CAPÍTULO 30: CONSEJO

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Vestal, Cámaras del Alto Consejo

Pasillos

A lo largo de su vida, Marduk había tenido que atravesar una numerosa serie de acontecimientos que habían puesto a prueba su determinación y su voluntad. Gracias a Nick Takahashi y Leónidas Darkus, había probado el amargo sabor de la derrota, había experimentado el deseo de huir cuando escapó de su tierra natal, el hambre cuando él e Izumi se vieron obligados a dormir en sitios de dudosa calidad y dependiendo de cualquier trabajo que pudieran hallar.

Del mismo modo, había hecho de todo en solo unos pocos años de vida: lustrar zapatos, servir mesas, organizar tragos, limpiar baños, vigilar establecimientos, etc. Cada trabajo realizado lo había nutrido de algún modo como persona durante su tiempo lejos y se sentía orgulloso de ello.

Sin embargo, incluso con tanta experiencia acumulada en distintos campos, había algo que dudaba ser capaz de entender en algún momento y era la maldita política.

Después de su última reunión con el Alto Consejo de Vestal, se había preparado junto con Izumi para exponer su historia y sus argumentos, el porqué era necesario que Vestal intercediera en la guerra contra Gundalia y viajaran a la Tierra. Habían pasado los últimos días practicando sus habilidades diplomáticas y las respuestas para cualquier pregunta que pudieran hacerles como los únicos presentes en el planeta que conocían a los gundalianos y su forma de operar. Se había esforzado, había dado todo de sí para ayudar a sus amigos y a su planeta.

Por desgracia, a los guardias de seguridad se les habían dado instrucciones que obstaculizaban dicho propósito.

Nunca podría olvidar la sensación de amargura que lo recorrió cuando dos de los hombres que custodiaban la puerta de la sala de reuniones se pararon delante de él, informándole que solo Iz y Klaus contaban con un acceso permitido a la sala.

–"Debido a su conducta inapropiada en la última reunión, el Concejal Malrok presentó una solicitud para que usted no pueda volver a entrar" –. Fueron las palabras usadas por uno de los guardias.

Parecía que el estúpido del concejal se sentía inseguro en presencia del peliplata, por lo que había presentado una petición de no permitir su acceso nuevamente a una reunión del Alto Consejo y poco más de la mitad de los votos habían sido a favor.

–Idiotas –. Pensó el terrícola mientras se aflojaba el cuello de su abrigo.

Parte de la preparación de Klaus y Sirenoid para dirigirse al Alto Consejo había sido aprender a vestir apropiadamente, y su ropa casual combinada con su abrigo negro favorito no sería una vestimenta adecuada para sus propósitos. En consecuencia, le había permitido al multimillonario comprarle un par de trajes formales que los hacían lucir como gemelos.

Para este día, la misma Izumi le había hecho el favor de elegir su ropa, optando por un abrigo negro con costados grises, tanto en el torso como en el lado interno de las mangas; unos pantalones oscuros y unos zapatos negros con punta. Su característico mechón rojo había desaparecido, y su cabello largo se había atado en un bollo antes de enterarse de su pérdida de acceso a la sala, ahora se encontraba fluyendo libremente por sus hombros.

Había tenido suerte, Sirenoid había sugerido cortarlo.

Suspirando con molestia, Marduk no pudo evitar preguntarse cómo Klaus toleraba este tipo de atuendos, se sentía acalorado y el cuello de su camisa blanca bajo su abrigo se encontraba pegada a su piel.

La única razón por la cual seguía en estos pasillos, soportando la incomodidad y batallando para no expresar su rabia hacia el idiota de Malrok, era que, al menos; los guardias se habían apiadado de él y le había ofrecido la posibilidad de ver la reunión desde una de las pantallas que se encontraban en los pasillos.

Bakugan Invasores Gundalianos: En el Corazón de la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora