Capitulo 4

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Pov Bill

Eran las 3:30 am, estaba oscuro, podía escuchar la respiración de David a mi lado, el tictac del reloj y los débiles latidos de mi corazón rendido. Me escurrí lo más lento y suave que pude de entre las sábanas para salir de la cama, mi cuerpo dolía cómo los mil demonios. Caminé despacio hacia el baño y me encerré allí.

Prendí las luces y lo primero que vi fue mi reflejo en el gran espejo del baño, era como si por primera vez hubiera visto mi cuerpo a conciencia, ¿siempre había sido así de delgado? Mis escasos pectorales estaban manchados por chupetones, morados los primeros y rojos los más recientes, mi mirada se desvió a mi entrepierna donde en el interior de mis muslos, líneas de sangre seca se pintaban y, si hacía el mínimo esfuerzo podía sentir el semen caliente salir de mi entrada usada.

Cerré mis ojos y me vestí lento a causa del dolor. Salí del hotel y caminé por las calles solitarias de Magdeburgo hasta llegar a la estación de trenes que funcionaba las 24 horas del día. Me senté en la parte de atrás en la última fila de los asientos, lejos de las pocas personas que viajaban a esas horas en el tren. Encogí mis piernas abrazándolas a mi pecho, ignorando el dolor en mis genitales por la posición. Fijé mi mirada en la oscuridad de la ciudad fuera de mi ventana, un nudo en mi garganta hizo que las lágrimas salieran de mis ojos.
No hice nada más que llorar en silencio hasta llegar a casa.

Cuando llegué, eran alrededor de las 5:00 am, me dirigí a mi habitación a oscuras y encendí el agua para que la bañera se llenara, me desnude dejando un rastro con mi ropa en el piso en dirección al baño. Hundí mi cuerpo adolorido en el agua caliente, esperando que su alta temperatura borre las huellas de ese hombre, que el jabón limpie cada rincón de mi cuerpo usado. El tacto de la esponja en mi piel quemaba de lo duro que me sobaba y es que la sensación de suciedad no se iba por más que tallaba y tallaba.

Mi piel tomó un color rojo intenso por los intentos fallidos de deshacerme de la sensación de suciedad, el agua ya no era transparente y pulcra, estaba manchada de los restos de sangre y semen que desprendió mi cuerpo. Ya no tenía más lágrimas que derramar, si tan solo hubiera sido más inteligente, si tan solo no hubiera ido solo, si tan solo hubiera sido más cuidadoso, si tan solo … No me hubiera enamorado de Tom.

-Bill.

Alcé mi mirada y me encontré con mi gemelo en la puerta del baño, su mirada era de angustia, de temor puro.

-Bill, corazón, pero, pero que te ha pasado? – Tom se acercó hasta mí y estiro su mano – Estás, lleno de moretones y, eso… ¿Qué te ha pasado en el labio?

Su mano se detuvo al ver que me alejaba de su tacto.

-Bill.

La voz de Tom se volvió casi en un susurro.

-Mírame Bill.

Sentí como mi corazón comenzaba a latir rápidamente y la fuente de mis lágrimas se volvía a llenar.

Tomé aire y lo miré.

-Estoy bien Tom -trate de sonreír.

-No me mientas Bill- su voz sonaba dura, comenzaba a molestarse.

-No lo hago, te estoy diciendo la verdad Tom – sentía como se iba formando un nudo en mi garganta.

Tom me tomo de la muñeca y tiro de mi hacia arriba, haciendo que me pare de la bañera, solté un gemido de dolor.

- ¿Pero qué mierda Tom?

Sus ojos se clavaron como estacas en mi cuerpo desnudo y mojado. Un rubor se comenzaba a formar en mis mejillas, me da tanta vergüenza que vea este cuerpo tan sucio y asqueroso.

- ¿Cómo rayos me dices que estás bien con todas esas marcas en tu cuerpo? – estaba molesto, Tom estaba colérico, me apretaba la muñeca con mucha fuerza, su pecho subía y bajaba con rapidez y sus ojos se encendían en furia.

-Te digo que estoy bie-

- ¡NO ME MIENTAS BILL! ¿ACASO CREES QUÉ SOY UN PUTO IDIOTA? ¿QUIÉN MIERDA TE HIZO ESTO?

Sus gritos lograron que me estremeciera, dos lágrimas escaparon de mis ojos, no podía soportar más esta situación.

-ES MI PUTA VIDA TOM! ¡ES MI PUTO PROBLEMA CON QUIEN ME REVUELCO!

- ¿Qué?

-Lo que escuchaste, ahora lárgate de mí puto baño.

-Pe-pero tú…

- ¿Acaso te sorprende que haya tenido sexo salvaje?

-Tú eres virgen Bill, nunca serías capaz de-

-Pues lo hice Tom. ¿Acaso te doy asco ahora por eso?

Tom se quedó en silencio, su mirada era indescriptible y mi corazón amenazó con romperse si escuchaba una respuesta negativa de su parte.

¿Qué estaba esperando? ¿Acaso estaba buscando algún tipo de consuelo en esta absurda pelea con mi amado gemelo? ¿Por qué no respondía? Los segundos se me estaban haciendo eternos, cortándome la piel, dejándome sin aire.

-Tom, yo

-Tú nunca me darías asco Bill, no importa lo que hagas, jamás podría sentir asco de ti.

Apreté mi mandíbula, evitando estallar en llanto.

-Bill, eres mi pequeño hermano, yo solo... solo estaba preocupando por ti, pero si no quieres que me meta, no lo haré.

-N-no yo…

Tom salió del cuarto de baño antes de que pudiera decirle todo, dejándome solo, otra vez.

La mañana resultó incómoda, Tom no me miraba y Georg no dejaba de insistir que contara sobre mi ardiente aventura que partió mi labio.

Gustav era el único que se comportó de forma normal, leyendo el ambiente a mi alrededor, me preparó un desayuno ligero y me dio un té relajante dándome una cálida sonrisa sin preguntarme absolutamente nada. Se lo agradecía de todo corazón.

Intenté comportarme de lo más normal que pude, pero, mierda sentía que me habían arrebatado mis deseos de vivir y la actitud de Tom solo hacía todo más desgarrador. Minutos después, estábamos camino al estudio, se supone que David nos mostraría las nuevas canciones que preparó a base de las escrituras que había hecho en mi niñez.
Me sentía jodidamente tenso en el auto, no quería verlo, ¿por qué mierda tenía que verlo? No sabía cómo iba a reaccionar una vez que lo vuelva a ver. La vida se me escapaba en cada respiración que daba.

Miré a Tom que estaba en el asiento de copiloto, su mirada estaba vacía en dirección a la ventana, como si sintiera mis ojos sobre él, giró su cabeza lo justo para mirarme. Mi corazón dio un pequeño vuelco al ver cómo desvió su mirada al segundo de encontrarse con la mía.

Una vez más me tragué las ganas de echarme a llorar y me puse mis lentes oscuros para salir del auto y entrar al estudio. En él se encontraban David y Benjamín para hablar sobre las nuevas canciones. David actuó como si nada hubiera pasado, yo en cambio, no podía dejar de sentirme ansioso por tenerlo en la misma sala enfrente mío.

Después de lo que pareció una eternidad finalmente se había acabado la reunión y, solo habíamos completado una puta canción la cual era una total basura.
-Bien chicos ahora, vamos al nuevo set de grabación que conseguí para ustedes.
David se levantó de la mesa seguido de Benjamín y los muchachos, yo fui el último en levantarse y salir de la oficina tras de todos ellos.

-Bill ¿estás bien? Te he notado un poco decaído- Benjamín camino lentamente a mi lado esperando una respuesta de mi parte.

-No he dormido bien, es todo – trate de sonar lo más convincente posible.

- ¿¡Te traeré un café para que te puedas despertar un poco, ok!? – Ben apretó mi hombro suavemente antes de irse en la dirección contraria a la que íbamos.

Aquel gesto hizo que una extraña y desagradable sensación recorriera mi cuerpo.

-Bien muchachos, este es el nuevo set donde grabaremos las canciones de ahora en adelante.

David nos enseñó un gran set con una monstruosa máquina de producción y mezcla, un gran vidrio negro daba a la otra sala del set donde se encontraban los instrumentos, debía de admitir que era maravilloso, todos nos quedamos impresionados como idiotas.

Al entrar a la sala donde íbamos a tocar, nos dimos cuenta de que aparte de estar perfectamente insonorizada, aquel vidrio negro no nos permitía ver absolutamente nada de lo que pasaba fuera, al contrario de la cabina donde se podía ver claramente lo que pasaba aquí dentro.

-Como pueden ver, con una sala como ésta no se sentirán observados y podrán tocar tranquilamente.

La voz de David resonó en la sala como una estación de radio, toda robótica y distorsionada.

-Bien, ahora es momento de que los instrumentos aprendan las notas, música y melodía, Bill ven a practicar la canción acá.

Di un pequeño salto de la impresión ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué mierda?
-Bill! ¿Acaso no me escuchaste?! ¡Que vengas a practicar la letra de la canción, ahora!

Los chicos solo se quedaron mirando, esperando que saliera de la sala y fuera con David, como siempre habíamos hecho, realmente no era nada del otro mundo una situación como está, pero, ya no era lo mismo, para mí, ya no era igual.

Tenía miedo.

No quería estar a solas con David, quería quedarme aquí con los chicos, quedarme cerca de Tom…

La puerta de la sala de abrió de golpe mostrando a David.

-Si escuchaste lo que te dije Bill? ¿Qué mierda estás esperando?

Caminé hacia la puerta sin decir nada, pasé a lado de David y salí de la sala. Escuché como se cerraba la puerta y un ensordecedor silencio llenaba la cabina de producción, seguido de un jodido ambiente tenso que me provocaba un revoltijo en el estómago. David paso por detrás mío, se sentó en su silla y aplastando un botón habló a un micrófono.

-Listo chicos, comiencen a ensayar- Al terminar la frase dirigió toda su atención a mí.

-Oh Billy, me sentí muy triste cuando me desperté hoy y no te vi.

-Jódete David.

-Jajaja, ¿sigues con tu temperamento de perra resabiada, no es así? – se levantó de su silla y comenzó a caminar lentamente hacia mí, retrocedí hasta chocar con la pared.

- ¡Vete a la puta mierda! – hable más fuerte de lo que esperaba, pero, no servía de nada, los chicos no podían escucharnos y este set estaba alejado de todos los demás.

Se supone que Benjamín debería estar aquí, pero ¿dónde mierda está?

-No sabes cómo me prende cuando te pones así de agresivo, como si no te hubiera gustado lo que te hice anoche--David estaba a tan solo 1 metro de mí, estiro su brazo para poder tocar mi cara y yo solo me moví bruscamente intentando escapar, de nuevo sin lograrlo.

Sentí como agarró mi brazo y me empotró contra la mesa vacía que daba bajo aquel vidrio oscuro, tan lejos y tan cerca de los chicos, de Tom.

- ¿Te encantan los jueguitos sucios Billy? -susurró en mi oreja mientras sentía su polla restregarse descaradamente en mi trasero.

Mi cuerpo tembló y las lágrimas empezaron a caer, al parecer todo lo que sabía hacer ahora era llorar, nada más que llorar.

-Shhh tranquilo mi vida, papi sabe qué hacer para que estés feliz.

David me tomó del cabello y jaló hacia atrás, haciendo que mi espalda se arqueara.

-Abre los ojos nene, ahí está tu querido hermano.

Mis ojos se abrieron lentamente, tratando de enfocar entre las lágrimas acumuladas, vi a Tom, mi Tom.

¿Si grito… Podrá escucharme?
Si le cuento la verdad… ¿Podrá, perdonarme?

Tom… Tommy.

¿Por qué no puedo hacer nada? ¿Por qué solo me asusto y me paralizo del miedo? ¿Por qué soy tan idiota? ¿Por qué? ¿Por qué solo puedo llorar en vez de defenderme?

-Oh, mi Billy sigue llorando, déjame hacer algo que te haga sentir mejor- susurro David en mi oído para luego comenzar a lamer desde mi oreja camino a mi nuca.

Sentí su mano meterse en mis pantalones, manoseando mi trasero desnudo.

¿Cómo es posible que esto esté pasando otra vez y de esta manera?

Perdón TommyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora