EL ATAQUE ENEMIGO

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〔Las noticias de misteriosos ataques a través de Hyrule están llegando al dominio, pero a pesar de los informes de que persiguen a las bestias divinas, Sidon parece no poder apaciguar a Vah Ruta, sin importar lo que intente.〕

—Ha habido informes en todo Hyrule que alertan de ataques de un enemigo desconocido últimamente —dijo Muzu con firmeza. El anciano se contuvo con gran dignidad y su presencia emanó por toda la habitación, al igual que la preocupación que se extendió por el consejo de zoras que servía de cerca al lado del rey Dorephan. Sidon se sentó un poco más erguido mientras Muzu hablaba, apoyando la barbilla sobre el puño con aprensión. Sabía que había varios asuntos por resolver en la avalancha de reuniones que habían surgido hoy, pero no había anticipado algo tan serio.

—¿Fueron estos ataques de monstruos? —Jiahto preguntó, inclinándose hacia adelante en su asiento. Su voz temblaba con la edad, pero su mirada era firme.

—Todos han sido demasiado coordinados para ser simples monstruos —intervino el rey Dorephan. Sidon miró a su padre y sintió que su ceño se fruncía con fuerza. El rey continuó—: Hasta ahora todos han sido frustrados, pero los ataques contra Eldin generaron informes de que la bestia divina Vah Rudania estaba siendo seleccionada para una posible captura. Esto podría ser un mal presagio.

—Lo que nos lleva a creer que este atacante podría estar apuntando a Vah Ruta a continuación —finalizó Muzu. Una oleada de susurros inundó la habitación. Algunos de indiferencia; ¿qué importaba si se tomaran a Ruta? Después de todo, era la prisión en la que la princesa Mipha se había encontrado con su muerte. Otros estaban preocupados, preguntándose si Ganon estaba en ascenso una vez más después de todo. Pero Sidon...

El príncipe se hundió en su asiento, sabiendo que la pregunta eventualmente llegaría, pero esperaba que no fuera así.

No había estado dentro de esa bestia en más de un mes.

No le respondería, sin importar lo que intentara. De acuerdo, no era como si realmente lo hubiera intentado tanto. Caminando dentro de esa cosa... la forma en que sus pasos resonaban contra la antigua piedra y los engranajes... la forma en que podía imaginar los llantos de ayuda de Mipha y gritos cuando ella...

Sidon sintió un escalofrío en la espalda.

Era demasiado para soportar.

Lo único que le impidió dejarlo y decirle a Zelda que necesitaba encontrar a alguien más fue la mayor fe que Link tuvo en él durante su última visita.

—Sidon —la voz de Dorephan retumbó y el príncipe luchó para no languidecer—. ¿Cuál es el estado en Vah Ruta?

—La bestia es mansa —logró decir Sidon.

Se hizo el silencio.

—¿Con que así es? —Dorephan preguntó justo antes de que los oídos de Sidon comenzaran a sonar por la incomodidad del momento.

—Sí, padre.

—¿Y ha respondido a tus esfuerzos para controlarlo? —Dorephan preguntó.

—No, padre.

—¿Cuándo fue la última vez que estuviste dentro de esa bestia?

—Padre —espetó Sidon—. No creo que sea el momento de interrogarme sobre la funcionalidad de Vah Ruta. ¡Si estamos esperando por un ataque, entonces necesitamos mejorar nuestras defensas para proteger el Dominio!

Más susurros y gruñidos llenaron la habitación, la mayoría de los cuales estaban de acuerdo.

—¿Pero qué hay de Ruta? —preguntó una de los zora más jóvenes, de la edad de Sidon. Era el representante enviado de la Guardia Real, Bazz—. No tenemos un ejército lo suficientemente grande como para protegerlo.

Sidon's Epic Pining Adventure  | SIDLINK | TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora