Pov Bill
Hace 2 meses que vivo en L.A junto con Tom, me parece tan increíble que todo se haya dado tan fácil de un momento a otro. Tom era el amante perfecto, porque si, nos habíamos vuelto amantes desde que le declaré mi amor aquel terrible día.
Desde entonces su trato hacia mí, cambio para bien, pues me trataba como si fuera la cosa más preciada en su vida. Sí, como la cosa más preciada y no como la persona más preciada porque a veces sus acciones me hacían sentir como un objeto el cuál él adoraba.
Cuando se lo comenté me dijo que todo era producto del estrés postraumático que estaba pasando, que él jamás me trataría como una cosa. Le creí, a fin de cuentas, era el único en quien siempre podría confiar. Tom me había demostrado que, aunque todo el mundo se estuviera desmoronando sobre mí, él estaría ahí, solo tenía que alzar mi mirada y lo encontraría a él.
Las primeras semanas fueron las más difíciles de sobrellevar, me levantaba sudando y llorando en las noches, incluso el tacto reconfortante de Tom me provocaba náuseas.
La razón era simple, el trauma de haber sido abusado estaba ahí, presente y me dolía profundamente dañar a Tom por culpa de esos traumas pues muchas veces en medio de mis crisis, lo alejaba, lo repudiaba. Pero es que tenía miedo, un miedo inexplicable qué Tom con toda la paciencia y el amor del mundo me ayudó a manejar y sanar.
Me cuido todas esas noches en las que los recuerdos me consumían, me llevó a terapia y me amó todos los días hasta hoy y los que vendrán.
Todavía recuerdo la primera vez que tuvimos intimidad…
- “Bill, no tenemos que hacerlo si tienes miedo” -dijo Tom suavemente acariciando mi mejilla.
Estábamos en la enorme cama matrimonial de nuestra habitación, desnudos.
No entendía por qué, pero me sentía inseguro de mí mismo, ¿qué tal si Tom le daba asco mi cuerpo? ¿Sí le daba asco el hecho de que todos esos hombres me hayan tomado innumerables veces?
Todos esos pensamientos hacían que mi corazón se rompiera y comenzara a hiperventilar.
- “Eres hermoso Bill” –dijo de repente Tom como si me hubiera leído la mente.
-Bésame- le pedí cerrando mis ojos.
Sus suaves labios tocaron los míos y se unieron en un profundo y tierno beso que lentamente fue profundizando, su lengua acarició mi labio inferior a lo que yo saqué la mía rozando torpemente la suya, sus manos acariciaron mis hombros para que me relajara, su tacto se sentía muy bien, era suave y delicado y su aroma me envolvía en un frenesí de excitación y deseo.
Me sentía cómodo.
Sus labios se separaron de los míos para besar mi barbilla y posterior mi cuello, pequeños jadeos salían de mi boca.
-Mmmh Tom…. - gemí cuando sentí su mano rozar mi entrada.
- “así, di mi nombre Bill”- acaricio mi pequeño orificio en círculos, provocándome pequeños espasmos.
Sentí un gel frío bajar por mis bolas hasta mi entrada.
- “mírame Bill” – me pidió cuando introdujo un dedo dentro de mí.
Gemí de placer.
Me sentía muy excitado, sus manos no solo atendían a mi apretado trasero, sino que también se encargaban de mi incipiente erección y su boca chupaba mis pezones de forma deliciosa.
Me derretía ante él.
- “voy a entrar”- lo escuché jadear.
Apreté mis ojos y respiré profundamente.
--“Shhh, tranquilo corazón, no te haré daño”—hizo un camino de besos desde mi barbilla hasta mi frente.
Sentí como lentamente entraba y mi ano se expandía con su grosor. Tom gimió en mi oreja cuando entró por completo. Tener mis ojos cerrados hacía que mis otros sentidos se agudizaran demás, los abrí y vi la cara de Tom mirándome fijamente.
--“realmente eres la razón por la que creo que el cielo existe”—dijo apartando un mechón de mi frente aperlada de sudor--- eres un bello ángel aquí, tendido en mi cama.
Me besó suave, entrelazando nuestras manos mientras comenzaba a moverse lento pero profundo, yo volví a gemir sobre sus labios, mientras él se alzó un poco y conectó su mirada con la mía.
Un sentimiento muy extraño me invadió ¿Por qué está no pudo ser mi primera vez?
Una lágrima recorriendo mi mejilla fue atrapada por sus labios, dándome un ligero beso en el lugar.
--“Te amo Bill”—
Muchas más lágrimas salieron por mis ojos.
--Te amo Tom—
Desde este momento, no existió para mí otra primera vez que no fuera esa. Luego de aquel día, no hubo noche en las que Tom no me abrazara a su pecho después de la intimidad. Era feliz, jodidamente feliz.
De alguna forma, lo que había vivido me había llevado hasta este momento junto a Tom, donde ambos podíamos profesar nuestro amor libremente. Con el tiempo todo ese dolor se iría y solo quedaran mis recuerdos de los días que paso con Tom en esta casa.
Escuché la puerta abrirse, sacándome de mis recuerdos.
--Amor! Ven un rato—gritó Tom desde la entrada.
Yo reí y me dirigí hacia él.
--Espera! —dijo antes de que yo llegara—cierra los ojos!
--Es una sorpresa? –dije riéndome coqueto.
--Así es--
Una lengua muy babosa lamió mi cara, abrí enseguida mis ojos y un pequeño Bulldog rechoncho estaba frente a mí.
--Tom, no puede ser !! – lo tome entre mis brazos brincando de alegría.
--Se llama Pumba—dijo Tom cerrando la puerta tras él.
--Pumba? Jajaaja le queda perfecto—ahora era yo quien besaba al perro.
Sentí las manos de mi gemelo rodear mi cintura, abrazándome por detrás.
--Te gusta corazón? —susurró dándome un beso en la mejilla.
---Me encanta – dije girando mi cabeza para besarlo.
Me devolvió el beso y acarició mi cintura.
--Ahora somos una familia.
Mi corazón se estremeció de amor, bajé al perro y me giré para abrazar a mi amante.
--Sí, ahora y siempre Tommy.Gracias por leer ❤️
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Perdón Tommy
FanficBill tiene un secreto que se llevaría a la muerte o eso era lo que pensaba.