su hermana—. Ruta es un gigante gentil, pero debes respetarla. Mantente cerca.

—¡Sí, hermana! —El pequeño sonrió, mirando uno de los engranajes mecánicos. Tenía muchas ganas de escalarlos.

—¡Y no escales nada!

—¡Ow! —Hizo un puchero— ¡Pero Miphaa!

—Sidon —dijo gentilmente su hermana, luciendo agotada por tanta energía proveniente del menor. Ella le sonrió cálidamente y le tendió una mano.—, ven aquí. Quiero mostrarte algo.

Sidon tarareó contemplativamente, dando un salto para tomar la mano de su hermana. Ella le sonrió cálidamente y luego lo levantó en sus brazos, colocándolo sobre el panel de control. Ella le dio un suave beso en la nuca, ronroneando suabemente.

—Muy bien —dijo—, pon tus manos en este panel.

—Mhm, está bien —asintió, colocando sus palmas contra el control; Ruta cobró vida, iluminándose vibrantemente, sorprendiendo al pequeño por un momento, quien se balanceó hacía atrás y se apoyó en Mipha mientras ella lo rodeaba con sus brazos, abrazándolo por detrás. —¡Guau! —sonrió, sintiendo su cola balancearse contra su hermana.

—Le agradas a Ruta —sonrió Mipha, acariciándolo suavemente.

Sidon soltó unas cuantas risitas y su sonrisa se ensanchó cuando el elefante pareció tronar en respuesta, Lanzó los brazos al aire triunfalmente y gritó:

—¡Y yo amo a Ruta!

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Sidon's Epic Pining Adventure  | SIDLINK | TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora