Pov Bill
Mi corazón latía a mil, sentía como mis piernas temblaban y mi respiración se volvía irregular. El pánico se apoderaba de mi rápidamente, inmovilizándome otra vez, dejándome completamente a su merced.
La mano de David se deslizó por mi vientre hasta llegar a mi entrepierna, la cual comenzó a acariciar en su flacidez, sus manos se sentían tan asquerosas, frías y ásperas, su aliento chocando en mi oreja me provoca tantas náuseas.
-Parece que tú parte delantera no está muy animada hoy ¿verdad Billy?
Movió su mano desde mi polla dormida hasta mi culo.
-Mmmh, pero este lugar… Sí, siempre está dispuesto.
Sentí como metía dos dedos en mi interior y susurraba en mi oído lo suave que se encontraba el músculo de mi ano por el encuentro que habíamos tenido la noche de ayer.
Mi mente se concentró en el sonido de los instrumentos que inundaban las bocinas del estudio. Podía escuchar una melodía divertida y rockera, el sonido de la guitarra, los acordes tan perfectos y armoniosos que daba, casi podía sentir que estaba viendo a Tom frente mío tocando su Gibson, dándome esa mirada cómplice que siempre había entre nosotros, su sonrisa perfecta, con su atención puesta en mí.
Ya no podía sentir nada, era como si mi mente hubiera abandonado mi cuerpo, como si comenzara a divagar entre mi inconsciente y ahí encontrará a Tom. A él y, la suave melodía que lo rodea, mi querido gemelo.
Tom ¿Estás sintiendo acaso el dolor que yo siento o estás disfrutando de la paz en la que mi mente te guarda en este momento...?
Tom, si me vieras ahora, ¿Te daría asco?
-Ugh! --un leve gemido de dolor se escapó de mis labios, trayéndome de nuevo a mi asquerosa realidad.
-Uff Billy, incluso después de haber metido tantas veces mi verga en tu agujero te sientes tan apretado.
Las palabras de David hacían de este acto mucho más repulsivo de lo que ya era. Traté de ignorarlo y devolver mi atención en donde la había dejado pero, sus manos tomaron mis brazos y me movieron bruscamente de lugar, saliendo de mi interior.
David se había sentado en una de las sillas que daba de lleno a la sala de ensayo. Podía ver claramente a los chicos tocar sus instrumentos muy concentrados. Sentí como sus manos me tomaron de la cintura y me obligaron a empalarme en su horrorosa polla, solté un grito fuerte por la intromisión.
-Shhh Billy, no querrás que toda la banda se entere de que te gusta montar una buena polla ¿o sí?
Gemidos de dolor eran bloqueados por la enorme mano de David, todo en él era demasiado grande o tal vez mi cuerpo solo era demasiado pequeño.
-Mmmh mierda, te sientes tan jodidamente bien- lo escuchaba gemir en mi oído. Las ganas de vomitar se hacían cada vez más grandes.
-Mira allá mi vida, estamos dando un gran show- David tomo la parte interna de mis muslos y abrió mis piernas lo más que pudo, exponiendo mi sexo flácido a la cámara de la esquina de la sala.
¿Acaso esto era una broma? una puta broma de mal gusto.
-Eh David, creo que necesito un descanso, yo, no puedo concentrarme- la voz de Tom se escuchó en la sala de producción, alcé mi vista hacia mi gemelo quien, ya no tocaba su guitarra y tenía una mirada de aflicción.
-Es cierto David, hasta mi abuela de 90 años tocaría mejor una guitarra- Bufó Georg.
Las embestidas cesaron, sentí como la silla se movió hacia la mesa y posteriormente la mano de David presionar el botón del micrófono.
-En 10 minutos Tom, todavía no he terminado la práctica con Bill.
-Ok entiendo, ¿puede Bill terminar su práctica aquí con nosotros? Creo que se me haría más fácil concentrarme si lo escucho cantar. - La mirada de mi hermano estaba clavada en el vidrio polarizado casi como si pudiera verme.
-Bueno, si tanto insistes, sal a ver a Bill.
Los G’s se miraron extrañados por el comportamiento de David en cambio yo, sentí como mi corazón se paralizó. No, no, no, no, ¡NO! Vi como Tom dejaba su guitarra en su pedestal.
-No Tom! Yo, iré en un rato- En un momento de desesperación había tomado el micrófono y hablado a mi hermano, quien seguía viendo en mi dirección. ¿en serio no podía verme ¿verdad?
Otra vez, esa mirada de dolor. No habíamos hablado en todo el día y ahora que por fin me quería a su lado, yo estaba en esta situación de mierda.
-Ahg! - David embistió en mi interior profundamente, lo que hizo que se me escapara un gemido. Pude ver la cara de sorpresa de todos.
-Bill? ¿Estás bien? – la voz de Tom resonó en un tono poco disimulado de preocupación.
-Sí, estoy bien Tom. Yo, solo espera un rato, ¿sí? – traté de sonar lo más calmado posible, mientras alejaba de mí el maldito micrófono.
David siguió embistiendo fuertemente mi culo, esto no parecía que iba a acabar en 10 minutos, tenía que hacer algo para terminar esta mierda de una buena vez eh ir con Tom. Respiré profundo y comencé a mover mis caderas, solo en un ligero vaivén que hacía que mis paredes anales sintieran cada vena de la polla de David.
-Mierda, sabía que te gustaba que papi te meta la verga, Bill. – David gimió en mi cuello, posicionando sus manos en mi cintura haciendo que meneara mis caderas más rápido sobre su miembro.
Los movimientos comenzaron a ser bestiales, el ruido húmedo de piel contra piel, el sudor, sus gemidos, la sangre borboteando de mi entrada. Su polla alcanzó un lugar en mi interior que me hizo ver las estrellas por completo, sentí que me iba desmayar por la descarga de placer tan abrupta.
-Eres una zorra mentirosa, te encanta que te den por el culo. - Sus embestidas se hicieron rápidas y torpes, solo bastaron unos segundos más para que todo su semen se desbordara de mi entrada y se mezclara con mi sangre. Dos minutos después me encontraba apoyado en la mesa recuperando el aliento, mientras que David arreglaba sus ropas y contestaba una llamada. Subí mis pantalones por mis piernas temblorosas, miré dentro de la sala de ensayos y para mi mala suerte, Tom no estaba ahí.
Escuché la puerta abrirse y a Tom entrar a la sala de producción ¿acaso todo este tiempo cualquiera de los chicos podía haber entrado?
-Bill – mi gemelo tenía ese tono suave que siempre utilizaba cuando se quería disculpar.
David ya no estaba, no lo había escuchado salir y tampoco me importaba.
-Tus mejillas están rojas y tu frente sudada- Tom se acercó a mí, lo suficiente para que su mano alcanzara mi rostro sin dificultad- ¿Estás bien, Bill?
-Asentí con mi cabeza -- su sola presencia hacia una presión tan fuerte en mi corazón que me aplastaba por completo, me consumía.
Luche contra las lágrimas que amenazaban con escapar de mis ojos. Miré a Tom quien no perdió el tiempo en acogerme en sus brazos y acunarme en su pecho.
-Bill, no me cuentes más tus mentiras, no las quiero escuchar.
-Tom- mi voz estaba a punto de quebrarse.
-Tú, ya no me miras más y crees que no me doy cuenta.
Solo podía escucharlo en silencio, sintiendo mi cuerpo comenzar a temblar.
- ¿Dime por qué este alejamiento?
Mis lágrimas comenzaron a fluir como río, manchando la camiseta de mi gemelo.
-Dímelo en la cara.
Abracé a Tom con todas mis fuerzas, llorando en su pecho como un niño pequeño, no puedo, no puedo Tom.
-Tom. No puedo, yo, no puedo.
-Esto, me deprime tanto Bill.
Los G’s salieron de la sala y Tom se separó de mí, dejándome un gran vacío.
-Hey! ¿Y David? -Georg tenía su tono de voz despreocupado como siempre.
-Salió con Benjamín- respondió Tom en un tono seco.
-Ustedes adelántense, Bill no se siente bien y lo llevaré a casa. – Tom se puso frente mío, ocultando mi rostro lloroso de nuestros compañeros.
-Bien, te guardaremos una hamburguesa.-Gustav apretó el hombro de Tom en forma de despedida.
Cuando el sonido de la puerta me informó que solo quedábamos Tom y yo, me aferré a su espalda, respirando su aroma que me tranquilizaba. Ahora era buen momento de contarle, de pedirle ayuda. Sin embargo, no entiendo por qué las palabras se quedan atoradas en mi garganta de la vergüenza.
Sí, me sentía completamente avergonzado de lo que David me había hecho, ¿Cómo podía contarle algo así a cualquier persona? Pero, no es cualquier persona, es Tom. Mi hermano, mi gemelo, mi otra mitad.
Tom se separó de mi agarre y me miró, sus ojos estaban cansados… ¿De mí?
-Bill, siempre pensé que entre tú y yo no había secretos, que nuestra relación era tan especial que solo ambos lo entendíamos.
Su voz era suave, casi como una caricia.
-Me duele tanto que no puedas confiar en mí Bill- su mano alcanzó la mía, acunándola en su pecho para que sintiera los constantes latidos de su corazón.
-Yo, ya no te quiero molestar más Tom- comencé a sollozar.
-Sabes que no eres una molestia Bill, eres mi hermano, ¿cómo podrías serlo?
-Es que esto, solo se me salió de las manos, yo no sé qué hacer- sentí como mi cuerpo se abrumaba ante la situación.
- ¿Qué es esto, Bill? Dímelo, me destroza verte así y no poder ayudarte.
-No puedo Tom, por favor, por favor solo dame tiempo.
Al decir esas palabras, la mano de Tom dejó de sostener la mía, incluso retrocedió unos cuantos pasos, casi molesto, pero, no. Estaba dolido, le había hecho daño con mis palabras.
- ¿Cuánto Bill? ¿Hasta que sea tarde?
Su voz sonaba hostil, se había puesto a la defensiva.
-Solo hasta que me sienta listo, por favor.
Tom no dijo nada durante lo que me pareció una eternidad, soltando un largo suspiro después de varios segundos de un silencio cortante, habló.
-Sabes que a ti te esperaría todo lo que me queda de vida. Búscame cuando estés listo, corazón.
“Corazón”
Nada me dolió más que escuchar ese apodo por última vez para luego ver a Tom irse sin mirar atrás.
Lo siento, lo siento mucho Tom.

ESTÁS LEYENDO
Perdón Tommy
FanfictionBill tiene un secreto que se llevaría a la muerte o eso era lo que pensaba.