LA SABIDURÍA DE DOREPHAN

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En los días más oscuros, Sidon sabía cómo levantar a su gente.
Pero cuando él estaba atrapado en la oscuridad, nadie podía levantar su espíritu como su padre lo hacía.

El rey Dorephan era un rey sabio, probablemente incluso el más sabio de todos los Zora en la opinión de Sidon, un líder diligente y un hombre que dedicó la mayor parte de su tiempo y esfuerzos a su pueblo.

Sin embargo, lo que muchos no sabían realmente sobre el rey era que él también era un artesano, un artista. Cuando el dominio dormía por las noches, Dorephan se podía encontrar en sus propias habitaciones acurrucando su forma masiva sobre una especie de baratija o juguetes de todo tipo, pintando o esculpiendo o manipulando sus últimos proyectos personales.

En su infancia, el pasatiempo favorito de Sidon era acurrucarse junto a su padre con un libro, leer mientras el rey Dorephan trabajaba y los ocasionales resoplidos y gruñidos junto con el sonido de placer que escapaba de la garganta del rey cuando completaba un rompecabezas o le gustaba la dirección que había decidido tomar se convirtieron en la querida banda sonora de los primeros años de Sidon.

Aun así, hubo noches en que Sidon anhelaba la guía y la compañía de su padre, y al ver la alegría que se extendió por el rostro de Dorephan cuando su hijo lo buscó, Sidon se dijo a sí mismo que pasaría más tiempo con su padre.

Y ahora...

Malditos instintos, Sidon nunca había experimentado un vacío más amargo en su pecho que la soledad que sentía actualmente. No sabía cómo podía curar o incluso tapar una herida, pero sabía que, si alguien tenía una respuesta, era su padre.

—Mmh —el Rey Dorephan tarareó cuando Sidon entró. El príncipe pensó que había sido lo bastante silencioso al entrar y, sin embargo, su padre aún percibió su presencia—. ¿A qué se debe el placer de ser visitado por mi querido hijo?

—Buenas noches, padre —saludó Sidon—. ¿Te estoy interrumpiendo?

—Nunca podrías interrumpirme —dijo Dorephan cálidamente. Hizo una pausa por un momento, luego se rio para sí mismo—: Ahora, Muzu, por otro lado, podría decir lo contrario, pero no está aquí para dar su opinión.

Sidon soltó una risa suave cuando se sentó en el suelo, mirando hacia otro lado de su padre, pero aún apoyado en la espalda del rey. Era como siempre se sentaban, en esas tardes cuando no estaban siendo observados por su gente, podían relajarse y simplemente disfrutar de la compañía del otro: seguidos con un libro en la mano de Sidon y algún tipo de proyecto artesanal en la mano de Dorephan. Cuando era niño, Sidon podía recordar varios recuerdos en los que su madre y Mipha se habían unido a ellos, su hermana acurrucaba en algún rincón del lugar leyendo o pintando, o simplemente disfrutando de la tranquilidad de sus propios pensamientos y su madre riéndose para sí mientras miraba a sus hijos en alegría.

«Dios mío, ustedes dos,» bromeaba, «Nunca he conocido a una pareja de padre e hijo que prefirieran estar separados mientras pasan el rato.»

«Oh, silencio, Nerissa» su padre se reía, «Por extraño que parezca, tenemos nuestra manera y funciona bastante bien.»

Su madre dejó escapar un resoplido desconcertado, sus agallas brillaron ligeramente como siempre lo hacían mientras su larga cola se balanceaba de un lado a otro detrás de ella. Si Sidon alguna vez se preguntó dónde había recibido lo que sus compañeros de clase consideraban comportamientos tan extraños, todo lo que tenía que hacer para tranquilizarse era mirar a su madre. Proveniente del clan más fuerte de guerreros entre los Zora, la Reina Nerissa había sido criada para estar muy en sintonía con sus instintos hasta el punto de casi convertirse en un animal en puntos de gran emoción. Aunque útil en los frentes de batalla, los gestos resultantes, especialmente dentro de una corte real, a menudo se veían como algo bastante peculiar entre la gente común, especialmente los hylianos que pasaban por allí. Sin embargo, la reina se llevó a sí misma, sus instintos, su herencia y sus peculiaridades con mucho orgullo y dignidad, y Sidon creció queriendo ser exactamente como ella en cada gruñido, resoplido, ronroneo y destello branquial.

Sidon's Epic Pining Adventure  | SIDLINK | TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora